Claves: Judío, conversión, noajida, mitzvá,
precepto, mandamiento, pecado, jet, error, Decálogo, Sinai, retribución,
padres, respeto, búsqueda, premio, familia, gentil.
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Shalom.
Le escribo porque me encuentro en una situación algo complicada.
Mi familia siempre ha sido muy creyente, hasta el punto de "invitar" a curas
a vivir durante años en casa. Entre ver que ninguno de ellos cumplía lo que
doctrinaba y el ultrafanatismo de mi familia, he perdido la fe en el
cristianismo.
Busco respuestas y no encuentro sentido a las respuestas que me ofrecen.
Ahora que soy ligeramente mayor ya no me obligan a ir a misa (me niego a
ofender a los demás porque yo, que ya no creo, ir a un lugar de culto para
hacer ver que creo, lo considero una falta de respeto) y no se a quien
acudir.
A esto, hay que añadir que durante un año me hice amiga de ..., un grupo de
chicos y chicas del CIB de Barcelona. Y claro, al empezar a ver su fe, sus
fiestas y tradiciones, empecé a plantearme la idea de que ellos tenían lo
que buscaba.
Ahora me siento me confusa, no sé en qué creer, pero sé que quiero creer. De
algo estoy segura, de que Dios existe.
Me sería de gran ayuda si pudiese ayudarme, Muchas gracias por todo,
En reserva
España
(Incluiremos el e-mail
del remitente que no nos escribe su nombre completo, el nombre de la ciudad
y país donde vive) |
Shalom.
Gracias por acudir a nosotros con tan sensible tema.
Analicemos algunas puntas que notamos en su
misiva:
-
Usted sabe que es verdad, Dios existe y la
ama.
-
Usted sabe que anhela hallar a Dios, pues
percibe que este encuentro le dará un sentido a su vida, y un gozo que
falta hasta ahora.
-
Usted es consciente de que los modos de vida
y creencias de sus mayores no colman su ansia de Dios e integridad, y, en
definitiva, de hallar la armonía interior.
-
Usted, sin embargo, se siente apegada y
respetuosa a sus padres (como corresponde). Por lo que sufre un tironeo,
entre desarrollarse a nuevos planos espirituales y de vivencias, o
permanecer aferrada a lo que reconoce como carente pero querido.
-
Usted, mi joven apreciada, siente que todo
esto es demasiado para que sea soportado en soledad, por lo que también
busca con impaciencia un marco social, y de pertenencia, un otro
que le devuelva una imagen integrada de sí misma.
-
Usted, cree haber encontrado en la Familia
de Israel el consuelo, el camino, la respuesta a alguna de sus
interrogantes.
Bien, espero que no haya omitido nada de lo
que su carta trasluce.
Ahora, ¿qué le puedo aconsejar?
Muy difícil su pedido, pues a la distancia e ignorando los detalles, ¿cómo
ayudar con eficacia y equilibrio?
Por lo que en lugar de dar soluciones mágicas, le daré un par de
ideas, que espero le sean de provecho y construcción:
-
Respetar a los padres, a pesar de sus
defectos, es una de las mayores demostraciones de ser apegada a Dios y Sus
Deseos. Pues Él desea que los padres sean honrados, siempre.
Sin embargo, el respeto de los hijos no debe llevar al fracaso del
proyecto personal de vida, ni provocar el pecado.
Por lo que, es cuestión de sutileza y paciencia el mantenerse a una
distancia idónea, que le permita aceptar a sus padres con sus fallas; y no
juzgarlos, ni mucho menos seguirlos en tales errores. En todo caso, ¡lo
contrario! Servir como modelo e inspiración de lo que un verdadero
creyente debe ser, que es:
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No sentir que su sed por Dios ha sido
satisfecha, sino buscarLo y buscarLo, pues en esa búsqueda se encuentra la
respuesta.
El mejor modo de buscar a Dios, es cumplir Sus Mandamientos, y emular Sus
acciones.
Es decir, ser generosa, amable, paciente, justa, activa, proactiva, noble,
ponderada, etc. Y, por sobre todo, apartarse de la mentira, el engaño, la
falsedad, la vanidad, el egoísmo; esto es: de todas las manifestaciones de
la idolatría.
Mi querida joven siento que no he sido de
mucha utilidad con mi respuesta actual, por lo que espero pronto oír de
usted, para de ese modo continuar dialogando en busca de nuestra mutua
armonía.
Y espero que sepa que cuenta conmigo, para lo que pueda apoyarla.
Sus
comentarios son bienvenidos, y recuerden que quedo a las órdenes.
Iebarejejá H' - Dios te
bendiga, y que sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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