Shabbat: Iyar 22, 5766, 20/5/06
Comentario de la Parashá Behar
Idolatría
= Falsedad = Inmoralidad = Muerte
En nuestra parashá se establece con
irrevocable claridad:
"No os haréis
ídolos, ni imágenes, ni os levantaréis piedras rituales, ni pondréis en
vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas; porque Yo
soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Vaikrá / Levítico 26:1)
El Eterno en Su Torá expresa, una y otra vez,
un rotundo NO a la idolatría.
Un NO inmenso a cualquier objeto, acto, palabra o pensamiento que esté
dirigido hacia el elogio, apoyo o reconocimiento de la idolatría.
Nosotros podríamos dar motivos y razones para
esta terminante negación, sin embargo, Dios ha sido muy claro: "NO a la
idolatría, porque Yo soy Dios".
Sin peros, sin mediatintas, sin filosofías, sin excusas, ni atajos o
mitos.
NO es NO, porque Dios es Dios.
Por lo tanto, aceptar la idolatría, aunque sea en un 0,0001% es negar a Dios.
Pero, ¿qué es la idolatría?
Te daré ahora una breve definición, pero te pido que
investigues a profundidad en SERJUDIO.COM, pues encontrarás mucha más
información.
Idolatría es aceptar como deidad a seres u objetos (ej.: maestros, imágenes,
astros, fenómenos climáticos, ángeles, profetas, etc.).
También es idolatría querer plasmar a Dios en una forma que no es acorde con
lo que la Torá ha trasmitido (ej. de idolatría: Dios como hombre de carne y
hueso, Dios como uno de varios dioses, Dios mortal, Dios que miente o yerra,
Dios que repudia la Torá o sus preceptos, etc.).
Como puedes comprender, va más allá de adorar
estatuas o arrodillarse delante de íconos, que es lo que en principio surge
como idea de idolatría. La idolatría es una forma de activismo (voluntario o
no) en contra de la soberanía del Eterno sobre Su creación (sea que se
arrodille la persona ante una imagen o no).
Aquel que adora cualquier cosa (o ser) como
deidad, en lugar o además de Dios, está indicando que Dios no es EL Dios de
la Revelación en Sinaí, pues Dios ha afirmado categóricamente "Yo soy Uno,
no hay otro aparte de Mí":
"Así ha dicho el
Eterno, Rey de Israel, y su Redentor, el Eterno de los Ejércitos: 'Yo
soy el primero y Yo soy el último, y fuera de Mí no hay Elokim"
(Ieshaiá / Isaías 44:6)
Decir algo diferente, como por ejemplo que un
ser humano es un dios (o parte de Dios), o que "Dios se hizo hombre", o el sol, o una estatua, o lo que
sea es un dios (o parte de Dios), es lisa y llanamente afirmar que Dios es mentiroso y que lo que Él ha
dicho es falso. (Porque Él declaró que es Uno y Único, pero resulta que si
hay otros; entonces Dios estaría mintiendo).
Si esto fuera así, si el Creador, el Dios que se reveló en Sinaí delante de
todo el pueblo de Israel fuera mentiroso, entonces, ¿en qué podríamos
confiar?
Nada tendría sentido, no habría orden, ni justicia, ni misericordia, ni
verdad. Cada cual sería el amo absoluto de sus acciones y nadie tendría
derecho a reclamar justicia o misericordia.
El universo sería un caos dispuesto para que al más astuto o perverso o
fuerte se aproveche y triunfe.
¡A esto lleva la idolatría!
Por esta razón cuando estudias historia te encuentras que allí donde hubo
idolatría, también hubo inmoralidad. Haz un breve repaso de tus lecciones
escolares, piensa por ejemplo en Roma y la depravación de todo tipo que
llenaba cada resquicio de su poderosa cultura.
Ahora piensa en los descendientes del imperio romano, en aquellos que
mantienen sus raíces idolátricas vivas pero las ocultan debajo del disfraz
de "monoteísmo" (como los falsos-judíos mesiánicos, por ejemplo, entre otros
que profesan similares doctrinas pero con nombres diferentes). Piensa en
ellos y sus actos, públicos o privados, y no te sorprenderás al encontrar
corrupción (sexual, comercial, familiar, gubernamental, etc.) en todos los
planos que componen sus instituciones.
Para peor, no contentos con vivir en una constante estafa, se consideran
santos y fieles a Dios, cuando en verdad están en activa oposición al Padre
y en franca rebeldía contra lo que es bueno.
Muchos incautos siguen a los líderes de la perdición, pues no han aprendido
en sus hogares los buenos principios que nutren el espíritu y quitan el
error de la vida.
Muchos, la mayoría, están en pos de la idolatría "honestamente", sin ánimo
de rebelión, sin deseos perversos por contradecir al Padre, sin deseo de
vivir en corrupción.
Pero, por no esforzarse por estudiar de los verdaderos maestros y aceptar
sus palabras, se convierten en ciegas ovejas que van a la perdición detrás
de sus pastores, de los maestros de la mentira, que son lobos feroces y
rapaces disfrazados como "buenos pastores". Por no acatar las correcciones
que los verdaderos maestros les brindan, muchos se transforman en cómplices
de los lobos feroces. Entonces se aferran con tesón a su error, se vuelven
fanáticos de su idolatría disfrazada de piedad, se hacen acérrimos enemigos
de los "defensores de la Torá" y fanáticos promotores de la estafa en la que
viven. Se ciegan activamente a reconocer cualquier falsedad en su "religión"
y presionan, maldicen, excomulgan, eliminan a aquellos que han despertado a
la Luz y se han dado cuenta de la verdad. Son ovejas guerreras detrás de sus
líderes insensibles y despiadados, y no saben (o no quieren saber) que con
esa forma de vida descarriada están ganando perdición en Este Mundo y en el
Venidero.
Destilan rencor, difunden mentiras, actúan desagradecidamente, confunden,
reprochan, juran en falso... en fin... van copiando el escabroso modelo que
sus líderes de la perdición les van inculcando...
Sus vidas se llenan de oscuridad y de temor a la Luz, y viven angustiados
con estrechez de ánimo y mental.
La corrupción ha triunfado nuevamente pues se ha infiltrado por la puerta
abierta por la idolatría1...
Recuerda, Dios dijo NO a la idolatría.
Y NO es NO2.
Cuando le cierras cualquier rendija a la
idolatría, preservas tu vida del mal.
Te resumo lo que hemos visto hasta ahora:
Idolatría = Falsedad = Inmoralidad =
Muerte
Al saber esta fórmula puedes comprender el
mensaje que el inspirado salmista nos da en este pasaje:
"No alaban al
Eterno los muertos, ni cuantos descienden al silencio."
(Tehilim / Salmos 115:17)
Los "muertos" son los que no alaban al Eterno.
Los idólatras alaban a falsas deidades y por eso no alaban al Eterno (y lo
insultan), por tanto están como muertos espiritualmente.
¿Quieres estar muerto en vida?
Deja de alabar al Eterno3, entonces tu
corazón seguirá palpitando, seguirás en el mundo, pero tu espíritu estará
marchito.
¿Cómo atenta contra Dios la adhesión a
cualquier falso
dios?
Realmente, Dios no es afectado en nada, tanto si creemos en Él como si no. A
Él no le añade ni quita si actuamos movidos por ganas irracionales o falsas
doctrinas en lugar de ser fieles a Él.
Debe estar bien claro esto: si pecamos o erramos no estamos dañando en lo
más mínimo a Dios, ni restándoLe poder. Si actuamos correctamente, si
cumplimos con los mandamientos tampoco le estamos dando nada.
Todo lo que Él nos ordenó es para nuestro beneficio, sea el personal o el
colectivo.
Te resumo entonces:
Dios => Verdad => Justicia y
Misericordia => Vida
En conclusión.
El idolatra es culpable de engaño, pues se
adhiere a lo falso aunque dice que predica lo verdadero.
Está del lado de los que destruyen el mundo, aunque sinceramente crea que
está haciendo el bien.
En palabras del Eterno a través del profeta:
"Por tanto, así
ha dicho el Señor Elokim, porque habéis hablado insignificancia y habéis
visto mentira; por eso, he aquí Yo estoy contra vosotros, dice el Señor
Elokim. Mi mano estará contra los profetas que ven insignificancia y
adivinan mentira..."
(Iejezkel / Ezequiel 13:8-9)
Para triunfar sobre la idolatría, sobre el
mal, ¿qué debes hacer?
Presta atención:
"Solamente el amor domina al temor" (Zohar,
Shemot 216a)
Ama la corrección, ama la Torá, dedícate con
empeño a cumplir con aquellos mandamientos que están a tu alcance, se siervo
del Eterno y no un opositor.
Presta atención a los verdaderos maestros judíos, que te traen palabras de
Torá (Escrita u Oral) y que no recurren a artificios ni a efectos escénicos
para trasmitir su claro mensaje. Atiende a los maestros que con sencillez y
directamente te orientan por las Sendas de la Vida. Apártate de los que
buscan hacerte sentir culpa por todo, reniega de las doctrinas que son como
trajes hechos a medida de sus difusores.
Apártate del mal y haz el bien:
"Escoge la vida
para que vivas, tú y tus descendientes, amando al Eterno tu Elokim,
escuchando Su voz y siéndoLe fiel. Porque Él es tu vida y la
prolongación de tus días"
(Devarim / Deuteronomio 30:19-20)
Este mensaje de fidelidad al Eterno lo vivió
con intensidad Avraham hace alrededor de 3500.
Nosotros sus descendientes, los judíos, aprendimos a desechar la idolatría
definitivamente hace alrededor de 2500 años.
Desde entonces cometemos errores, como humanos que somos, pero tenemos
conciencia clara para no volver a caer en el infecto pozo de la idolatría
nuevamente.
Sin embargo, muchos hermanos judíos están naciendo y creciendo sin una
verdadera educación judía, por tanto aunque su espíritu puro se mantiene
inquebrantable con el Eterno, están en riesgo de ser contaminados por las
bajezas que esta sociedad ofrece con facilidad: religiones, sectas,
mesianismos, pornografía, infidelidad, desprecio por la vida, engaños, etc.
Es nuestro deber fortalecernos en nuestro conocimiento de Torá y en el
cumplimiento de los preceptos, para de esa manera no solamente vivir, sino
posibilitar que el hermano, el prójimo tenga algún punto de referencia
estable que lo lleve al reencuentro con su verdadera identidad.
De manera tal de hacer verdad este pasaje de la parashá Bejukotai:
"Si andáis según
Mis estatutos y guardáis Mis mandamientos, poniéndolos por obra,... Yo
pondré Mi morada entre vosotros, y Mi alma no os abominará. Andaré entre
vosotros y seré vuestro Elokim, y vosotros seréis Mi pueblo."
(Vaikrá / Levítico 26:3-12)
¡Te deseo a ti y los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj! ¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir
shalom!
Notas:
1- Lo contrario también es
cierto, que la idolatría entre a la vida por la puerta abierta por la
corrupción.
De esta manera se puede entender el siguiente pasaje:
"Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante.
Entonces el Eterno dijo a Caín: -¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha
decaído tu semblante?
Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el
pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo. Pero, tú lo puedes dominar."
(Bereshit / Génesis 4:5-7)
2- Muchas buenas personas están
esclavizadas por la idolatría.
Sin dudas que actúan con bien hacia el prójimo y tienen conductas dignas de
elogio.
Pero esto NO ES GRACIAS a la idolatría que profesan, ¡SINO A PESAR DE ELLA!
Si estuvieran libres de las doctrinas "religiosas" que son de perdición,
tendrían muchísima más fuerza y bendición las buenas obras que ejecutan.
Por otra parte, al estar en el mismo bando de los que destruyen en el nombre
de la idolatría, con sus buenas obras no solamente están haciendo el bien,
sino acarreando confusión y dando ánimos a los perversos para que se
mantengan en sus perversiones.
Es un tema largo, que con la ayuda del Eterno desarrollaremos en otro
momento.
Pero lo que debe quedar claro ahora es lo siguiente: si profesas alguna
religión (por tanto no eres judío ni eres noájida, que son los fieles a los
preceptos que Dios te ha dado), aunque estés actuando bien, tu espíritu está
marchito. Y no es justo que padezcas de espíritu mustio. La cura a
esta enfermedad espiritual está en tus manos: rompe los lazos que te atan a
la religión, y si eres gentil vive fielmente de acuerdo a los preceptos para
los noájidas, y si eres judío, ve y aprende Torá y vive según los preceptos
que en ella se dictan.
3- Se alaba al Eterno de
palabra y especialmente con actos (que NO son aplausos, levantar las manos,
ademanes, etc.). Los actos de alabanza son llevar a cabo de los mandamientos
que Él te ha dado para cumplir.
Esa es la mejor de las alabanzas, tal como se nos ha enseñado:
"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y
en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención
es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22) |