Shabbat: Iyar 5, 5765; 14/5/05
Comentario de la Parashá
Emor
Socios
en la Obra
En la parashá con notable precisión se
establece una faceta ineludible del Shabbat y las festividades judías,
prestemos atención:
"Éstas son las
fiestas solemnes del Eterno, las asambleas sagradas que convocaréis a su
debido tiempo."
(Vaikrá / Levítico 23:4)
Las fechas que el Eterno ha marcado como
"solemnes" SON del Eterno, no son propiedad de las personas.
Los judíos, son los que se "hospedan" en esas festividades, son los
visitantes de las mismas, pero no sus dueños. No está en el arbitrio de las
personas decidir acerca de los reglamentos y alcances de las festividades
del Eterno, sin embargo, queda en poder de los judíos realizar las
convocaciones a su debido tiempo.
Es decir, se establece una especie de sociedad entre el Todopoderoso e
Israel.
Él instituyó festividades y las dotó de ciertas reglas y características,
y los judíos se hacen responsables de dar vida a estas festividades,
hacerlas reales.
Esta sociedad de "trabajo", ante todo implica
que los "feriados judíos" no deben ser tomados como días de descanso,
dedicados al placer y el gozo corporal exclusivamente.
Su objetivo es que la persona pueda estar centrada en alcanzar niveles
espirituales que durante los días comunes no suelen alcanzarse. Son
ocasiones ideales para dedicarse a aquellas facetas espirituales que quedan
relegadas por el trajín de la vida cotidiana, tan absorbente y apabullante.
Este objetivo solamente es accesible cuando se toman en cuenta, y se
respetan, los preceptos del Eterno y en especial aquellos propios de cada
fasto.
En resumen, el Eterno proveyó a Israel de estos días para que los judíos
puedan incrementar en santidad, y no solamente en gordura u holgura del
cuerpo.
Un segundo aspecto que emerge de esta sociedad
entre Dios y los judíos, es una muy interesante. Si bien Dios es
Todopoderoso, Él quiere que Sus hijos se asocien a Su obra.
Él no espera que Sus hijos sean ovejitas pasivas que simplemente pastan en
el campo de la fe vacía de cumplimiento de mandamientos.
Muy por el contrario, Él demanda una y otra vez que las personas sean socios
activos de Su obra, que participen activamente, desde el rol que Él designa.
Él decreta la existencia de esos oasis de sentido y espiritualidad, llamadas
festividades, pero son los judíos los responsables de "convocarlas" y de
"hacerlas santas".
No es pequeña la participación de los socios del Eterno, y nunca debemos
olvidarnos de esto.
Cuando recordamos los dos aspectos:
-
Shabbat y festividades como ejes de
sentido vital y espiritualidad, y
-
las personas como asociados al Eterno para
ejecutar la Obra de la creación,
no solamente estamos apuntalando una saludable
autoestima, sino que además estamos promoviendo que el mundo sea
perfeccionado.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
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Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
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Relatos, anécdotas y enseñanzas
El rico hombre un día decidió dar a la
sociedad una parte de lo que él había adquirido justamente.
Con amplitud daba dinero en préstamo a todo aquel que lo precisara, sin
reclamar ni garantías, prendas y mucho menos exigir intereses.
Un buen tiempo más tarde decide ver en su
cuaderno las cuentas, comprobar quién había devuelto, quién pedido más de
una vez, quién era moroso.
Para su sorpresa, y consternación, comprobó que ni siquiera uno de los
prestadores había siquiera devuelto un céntimo de los miles, millones que
había prestado.
Por esas "coincidencias", el mismo día que el
rico hombre revisaba su cuaderno, uno que le había solicitado un préstamo
importante tocó a su puerta.
Venía a disculparse sinceramente, pues él había pedido el dinero para
establecer una empresa, pero rápidamente se fundió. No tenía ni siquiera
para los gastos del día, pero con buen ánimo deseaba hacerse cargo de su
deuda, y comprometerse a ir abonando como pudiera. Se notaba que estaba
dolido, y que su pesar por el dinero adeudado era grande, tanto o quizás
menos que su vergüenza por no poder afrontar su responsabilidad.
El rico hombre, con una triste sonrisa le
extendió un cheque y le dijo: 'Toma, llévate este cheque, no precisas
devolverme su importe. Y llévate este cuaderno en el cual anoto mis cuentas.
Si consigues que alguien te pague aunque sea una parte de lo que me deben,
entonces me lo traes. Ese es el único dinero que aceptaré como pago por lo
que tú me debes a mí".
(Basado en una narración de
Rabí Najman de Bratzlav)
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