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 Lic. Prof. Yehuda Ribco // 2 Adar 17, 5765 - 28/3/05

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 Respuestas a Preguntas // Profetas // Mikdash

    Profecía por la destrucción del segundo Templo
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Ud comento.

"En épocas del segundo Templo, los judíos en general eran más observantes de los rituales, y de los preceptos relativos directamente a Dios, pero su gran error consistía en sinat jinam -odio gratuito- entre hermanos"

http://serjudio.com/rap201_250/rap243.htm

Mi consulta es: Las destrucciones de los templos, los destierros sufridos por el pueblo de israel y sus causas fueron profetizados por grandes profetas ¿la destruccion del segundo templo por que profeta fue advertida?

Daniel C.
Argentina

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Shalom,
bienvenido y
gracias por escribir.

En principio, fue advertida directamente en la Torá, es decir por Dios a través del más grande de los profetas: Moshé / Moisés. Preste atención a la sutileza:

"Convertiré vuestras ciudades en ruinas, dejaré asolados vuestros santuarios (mikdasheijem) y no aceptaré el grato olor de vuestro incienso."
(Vaikrá / Levítico 26:31)

Lo que está traducido como "santuarios", en el original dice mikdasheijem, voz que NO remite al  Mishkán, santuario portátil que los hebreos conocían en sus peregrinaciones por el desierto, sino al Mikdash, a la Casa del Eterno que se establecería muchos siglos más adelante en Jerusalén.
Y preste atención al plural empleado en la profecía mosaica, que habla de al menos dos mikdashim, dos Templos.
Por tanto, el que cuenta con la clave, el conocimiento y la inteligencia, reconoce con sagacidad que el Eterno estaba anunciando las futuras y probables destrucciones de Sus Templos.

Ahora, preste atención a otra curiosidad en los sacros textos, esta vez en Isaías, en un pasaje clásico de consolación respecto a la destrucción del Templo y al retorno de los exiliados:

"'¡Consolad, consolad a Mi pueblo!', dice vuestro Elokim."
(Ieshaiá / Isaías 40:1)

¿Qué de llamativo encuentra en esta expresión profética?
Los sabios apuntan rápidamente la repetición del "consolad", pronunciado dos veces.
Dos veces, en profética alusión al consuelo por cada uno de los dos templos del Eterno destruidos.

Ahora, atienda al mensaje del Eterno al rey Salomón, luego de haber éste inaugurado el primer Templo:

"Pero si obstinadamente vosotros y vuestros hijos os apartáis de Mí y no guardáis Mis mandamientos y Mis estatutos que he puesto delante de vosotros, y os vais y servís a dioses ajenos y los adoráis, entonces eliminaré a Israel del suelo que les he dado. Y la casa que he santificado a Mi nombre, la apartaré de Mi presencia. Entonces Israel servirá de refrán y escarnio entre todos los pueblos."
(1 Melajim / I Reyes 9:6-7)

Está es una profecía general, no exclusiva, que apunta con claridad cual sería el resultado para la nación si abandonaba el cumplimiento de los mandamientos que Dios dispuso para Israel en la Torá. Si ve con atención, se anuncia el exilio, el sufrimiento y la destrucción del Templo del Eterno que estuviera en funciones.
Esta es, sin dudas, una clara profecía general, pero sencillamente cruda en su realidad.

Si desea saber de más profecías al respecto, se deduce, pues está implícito ya que no implícito, de las profecías en:
Zejariá / Zacarías 8:19;
Ieshaiá / Isaías 2;2-3; 11:1-2; 40:1-5, 9-11; 56:7; 62:1-2; 66:10;
Irmiá / Jeremías 33:14-15;
Mija / Miqueas 4:1-3;
Malaji / Malaquías 3:3;
Todas ellas hablan de una época en la cual Israel y Yehudá unidos y restaurados gozan de paz, armonía y bienestar, a la sombra del Templo.
En tanto la Era del segundo Templo no era ni por asomo similar a estas profecías, era fácil reconocer que el Segundo Templo pasaría en algún momento, para que pudiera construirse el tercer, y definitivo Templo.
Así mismo, y por mismo método inductivo, el Templo descrito por el profeta Iejezkel / Ezequiel en los capítulos 40 al 48 anuncian la presencia de un tercer Templo, necesariamente posterior al segundo.

Es lógico preguntar por qué no hubo profecía directa, clara y ostensible, respecto a la destrucción del Segundo Templo.
Y la respuesta es bastante simple: porque no había profetas, ni los hubo por casi 400 años antes de la destrucción del Segundo Templo.

Luego de la destrucción del primer Templo, la profecía y otras altas formas de inspiración divina, fueron progresivamente desapareciendo. Desde hace unos 2400 años, y hasta la fecha, no existieron profetas verdaderos. La profecía regresará al mundo, a la nación judía, en la Era Mesiánica.

Ahora bien, tras la destrucción del primer Templo, el Eterno no dejó desamparado de Su mensaje al mundo, y en especial a Su pueblo de Israel, sino que traspasó el objetivo1 de la profecía a los Sabios de Israel, quienes ya no contaron con el don de la profecía, pero sí con una cualidad superior en su plano intelectual.
Fueron los veros Sabios de Israel quienes amonestaron y advirtieron a su pueblo para que enmendaran sus caminos y evitaran el sufrimiento y destrucción, pero tristemente sabemos el resultado.

Alguna persona lista, pero poco conocedora, bien podría preguntar: ¿Y por qué los últimos profetas2 no profetizaron acerca de lo que ocurriría con el Segundo Templo?

Una respuesta la aprendemos cuando reconocemos con propiedad qué fue realmente la época del Segundo Templo.
El maestro Abarbanel nos hace notar que en verdad esa época no fue de redención, sino de mitigamiento del exilio babilónico. Es decir, los padecimientos enunciados al respecto de la destrucción del Primer Templo y del exilio permanecían vigentes en la época del Segundo.
Por otra parte, el Segundo Tempo, como es sabido, carecía de la santidad y altura en su conexión espiritual que reposaba en el Primero.
Todo esto hace a que no se señalara alguna profecía explícita, sino que estuviera contenida en otras profecías y en alusiones que para ojos de los entendidos son claras.

Otra respuesta, más simple y obvia: los últimos profetas vivieron en la época tortuosa del semi-retorno de los exilados de Babilonia a Yehudá, y debían alentar el duro esfuerzo de reconstruir el Segundo Templo.
En sus bocas había admoniciones, pero muchísimas más palabras de consuelo y aliento.
Ahora bien, ¿sería misericordioso, propio de la divinidad, anunciar la futura destrucción del Templo a aquellos que con mil y un esfuerzos trataban de erigirlo con dignidad?
Así pues, por compasión, ánimo de esperanza o desconocimiento del lejano futuro los últimos profetas no profetizaron explícitamente la destrucción del Segundo Templo.

Sin embargo, lea con atención las palabras del profeta:

"Hageo dijo: -Si alguna persona impura a causa de contacto con un cadáver toca alguna de estas cosas, ¿llegará ésta a ser impura? Le respondieron: -Sí, será impura.
Y Hageo respondió: -'Lo mismo sucede delante de Mí con este pueblo y con esta nación', dice el Eterno, 'de manera que toda la obra de sus manos y todo lo que ofrecen aquí es impuro.
Ahora pues, reflexionad desde este día en adelante, antes de poner piedra sobre piedra en el templo del Eterno
"
(Jagai / Hageo 2:13-15)

Que el que lee entienda...

Si le quedan dudas, hágalas saber.

"¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26)
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

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Notas:

1- El único y verdadero motivo de toda profecía verídica es llevar a las personas al más cabal cumplimiento e los mandamientos, a apartarlos del mal (en especial de la idolatría), y a acercar a las persona a su verdadera esencia que reposa en el espíritu.
Este objetivo se alcanza a través de la profecía, pero también por intermedio de las enseñanzas e instrucciones de los Sabios en Torá.
Es un error común suponer que el objetivo de la profecía es develar el futuro y anunciar hechos del porvenir. Esto es un ocasional efecto o una herramienta de la profecía, pero no la finalidad de la misma.

2- Jagai / Hageo, Zejariá / Zacarías y Malaji / Malaquías, quienes vivieron al final de la Era profética, en épocas del retorno de Babilonia y reconstrucción del Templo, aproximadamente en el 350 AEC.

 Yehuda Ribco

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