Claves: Cabalá, Kabbalah, mística, sod, secreto,
Dios, bienestar, paz, armonía, desarrollo, crecimiento, felicidad,
salud, normas, generosidad, egoísmo, equilibrio, alegría, enfermedad,
rectificación, alimento, comida, sangre, refinamiento, trascendencia,
emoción, intelecto, sefirot, poder, esfera, facultad, midá, justicia,
retributiva, retribución, tikún, Mishná, Adam, paraíso, Eden.
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Shalom.
Gracias por su participación a partir de un texto reciente.
Y le agradezco en nombre de la persona que está aprovechando esta triste
ocasión para enmendar lo que puede enmendar.
Si me permite, haré un
comentario que une aquel texto/pedido de ayuda, con su participación en este
mail y con otro texto previo.
¿Sabe cuál es la primera
ordenanza que Dios ha encomendado a la humanidad con la finalidad de
establecer/extender el paraíso en la Tierra?
¿Acaso pidió Dios plegarias, ofrendas, sacrificios, creencias, fe, rituales,
meditación, gimnasia física/emocional, amor sentimental?
¿Qué pidió y pide el Eterno para sostener el
paraíso?
Leamos:
"Tomó, pues, Hashem
Elokim al humano y lo puso en el jardín de Edén, para que lo trabajase y
lo guardase."
(Bereshit / Génesis 2:15)
Trabajar y guardar, eso es lo
que debía hacer la persona.
Pero, ¿lo qué? ¿Acaso a sí mismo? ¿Debía trabajarse meditando, apartándose,
siendo asceta? ¿Debía guardarse, cuidarse del mundo, del Satanás
de creencias mitológicas ajenas al judaísmo?
Realmente, ¿para quién debía esforzarse Adam (el humano)?
La respuesta es simple, y está en el texto. Debía trabajar y guardar el
jardín.
Es decir, su labor y metas no eran para su beneficio egoísta, sino
generosamente entregarse, darse, sin esperar ganancia personales.
Si eso hubiera hecho, la armonía de los primeros tiempos quizás estaría
vigente actualmente. (Con la Torá, Dios proveyó de un manual explícito para
llevar a cabo esta tarea sin extravíos, pues el ser humano por sus propios
medios no encontró la manera de hacerlo)
¿Qué aprendemos de esto?
Si queremos cumplir nuestra meta personal esencial, debemos amar al prójimo
y amar a Dios. Al hacerlo ganan todos los implicados (claro, Dios nunca gana
ni pierde nada, pero no viene al caso), y el Shalom deja de ser una
aspiración y se establece en una realidad.
Se podría suponer que esto se debe hacer sólo en momentos de dicha, de
esplendor, cuando se tiene energías y medios como para ayudar, pues ¿quién
puede preocuparse por los demás estando en la llaga?
Pero, amar a otro que no es uno, es decir, actuar generosamente, también se
puede/debe hacer en las situaciones personales adversas (quizás se está
sufriendo, o enfermo, o incluso agonizante), pues en lugar de usar a las
dificultades que se presenten como excusa para no trabajar por imponer el
paraíso en la Tierra, se las debe utilizar como nuevo/diferente canal
para conseguirlo. Si se resignifica la adversidad, si se la dota de sentido
trascendente (es decir, despegado de uno) entonces se trabaja realmente por
lo positivo.
Finalmente, los beneficios serán recibidos, aunque quizás no percibidos.
Sus
comentarios son bienvenidos, y recuerden que quedo a las órdenes.
Les deseo que pasen un Pesaj Casher VeSameaj
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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