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El judaísmo, tal y como lo conocían los judíos antes de la invasión asiria a
los reinos del norte y del sur, fue considerablemente modificado por las
teorías teológicas de Zoroastro y su liberal mitraísmo, durante esos 70 años
en los cuales importantes teólogos judíos hicieron su "pasantía" por
Babilonia, dándole vida a lo que se conoció como "judaísmo apocalíptico" (o
de "revelaciones") en la que muchos "profetas" decían recibir directrices de
Dios, a través de sueños u otras "señales" recibidas durante trances que
provocaban con música e, incluso, con cortaduras en las manos, brazos y
antebrazos.
A todos esos "profetas" que aparecieron en el panorama y que son mencionados
más allá del Deuteronomio 34:12, habría que leerle lo que expresamente
alerta "El Eterno" en Deuteronomio 4:2 y que textualmente dice (palabras
más, palabras menos. de acuerdo a la "versión" bíblica): "No añadiréis a la
palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno." (con el perdón de
mención de la palabra "Jehová", que sé que a usted no le agrada).
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R.A.
Venezuela
(Incluiremos el e-mail
del remitente que no nos escribe su nombre completo, el nombre de la ciudad
y país donde vive) |
Continuamos respondiendo una pretenciosa
misiva. Si está interesado en la respuesta anterior a esta persona, lea la
respuesta numerada 777.
Como las incoherencias
continúan del autor de la extensa carta, es mi deber (por respeto a mis
lectores, a mí, y al Cosmos) poner coto a tanta dilapidación de tiempo y
palabras ociosas, por lo que seré breve a partir de ahora.
Si me explicara qué se supone
que la corriente principal del judaísmo adquirió del zoroastrismo, podría
indicarle uno a uno sus errores, pero, como no lo hace, no hay a lo qué
responder.
Lo que, en mi modesto entender, es la principal característica del
zoroastrismo, es la pugna entre la deidad del bien, y la del mal. Eso, esa
creencia en una lucha entre fuerzas, en la existencia de dos dioses
contrapuestos, en un dios y un Satanás, eso, jamás fue parte del judaísmo,
ni antes de Persia, ni después de ella.
Tanto el Bien como el Mal son obras de Dios, e incluso los seres y fuerzas
que pugnan por el predominio del Mal, se supeditan a las órdenes del Rey.
En cuanto a las escuelas de
profetas.
Es cierto, hubo escuelas de profetas entre los israelitas, al estilo de
similares en otras naciones. De esos, ¿quién tiene noticia? Si apenas son
mencionados como una curiosidad o como una estafa decadente oor el
Tanaj...
Sin embargo los cuarenta y tantos profetas mencionados en el Tanaj, lo
fueron contra su voluntad, fueron llamados al servicio de Dios por medio de
la profecía, y no por buscar ese contacto. Ejemplos abundan, pensemos en el
más grande de los profetas (Moshé), que rehusó insistentemente su cargo ante
la zarza ardiente; o a Eliahu pretendiendo morir antes que continuar
profetizando; o a Amós reconociéndose como boyero, y no como buscador de
profecías...
Y, por si fuera poco: la mayoría de los profetas actuaron antes del
Exilio a Babilonia, por lo que sería muy extraño que se contaminaran de
algo que aún no existía. (Le recomendaría que antes de mover la boca para
saturar el aire, estudie un poco, sólo un poco)
Los profetas son emisarios de
la Justicia y la Verdad, y para reconocerlo lo único que se precisa es leer
su mensajes, y ubicarnos en su contexto.
¿Acaso usted, en su altísima sabiduría, se enfrentaría al Presidente Chávez
para enrostrarle sus errores? ¿O ante una turba de narcotraficantes para
indicarles el camino de lo correcto? ¿O ante la furia de los decadentes para
advertirles que su conducta los lleva al extravío?
Hay que ser muy valiente y loco (al unísono) para hacer tal cosa, y para no
obtener ningún beneficio (ni material, ni de ninguna otra índole)
O,
hay que estar comprometido con la causa que representa, y haber sido
impulsados por Dios para cumplir tal acción.
Ah, y si es así, ¿por qué Ieshu no es válido pero los profetas del Tanaj sí?
¿Si ambos lucharon contra lo que consideraban injusticia y necedad, y decían
venir en nombre de Dios?
Las respuestas son múltiples, pero como dije ser breve le diré la que se
desprende de su carta: porque Ieshu cambió el mensaje de la Torá (un sólo
ejemplo: el hombre es el señor del sábado); en tanto que los profetas lo
sostuvieron.
Los profetas, como emisarios de Dios, no quitaron ni añadieron: lucharon por
alcanzar su cumplimiento.
Continuemos por favor en la
respuesta 779.
Yehuda Ribco
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