Gracias por comunicase.
Confieso que me dejó
sorprendido con su pregunta.
No supe qué contestar, ni recordaba fuentes al respecto.
Así que me puse a reflexionar un poco, y le daré mis impresiones, espero
que le sean de utilidad.
Ante todo, sabemos que la
Torá es una guía de caminos para crecer integralmente como
individuos y sociedad.
Pero, ¿es un manual de negocios e inversiones?
Y la respuesta es muy clara (luego de análisis exhaustivo): no, no lo es;
esa no es su función ni finalidad.
Entonces, ¿la Torá se opone a la consecución de bienes
materiales?
Y la respuesta es nuevamente negativa. Es decir, nada hay en la Torá que
prohíba el que la persona (o un grupo) se enriquezca materialmente o
prospere, en tanto no sea infringiendo ninguna normativa (ni judía ni del
país de residencia)
Ser rico no es malo, en tanto la persona no haga de la riqueza, de
las posesiones, su único estandarte, su meta en la vida, su modo de vida.
Aprovechar de lo bueno que la tierra nos ofrece es positivo, mientras no
perjudiquemos a nadie, ni siquiera a nosotros.
Gozar de lo material es correcto, si no nos apartamos ni desprotegemos al
que no se regocija de bienestar.
Es decir, ser rico implica ser responsable, de uno, del prójimo, y de la
sociedad.
Ser rico, desde un punto de vista judío, remite indudablemente a extender
la mano para favorecer al menos favorecido, no como dádiva o
caridad, sino como acto de justicia y equilibrio social.
¿Cuándo la riqueza deja de ser riqueza?
Cuando el dinero, el éxito, la fama, etc. se convierten en ídolos.
Cuando la prosperidad se transforma en meta en sí misma.
Cuando se perjudica a alguien para obtener réditos.
Cuando se espera que el bienestar llueva, sin siquiera salir a recoger los
frutos.
Cuando se desestima la espiritualidad para cosechar más y más de lo
material.
Cuando se deja de vivir, para afanarse por tesoros que no son más que
vanidad.
¿Cómo prosperar?
Una persona incauta leería la Torá y llegaría a la conclusión de que si en
ella se ofrecen numerosas bendiciones de éxito al que acata los
mandamientos de Dios, entonces hay que cumplirlos para enriquecerse.
Esto que parece un razonamiento válido, es un tremendo error.
Es verdad que la Torá promete (y Dios siempre cumple Sus promesas) el
florecimiento del respetuoso de las mitzvot.
Pero también es verdad que la condición que se da para que eso ocurra es
que se cumplan si segundos intereses ni intenciones, es decir, cumplir
porque eso es lo que se debe hacer, y no esperar nada a cambio.
Por lo que, el que cumple esperando riquezas, quizás obtendrá alguna
recompensa, pero no las generosas retribuciones que la Torá promete al
desinteresado en retribuciones.
¿Se entiende?
Entonces, ¿cómo prosperar?
Haciendo todo lo que es lícito y factible hacer.
Cumpliendo cabalmente con todos los mandamientos posibles de cumplir.
Confiando en Dios.
Poniendo por meta y finalidad no el enriquecimiento material, sino la
alegría de vivir en paz, compartiendo con el prójimo lo que nuestra mano
haya alcanzado.
Aprendiendo que los bienes materiales, son bienes en realidad, pero no son
todo.
Elevando la materialidad hacia dimensiones espirituales.
Trabajando duro, con empeño y honestidad.
Pero, le confieso algo...
¿cómo hago yo para prosperar? ¡Ojalá y supiera!
Para finalizar, recordemos a
nuestros Sabios que enseñan: "¿Quién es el rico? Aquel que se complace
con su porción."
Espero que tenga paz.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos
construir Shalom
Yehuda Ribco
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