Claves: Mashiaj, mesías, David, Ishai,
Ierushalaim, Tzion, Sion, Jerusalem, Jerusalén, Templo, Mikdash, Ieshaiá,
Isaías, Jeremías, paz, armonía, estabilidad.
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Shalom, jag sameaj.
Gracias por participar con tan oportuna e interesante cuestión. En estos
días en que las Hijas de Tzión lloran por sus hijos masacrados por los
asesinos terroristas, y traicionados por los déspotas del poder económico,
político y mediático, es oportuno releer los versos de consolación
profética.
Gracias.
Dijo el profeta (muchos siglos
antes de que los seguidores de más modernas deidades mancillaran nuestra
santa ciudad):
"¡Despierta! ¡Despierta!
Vístete de tu poder, oh Tzión [Sion]; vístete de tu ropa de gala, oh
Ierushalaim [Jerusalén], ciudad santa. Porque nunca más volverá a entrar
en ti ningún incircunciso ni impuro."
(Ieshaiá / Isaías 52:1)
El profeta anuncia que en
algún tiempo futuro (quizás mañana), Ierushalaim despertará y retornará a su
esplendor.
¿Cómo se comprende esto? ¿Acaso una ciudad duerme y puede ser despertada?
De hecho, durante generaciones Ierushalaim permaneció no sólo como dormida,
sino aparentemente extinta. No había vida en ella. Incluso las ruinas eran
sus únicas edificaciones. Tal como expresó el dolido testigo: "Por el
monte Tzión [Sion], que ha quedado desolado, se pasean las zorras."
(Eijá / Lamentaciones 5:18)
Sin embargo, hay un tiempo final para la aflicción.
Habrá un tiempo para el despertar de la ciudad.
El momento en que la oscuridad del terror se ahuyente con los pasos cada vez
más firmes de la luz que amanece.
Cuando sus obreros, los habitantes de la ciudad que laboran con esmero, la
harán lucir como nunca, la sostendrán como capital del reino judío,
gobernado por el justo rey de la dinastía de David, el Mashiaj que
anhelamos.
Y Ierushalaim estará revestida de poder y de esplendor.
Es decir, regresará a ella el trono real, simbolizado por el poder.
Y se erigirá nuevamente el asiento del Eterno, simbolizado por el
esplendor, que es el Templo con sus servicios.
Y Ierushalaim, capital eterna, irradiará su majestad y sabiduría al mundo.
Será entonces cuando las palabras del profeta cobrarán vida: "Muchos
pueblos vendrán y dirán: ''Venid, subamos al monte del Eterno, a la casa del
Elokim de Iaacov [Jacob], para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros
caminemos por sus sendas.'' Porque de Tzión [Sion] saldrá la Torá, y de
Ierushalaim [Jerusalén] la palabra del Eterno." (Ieshaiá / Isaías 2:3)
Pero, si esto será así, ¿no se contradice con el final del primer versículo
del capítulo 52?
Pues, Ieshaiá 2 anuncia que vendrán las naciones hasta el monte del Eterno,
al Templo en Ierushalaim para mamar de la enseñanza de la Torá; en tanto que
Ieshaiá 52 proclama que ningún incircunciso o impuro entrará nuevamente a
Ierushalaim.
¿Hay algún modo racional de solucionar esta aparente contradicción?
Pues, sí hay solución, pues no hay contradicción.
Por el contexto y el lenguaje, sabemos que el capítulo 52 declara que ningún
extranjero entrará a Ierushalaim (Eijá / Lamentaciones 4:12), como
conquistador, como amo, como señor, como violador del orden real davídico,
ni tampoco interrumpirá el servicio en el Mikdash -Templo-.
Pero, el gentil que anhele la bendición de Dios, y la justicia impartida por
nuestro sabio rey, será bienvenido a Ierushalaim y a los atrios del Templo,
tal como está dicho: "Asimismo, cuando el extranjero que no sea de Tu
pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de Tu Nombre [porque oirán
de Tu gran Nombre, de Tu poderosa mano y de Tu brazo extendido], y venga a
orar a este Templo, entonces escucha Tú en los cielos, el lugar de Tu
morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a Ti, a
fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan Tu Nombre, Te teman como
Tu pueblo Israel y sepan que este Templo que he edificado es llamado por Tu
Nombre." (1 Melajim / I Reyes 8:41-43)
Quiera el Eterno darnos pronto
la redención a nuestros pesares, paz y armonía para Israel y el mundo. Amén.
Sus
comentarios son bienvenidos, y recuerden que quedo a las órdenes.
Les deseo que pasen un Pesaj Casher VeSameaj
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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