Rabi Yehuda:
Gracias por sus respuestas.....
No llegaron para nada tarde. Es más, llegaron en el momento que debían
hacerlo.
Hoy se murió nuestra mascota, un hamster enano, por una serie de errores
tanto de los chicos, míos como del veterinario.
Y mis hijos, de 7 y 6 años, me preguntaron por que D's permitía que
sucediera que un ser que da tanta alegría se muera.
Bueno....mi respuesta fue similar a la que usted me da a la última de mis
interrogantes:
Tal vez para aprender de nuestra experiencia.
Tal vez para hacernos cargo concientemente de que las mascotas son seres
vivos y no juguetes.
Tal vez para hacernos más responsables aún de su bienestar.
Luego, con más calma leeré el resto de su respuesta a mi e-mail.
Gracias nuevamente.
E.C.
Chile |
Gracias por comunicarse
nuevamente, le agradezco que me agradezca.
Lamento que su mascota haya muerto, me imagino que sus hijos deben
sentirse mal.
Me permito esta ocasión, que
me brinda con su amable respuesta a mi respuesta, para hacer tres
reflexiones.
Primera: siguiendo el
ejemplo de Adam y Javá...
Cuando niños pequeños interrogan acerca de la falta-de-bondad-de-Dios
ante el sufrimiento de un inocente, y que pareciera que olvidaran que
fueron ellos los que lo han hecho (o colaborado a) sufrir, es
comprensible, pues se condice con la edad y el tipo de pensamiento
infantil.
Pero, ¿por qué los adultos, muchas veces, seguimos pensando de similar
manera?
¿Por qué achacarle a Dios nuestros errores, omisiones, desobediencias y
faltas?
¿Por qué y para qué negar la humana responsabilidad (individual y/o
colectiva)?
Por ejemplo, la imagen del fumador empedernido agonizando por el cáncer en
sus pulmones (o similar, como el estresado en un infarto, o el imprudente
ebrio en un accidente, o...) y grita enojado: "¡Dios, ¡cómo me hiciste
esto!", ¿es tan infrecuente?
Segunda: mientras no
llega el ocaso...
Que los malos trances deberían servirnos como trampolín para nuestro
crecimiento, es alguna de las cosas positivas en lo negativo.
Y sí, como dije y usted dice: "Tal vez para hacernos más responsables por
su bienestar".
Pero, la gran cuestión es: ¿debemos aguardar hasta que lo negativo, el
sufrimiento, la falta, la muerte, etc., estén presentes para tomar
conciencia de lo que nos resta por avanzar, por crecer, por ayudar-nos y
ayudar al prójimo?
¿Es necesario llegar a la pérdida para recordar los buenos tiempos en los
que se tenía lo que falta, pero no teníamos la conciencia que nos dio su
pérdida?
Tercera: hasta el último
momento...
Yo me sentía en falta con usted por la tardanza en responderle su
mensaje anterior.
Y pensé que llegaría tarde.
Pero, usted amablemente me indica que llegué en el momento justo.
Y se me ocurre pensar: si le hubiera respondido hace un par de meses, ¿era
el momento indicado para que la respuesta fuera efectiva en la vida, y no
sólo como solaz intelectual?
Puede que sí, o puede que no...
Por eso, lo importante es reconocer que tenemos tiempo, hasta el último
momento para hacer lo imprescindible por superarnos, pues, no sabemos si
estamos llegando tarde... o... en el momento justo...
Bien, espero no haber sido
intrusivo con mis reflexiones, y recuerde que quedo a sus órdenes.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
El título no es rabino.
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