Gracias por comunicarse.
Hemos incluido el nombre de su madre en nuestra sección dedicada a
rogar al Todopoderoso por el pronto restablecimiento de los enfermos.
Demás está decir que no nos interesa si usted o su madre pertenecen a la
Familia de Israel, pues Dios es Padre de todas sus criaturas,
Misericordioso y Justo en todas Sus sendas, para con todos. Y tal como Él
desea, nosotros intentamos seguirLo (como mejor podemos), por lo que
rezaremos en procura del equilibrio, salud y paz en su familia, tal como
lo hacemos por un hermano/a de Israel.
Hemos introducido también su
pedido como una RaP (Respuesta a Pregunta), pues usted además de recurrir
por plegarias nos hace un comentario bastante interesante: "...que
cure su alma y quite de su corazón todo rencor,odio,resentimiento y
amargura.Solo así podrá sanar su cuerpo."
Usted parece comprender que el cuerpo no es una entidad separada del alma,
y es sobre eso que quiero realizar un brevísimo estudio.
En verdad la persona (que es
cuerpo y alma intrincados de modo tal que sólo la muerte puede separarlos)
enferma en muchas ocasiones por lo que su alma carga.
En el siglo XX EC algunos psicólogos arriesgaron la idea de que el soma
(cuerpo) está vinculado a los pensamientos/emociones (psíque), surgiendo
así una nueva y prometedora rama conocida como psicosomática.
Y gracias a ella aprendimos que alergias, asma, gastritis, y otras
numerosas dolencias, incluso algunos tipos de cáncer, están conectados
directamente a lo que la persona carga en su corazón, y no tan
simplemente a factores ambientales, genéticos, físicos.
Pero, en el judaísmo esa idea no tiene nada de novedoso ni de
revolucionario.
Ya lo Torá nos había
enseñado hace milenios que ciertos tipos de enfermedad de la piel (nega
tzaraat que es mal traducida como "lepra") provenían de las actitudes
maledicientes, chismosas, ofensivas contra el prójimo del que las padecía.
La profetisa Miriam, hermana
de Moshé, fue el patente ejemplo de esto.
Si venimos más cerca en el tiempo, el enorme Maimónides (que sumaba a su
sabiduría en Torá, su profesión de médico) nos recetó: "Por otro lado,
debe tender a lo agradable (prefiriéndolo a lo provechoso), cuando se
trate de prescripciones médicas; es decir cuando se debilita el apetito
por los alimentos (anorexia), se puede despertarlo con alimentos
placenteros condimentados y agradables (lo que la persona desea
preferentemente). De la misma manera, si alguien sufre de melancolía se
puede curar escuchando música o cantos, paseando por jardines o por
edificios de regia arquitectura, o contemplando hermosas pinturas; es
decir todo aquello que complace al alma y así eliminar la melancolía. El
objetivo de todo esto es curar al cuerpo, y la finalidad de un cuerpo sano
es adquirir sabiduría."
(Shemoná Perakim, cap. 5, traducción de R. I. Sakkal)
En una palabra, si plantamos
semillas positivas, tenemos gran chance de cosechar positivo.
Pero, si nuestra mente siembra semillas de negatividad, ¿qué podremos
obtener?
Y, precisamente las cuatro debilidades que usted menciona (rencor,
odio, resentimiento y amargura) tienden a ser semillas inmensamente
negativas que suelen transformarse en enormes árboles que succionan y
drenan toda la energía vital del que pudiera ser un floreciente jardín.
Por lo que, a la par de cuidar el cuerpo con las medidas y conductas
pertinentes y necesarias (para mantener, fortalecer o recuperar el estado
de equilibrio); es indispensable curar el alma.
No sé si su enferma podrá
sanar su cuerpo eliminando las toxinas de las semillas negativas, quiera
Dios que así sea (y rogaremos por ella), y ojalá pueda usted cultivar en
usted y en sus allegados semillas de luz.
Espero que tengan paz.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos
construir Shalom
Yehuda Ribco
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