Al niño varón judío de ocho días, si sus condiciones sanitarias lo permiten, se le realiza el brit milá -circuncisión-, como señal del pacto existente entre el Eterno e Israel. En esta misma ocasión se le da al niño su nombre, el nombre judío.
Hay otra ceremonia, que está reservada a ciertos niños. Para aquel que sea primogénito, absolutamente el primero de madre judía, y nacido sin cesárea, y tanto el padre como la madre son israelitas, es decir ni cohén ni leví, a los 30 días se le realiza el pidión habén -Redención del primogénito.

En vuestro caso en particular, de acuerdo a la halajá -normativa judía-, su hijo no debe pasar por ninguna de ambas ceremonias, pues no le corresponde por derecho.
En caso de que ustedes deseen que él pertenezca plenamente a la Familia judía, lo que deben hacer es consultar personalmente con un rabino competente para que los ayude en la tarea de concretar la conversión formal al judaísmo de su hijo.