Claves: Torá, Biblia,
gentil, judío, conversión, mandamiento, precepto, noájida, fielidad, amor,
temor, respeto, angustia, dolor, muerte, suicidio, duda, religión
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Shalom.
Gracias por participar.
Es bueno que sienta que puede desahogarse en nuestro anónimo hombro, quiera
el Eterno darle paz de espíritu para que pueda afrontar la vida con ánimos y
energías positivas.
Primer tema.
Hay varías diferencias y similitudes entre el judaísmo y el cristianismo.
La principal similitud es que ambas comparten el ideal de un mundo mejor,
con personas más bondadosas en él.
La principal diferencia, es que el judaísmo se mantiene fiel al Uno y Único
Dios; en tanto que todas las facciones del cristianismo profesan la
idolatría en mayor o menor medida.
(Otras diferencias se pueden encontrar en este texto).
Segundo tema.
El judío jamás puede convertirse a una religión, pues el ser judío es una
cuestión que va más allá de religiones.
En realidad uno que es judío, lo es de por vida. Aunque sea un pecador,
permanece siendo judío (ya el Eterno se encargará de
retribuirle justamente por las acciones que haya cometido).
Aunque, si comete el espantoso pecado de la idolatría, legalmente le quedan
suspendidos sus derechos para ser considerado como miembro de la Casa de
Israel.
Por tanto, uno que habiendo nacido judío dice que adora, por ejemplo, a
Jesús, legalmente ha despreciado su condición de hijo de Israel.
Por su parte, el gentil que lo desee y pueda
hacerlo tiene la opción de convertirse al judaísmo, es decir, de pasar a
formar parte de la Familia judía.
Sin embargo, no es ésta la primera opción para el gentil.
Ante todo debe ser un gentil piadoso, fiel al Eterno, de acuerdo al camino
que Él ha designado para que transiten los gentiles. Este sendero de
bendición y luz se denomina de los "Siete mandamientos noájidas o de las
naciones".
Si tras haber vivido como gentil fiel a Dios muchos años la persona descubre
que aún su sed de Dios no está satisfecha, entonces es el momento para
comenzar a pensar en un proceso de conversión al judaísmo, que es el otro
sendero que lleva a la bendición y la luz de Dios.
Dios, en Su perfecta Sabiduría, ha decidido que un tercer sendero de
bendición no exista.
Tan sólo el de los gentiles fieles a Dios, y el del judaísmo.
Tercer tema.
¿Cómo puede estar bien con Dios?
Cumpliendo con lo que Él desea que usted cumpla.
Él ha ordenado para las naciones del mundo el cumplimiento de siete
mandamientos muy fáciles de cumplir, que son:
-
No adorar otros dioses aparte
(junto, al lado, asociado, derivado, en contra, ajeno, indiferente, etc.)
de Él. (Lo cual convierte a las doctrinas que adoran
hombres deificados, o a objetos de la naturaleza, o a entidades espirituales
que no son el Dios que se manifiesta en la Torá, en una lisa y llana
abominación a ojos del Eterno).
-
No ensuciar el sagrado Nombre de Dios con
palabras o conductas adversas a Su deseo. (Por ejemplo, si
alguien estornuda y se le dice "Jesús te guarde", en verdad se está
maldiciendo al que estornudó, blasfemando y pecando).
-
No asesinar. (Ni al prójimo
inocente, ni a uno mismo).
-
No robar.
-
No mantener relaciones sexuales incestuosas o
basadas en la infidelidad.
-
No comer miembros de un animal que esté con
vida.
-
Para las naciones y pueblos se manda que
establezcan cortes de justicia y sistemas legislativos para mantener el
orden y crecimiento en la sociedad. Para el individuo, que respete las leyes
emanadas de estos órganos.
Si usted, apreciada señora mía, cumple con
estos sencillos mandamientos, ya tiene ganado el Cielo, ya es una
hija amada por Dios.
Para no extraviar el camino correcto que a Dios agrada, el gentil DEBE ser
instruido en Torá por maestros judíos idóneos, capaces y respetuosos de la
Torá y la Tradición.
Un consejo.
Señora apreciada, le sugiero que adopte con determinación y entereza el
camino de los gentiles, el de amar al uno y único Dios a través del
cumplimiento de Sus mandamientos; y el de apartarse totalmente de esas
doctrinas, que ensucian el espíritu y enferman la existencia, llamadas
religiones. Verá como su vida se llena de un nuevo color, y de mayor
esplendor.
Y le sugiero amablemente que no se avergüence de consultar con un psicólogo,
para que la ayude a resolver esos pesares que parecen que atormentan sus
días.
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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