Shalom,
"¡Bendito el que viene en el nombre del
Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido nuevamente y gracias por enviarnos su interesante misiva.
Sobre el concepto de "almas gemelas", le pido
que leas el texto que se
abre haciendo
clic aquí, pues ya hemos escrito al respecto nuestra opinión.
En cuanto a si la persona que desposa es su
"alma gemela", la respuesta es, no lo sé, ni los miembros de la pareja lo
saben a ciencia cierta. Es que, solamente al final de su viaje juntos por la
vida, pueden sacar conclusiones más atinadas al respecto.
Debe reconocer que no en vano el Eterno autorizó el divorcio y es un
procedimiento bastante accesible.
Así pues, el Eterno en Su Torá parece dar a entender que el esposo o la
esposa no necesariamente es esa persona que complementa integralmente, ya
que el matrimonio no es "hasta que la muerte los separe".
¿Y cómo podría serlo seriamente, si somos tan endebles, limitados en nuestro
conocimiento, atribulados por nuestras emociones?
De hecho, muchos se casan "muy enamorados", creyendo haber encontrado a su
"alma gemela". Sus ceremonias nupciales parecen sacadas de folletines de
Hollywood, las promesas de fidelidad y pasión se presentan como
inextinguibles, su dicha tiene la etiqueta de incorruptible.
Pero, con el desgaste de la convivencia, con las responsabilidades y
compromisos de la vida en común, se comienza un declive, un ánimo negativo
va ganando terreno.
El proceso de declive sigue la siguiente pauta general.
Se relacionan motivados por sus propias necesidades, en busca de
satisfacerlas, y creen que el otro, al que dicen amar, es el que saciará
esas necesidades.
Levantan el lema del "amor", cuando de cierto lo que comparten son momentos
de egoísmo a dúo.
Más pronto o más tarde, la insatisfacción va ganando terreno, ya la
conformidad de las necesidades no basta, o se buscan otras cosas que la
pareja no puede proveer.
Luego la insatisfacción va dando a luz a los reproches, que van subiendo de
tono y en agresividad, aunque a veces el reproche es un trato gélido, de
indiferencia.
El paso siguiente en este tobogán doloroso es la violencia de algún tipo,
sea verbal, moral, psicológica, física, material.
Muchos deciden terminar su corrompido lazo matrimonial en este momento, pues
están hartos y el sufrimiento supera en mucho las ganancias o comodidades
que provee el mantener ese matrimonio.
Tristemente, algunas parejas siguen conviviendo a pesar de trasponer este
umbral y llegar al siguiente, que es el de seguir juntos por miedos, unidos
por el absurdo.
Por supuesto que en medio se pueden presentar situaciones de infidelidad
conyugal, engaños de todo tipo, estafas de fondos en común, etc.
Y lo más triste quizás, es cuando ponen en medio a los hijos, o los usan
(conscientemente o no) como mensajeros o peones de un tétrico juego de
ajedrez matrimonial, etc.
Así pues, gracias a Dios que Él nos ha
provisto de una herramienta saludable para no llegar a los niveles más bajos
de degradación en la relación de pareja. Y esto porque Él conoce que el
corazón y los ojos de la persona son malos consejeros, que el cerebro es
flojo y que lo que soñamos como un paraíso en realidad puede ser un
hervidero infernal. Entonces, nos ha dado la posibilidad del divorcio.
En resumen, su estilo de relación de pareja es
aquella que usted ha escogido (junto con su cónyuge), tal como en casi todos
los aspectos de su vida, es uno el que tiene la relativa potestad para
elegir, para el acierto o el fracaso.
Si ustedes encuentran los modos para comunicarse auténticamente, para
exponer sus sentimientos y pensamientos de manera genuina y constructiva, si
aprenden a dejar de lado el egoísmo negativo para formar una verdadera
asociación basada en el compromiso y las metas trascendentes, si entienden
que el "alma gemela" es aquella que uno construye junto con la pareja
entonces estarán en la buena senda, del real "amor".
Y es bueno saber que a veces uno o el otro no resulta ser el mejor socio
para la empresa de la vida en común, porque tenemos derecho a equivocarnos y
el deber a enmendarnos. Por tanto, se puede terminar del mejor modo posible
la relación, para quedar así habilitados a encontrar a otra persona con la
cual hacer de su relación matrimonial un pequeño paraíso.
El Eterno nos da los instrumentos y la materia
prima, pero nosotros también estamos obligados a poner nuestra parte,
recuérdelo.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.
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