Gracias por comunicarse.
Esta es una respuesta que continúa un texto
anterior.
Hablemos de manera breve y concisa.
Para acceder al conocimiento un objeto, asunto o sujeto se puede ir por la
vía natural o la supranatural.
La natural, a su vez, se compone por dos vías: la teoría; la práctica.
Teoría: conozco acerca de una materia o sujeto porque pensé, o estudié,
o aprendí, o intuyo y compruebo.
Práctica: ejercito determinadas funciones que me permiten llegar al
conocimiento de cierta materia o sujeto, por ejemplo en la práctica
de la vida matrimonial llego a conocer a mi persona amada; o en mi trabajo
como psicólogo conozco acerca de cosas que en los libros y en las clases
ni se mencionan.
La vía supranatural es el conocimiento
profético.
Éste no se consigue por empeño y esfuerzo propio, sino por Voluntad
divina.
En la actualidad este tipo de conocimiento no se manifiesta.
Y hay un camino para el falso conocimiento,
que es la creencia estéril, o la fantasía despojada de bases, o la
imaginación fértil. Las opiniones, sentencias licenciosas, ideas
fanáticas, el suponer, el asumir que el sentimiento es conocimiento, en
lugar de aproximar a la persona a su sujeto, objeto o materia por conocer,
la aleja.
Ahora bien, existen aspectos que no son
cognoscibles por la persona.
En general conocemos aquello que entra dentro de nuestro rango de
proximidad mental o física.
Le pongo un ejemplo. Suponga que en Marte hay vida inteligentísima, pero
que ésta son organismos en todo idénticos a granos de arena terrestre,
con la pequeña diferencia que cuentan con una vida totalmente
ajena a lo que nosotros llamamos "vida". Cuando los diversos
exploradores llegaron y llegarán a Marte, y sondeen el suelo, y analicen
los granos de arena, ¿deducirán la existencia de vida en ese
planeta, o no?
¿Puede el Hombre conocer a Dios?
La respuesta es: Sí y no.
Lo podemos conocer a través del estudio de su Palabra (Torá); o
emulando sus acciones en la realidad (preceptos).
Pero en verdad, de ese modo estaremos (re)conociendo Sus manifestaciones y
no Su esencia.
La esencia de Dios, es decir Dios, permanece por siempre velado para
nuestro conocimiento. ¿Por qué? Pues, porqué Él es completamente
diferente a cualquier otra cosa que podamos conocer, suponer o pensar. Es
inefable.
La única manera de rozar ese conocimiento imposible es por medio de la
profecía, que como dijimos no depende de nuestra voluntad, y que tampoco
habilita a alcanzar la esencia divina, sino alguna de las decantadas
manifestaciones de Dios.
Entonces cuando usted pide conocer a
Dios, o la veradera religión desde que usted era pequeña, como
condición indispensable para aceptar la veracidad del judaísmo... ¿por
qué vía del conocimiento pretende alcanzarlo?
Por los modos naturales no puede, pues así a esa Verdad no se llega... al
menos no desde pequeña o desde el nacimiento... es el denodado esfuerzo
el que va haciendo llegar a la persona hasta la cima de Verdad que puede
captar... sin regalos, sin concesiones, sin dones, sin vacaciones... es el
camino de Avraham nuestro patriarca, que sin embargo quedó rezagado en
comparación al punto alcanzado por Moshé nuestro maestro gracias a la
profecía.
El camino supranatural está cerrado para usted, al igual que para todos
nosotros.
¿Entonces?
Además, ¿por qué se cree privilegiada como para reclamar un
conocimiento tal desde su tierna infancia? ¿Acaso reclama haber nacido
sabiendo castellano para usar ese idioma? ¿O saber matemáticas desde el
vientre materno para poder hacer una simple 2+2?
En lugar de reclamar por imposibles del
pasado, ¿no es mejor empeñarse en construir un estable y armonioso
presente con vistas al futuro?
Espero haber sido de provecho.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y nos permita pronto construir
Shalom.
Yehuda Ribco
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