Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Kedoshim > Vaikrá 19:1-20:7 |
Shabbat: Nisan 28, 5765; 7/5/05 (27 de Nisán = Día de la Shoá)
Comentario de la Parashá
Kedoshim En nuestra parashá se expone un precepto que puede resultar extraño, prestemos atención:
En el Decálogo la orden de respetarlos/honrarlos, se da en otro orden, prestemos atención nuevamente:
En uno se menciona primero a la madre, y en el
otro mandamiento se señala primero al padre. La respuesta la encontramos al prestar
atención al verbo usado en cada sentencia. Según dicen en nuestra Tradición, se tiende a temer más al padre que a la madre, y es por eso que en el mandamiento de temer a los padres, primero es mencionada la madre, para que recordemos que además de la ternura y el respeto, no debemos dejar de lado el temor que nos debe inspirar su presencia, para no despreciarla o causarle malestar. Hay algunos que se dejan llevar por lo que
consideran cariño, y con ese tono afectivo se aprovechan de su madre, la
chantajean afectivamente, etc. Si recapacitamos y no meramente actuamos como autómatas o salvajes, podemos alcanzar una mayor conciencia de nuestras tendencias naturales, y realizar el movimiento pertinente para fortalecer aquellas áreas de nuestra conducta en las cuales somos poco desenvueltos. De esta manera, la Torá nos educa para ser personas íntegras, completas, que viven en interrelación equilibrada con el ambiente y el prójimo, y que no precisan de defensas rígidas para sentirse protegidos. Esto nos lleva a recordar que la Torá nos
exige que estemos involucrados con la vida, y a no renunciar a ella. Es así que nuestra parashá no trata principalmente sobre aspectos rituales, sino sobre las relaciones entre las personas, cosas "muy mundanas", pero que dentro del pensamiento del Eterno son parte indispensable para alcanzar la verdadera santidad. Un santo no se reconoce por hechos milagrosos
que se cuenten que sucedieron merced a su intervención. Atendamos, para finalizar por hoy, el famoso versículo:
El Eterno, que es la suprema santidad, se
presenta y dice "Yo soy", ¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco
1- -Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ. |
Relatos, anécdotas y enseñanzas En la consulta del médico... - ... y dígame, ¿no fuma usted? -No doctor, yo no tengo vicios, gracias a Dios. Soy un hombre recto y justo, manso y calmado. No tengo pasiones ni ninguna dependencia... - ¿Tampoco bebe? - ¡No! Dios me libre... nunca probé una gota de alcohol en mi vida... el alcohol es para los débiles e insensatos... yo no lo soy... - Y con las relaciones sexuales... ¿cómo andamos? - ¡Doctor, NUNCA! Soy virgen y célibe. Reconozco que en mi juventud las mujeres me atraían, pero me resisto a caer ante las tentaciones de la carne... ¡por Dios! La carne es el peor de todos los vicios, nadie en sus cabales aceptaría ser esclavo de las viles pasiones... - Bueno... este... y... ¿con la comida? ¿Exagera en la comida? - ¡Jamás! Mi dieta es muy frugal, arroz blanco a veces, lechuga y agüita... ah que conste que sin ganas y al natural... no acepto los que beben líquidos fríos. Todo aquel que mantiene un régimen "promiscuo" -acentúa la palabra-, está saltando al borde de un barranco... - Dígame, usted se siente como pesado, ¿no es así? ¿Cómo si cargara un inmenso peso que le hiciera arrastrar los pies? - Sí doctor, eso precisamente es lo que siento, y por eso le consulté a usted. Nunca hubiera consultado un médico, pero este malestar es muy grande. - Bueno, creo que usted padece de un
abultadísimo EGO... |
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De la Parashá Kedoshim
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Yehuda Ribco,
Montevideo, Uruguay.
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