Shabbat: Shevat 29 // 5764, 21/2/04 - Shabbat
Shekalim - Majar
Jodesh
Comentario de la Parashá -
Mishpatim:
Para alcanzar la Tierra Prometida
(Esta semana corresponde leer la parashá
llamada Mishpatim ("Sentencias") que es la
sexta del segundo tomo de la Torá, el
sefer Shemot, conocido en español como "Éxodo").
La Tierra Prometida es en donde los Hijos de
Israel podrán ejercer la libertad integral, tanto material como espiritual.
Es el asentamiento en la Tierra Prometida el objetivo que tenía la Salida de
Egipto, pues ésta sin aquella, es una anécdota vacía.
Así pues, el establecimiento de la Tierra Prometida no es un detalle menor,
sino un acontecimiento de trascendental importancia para la historia de la
nación de Dios.
En consonancia con esta importancia, es que en
esta parashá (en el capítulo 23 de Shemot / Éxodo)
encontramos que el Eterno promete a los Hijos de Israel que sin dudas
alcanzarán la Tierra Prometida, el lugar en el cual podrán desarrollar
efectivamente todas sus potencialidades.
Y esta consecución será mediante la estrecha colaboración entre Dios e
Israel (Shemot / Éxodo 23:31), pues, tal como suele
acontecer: el milagro suele ser un hecho extraordinario que señala la
presencia e intervención de Dios, a través de una acción humana.
Sin embargo, debemos tener bien presente un
aspecto fundamental.
Cuando el Todopoderoso anuncia que Él se hará cargo de conducir y asentar
con seguridad a los israelitas, no está prometiendo que dará una dádiva, una
limosna que se desprende de Su infinita mano generosa.
El verdadero planteo que hace el Eterno, es el de una alianza, en la cual
cada parte aliada se compromete a hacer alguna cosa.
Prestemos atención:
"Si en verdad escuchas su voz
(la del enviado del Eterno, en el momento del Éxodo fue
Moshé, más adelante fueron los profetas y el Sanedrín)
y haces todo lo que Yo (el Eterno) te diga,
seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios."
(Shemot / Éxodo 23:22)
La alianza que está ofreciendo el Eterno a
Israel es bastante simple,
Él se compromete a cuidar y defender a Israel;
en tanto que Israel ha de
comprometerse a cumplir con el mayor de los empeños
todos los mandamientos que Él ordena,
además de acatar
fielmente los dictámenes de los líderes reconocidos de la nación.
Tal como fue prometido y acordado,
fue cumplido y realizado.
Ahora bien,
debemos tener conciencia de un hecho más, que es enseñado en nuestra
Tradición,
y que sirve como guía esencial para el trabajo en
Cabalaterpia.
Podemos reconocer que la Historia de la Salida de Egipto, el Éxodo, la
Entrega de la Torá, y el asentamiento en la Tierra Prometida, es una especie
de compendio para que el individuo alcance su propia Tierra Prometida.
A saber,
la Salida de Egipto representa el primer momento de crisis, en el cual se
rompe con los viejos esquemas, con los modos de vida que llevan a vivir en
un permanente estado de angustia, confusión y esclavitud fatal.
El Éxodo en sí mismo, con la larga peregrinación plena de altibajos, es un
símbolo del duro proceso por liberarse y crecer, para poder alcanzar
finalmente la Tierra de Promisión personal, que es vivir a la Luz del
Eterno, en armonía y con energía vital plena.
La plenitud está al alcance de la persona,
de cada persona,
solamente hay que tener la fortaleza como para comprometerse seriamente
con el Eterno y con lo mejor que hay en uno mismo,
y luego ponerse a trabajar con ahínco.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
HACIENDO CLIC
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