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A modo de definición
Como seres humanos, naturalmente tenemos sentimientos y pensamientos acerca
de nosotros mismo que fluctúan a partir de las experiencias diarias. El
afrontar un examen final en la carrera, el tratamiento que recibimos de
amigos, los altibajos en la relación sentimental, los problemas laborales
pueden promover un temporal impacto en nuestro bienestar.
Nuestra auto-estima, sin embargo, es algo más
fundamental que las normales fluctuaciones asociadas a situaciones concretas.
Para las personas con una adecuada auto-estima, las fluctuaciones debidas a
experiencias puntuales, no atacan su auto-percepción, ni representan un colapso
(más o menos importante) de su sistema de vida. Es
decir, los picos y pozos habituales, de una vida que es dinámica, lejos de
desestructurar a la persona, solamente sirven para dinamizar aún más su
existencia.
Esta persona es capaz de reconocer que cuenta tanto con defectos como virtudes,
y que un logro actual, o un fracaso presente, no implica una modificación
sustancial de su personalidad.
Esto significa que las personas con adecuada auto-estima, en cierta manera han
alcanzado una conciencia correcta acerca de sí mismas, de sus fuerzas,
potenciales y limitaciones. Al mismo tiempo reconocen su valor, más allá de las
condiciones o circunstancias del momento. No suelen caer presas de conceptos
totalitarios ni fatalistas, sino que más bien emplean términos que relativizan y
moderan las situaciones (no dicen "todos somos
perdedores", sino "algunos han perdido"; no dice "siempre me sale mal", sino "en
esto me he equivocado").
En contraste, para la persona con escasa auto-estima, estos
altibajos cotidianos suelen representar un impacto que marca una
diferencia en su percepción del mundo, y del sí mismo.
Estas personas a menudo se basan en lo que sienten en ESTE
momento, para determinar lo que sienten en forma total al respecto de ellos
mismos. Es decir, si han cometido ahora un error, entonces creen que
su etiqueta es "cometo siempre errores". Siendo así, con desespero creen
precisar de experiencias exteriores positivas que contrarresten
sus sentimientos y pensamientos negativos de ellos mismos. Pero,
incluso así, ese buen sentir es solamente temporal.
Así pues, la persona con baja auto-estima es un adicto al
aplauso externo, que lo confirmaría en su valor bueno. Pues, de
no sentir ese apoyo de fuera, de dentro de sí solamente cree
recibir reclamos, quejas y negatividad.
¿De dónde procede la auto-estima?
Nuestra auto-estima se desarrolla y modifica a lo largo de nuestras
vidas, en tanto vamos construyendo dinámicamente una imagen interna de
nosotros mismos a partir de nuestras interacciones con otras personas o en
las diversas actividades que acometemos. Así pues, hasta el último día de
existencia el ser humano está capacitado naturalmente para mejorar y
evolucionar en el plano emocional y mental.
Sin embargo, debemos tener presente que las experiencias en nuestras
primeras edades constituyen un importante factor en el sostén del edificio
de nuestra personalidad, y por ende de nuestra auto-estima. Hay, por tanto,
un núcleo fundamental que será especialmente resistente a cualquier cambio
futuro.
Mientras vamos viviendo:
-
nuestras vivencias (éxitos y decepciones),
-
el modo en que
reaccionamos a ellas,
-
y cómo percibimos/creemos que reaccionan las personas
significativas de nuestro entorno,
van profundizando las pautas que hemos
adquirido en la primera infancia, o tienden a modificarlas.
PADRES
EDUCADORES
La auto-estima encuentra su primer basamento en la primera
infancia
Baja auto-estima
Experiencias infantiles
que inducen a conformar una baja autoestima:
- ser duramente criticado
- se le grita y/o pega
- ser ignorado,
ridiculizado o burlado
- se espera que sea
perfecto todo el tiempo
- no se lo instruye a
controlar o canalizar apropiadamente las fuerzas del
Ietzer HaRá, sino que se lo deja arrollar por él
- se le obliga a convivir
con el egoísmo
- encuentra amigos,
colegas y compañeros que lo mantengan en la posición dolora
pero conocida de sufrir los efectos de su escasa autoestima
- tiene fallos en las
tareas que emprende y se les hace sentir como si toda su
vida fuera un fracaso.
|
Auto-estima saludable
Experiencias infantiles
que contribuyen a una autoestima saludable:
- ser reconocido
- ser atendido / se le
presta atención
- se le habla con respeto
- recibe cariño y contacto
físico apropiado
- tiene éxitos en las
tareas que emprende
- se le van dando
herramientas que le permiten canalizar las fuerzas del
Ietzer HaRá para llevarlas a cometidos positivos
- se le enseña a lidiar
con el egoísmo
- tiene amigos confiables
y leales.
|
Las experiencias que conduce a la baja
autoestima, también van generando una disonancia entre el "yo esencial" y el
"yo vivido". Esto significa que las experiencias lesivas van desviando a la
persona de su esencia, de su personalidad espiritual, lo que conlleva una
paulatina asunción de máscaras, posturas, actitudes, filosofías que no
sirven para nutrir la dimensión espiritual, y por ende, a la misma persona.
Así pues, en el fondo, una persona con escasa autoestima, además de haber
sufrido emocionalmente en su niñez, y sentirse falto en el plano emocional,
es también una persona que no está satisfecha en lo espiritual
(y por tanto, su relación con el Eterno puede estar
empañada, falta de vigor e idoneidad).
No podemos dejar de apuntar que la persona
nace carente de autoestima, y que todo lo que vaya adquiriendo de la
misma, es una construcción, un añadido, dependiente de múltiples
factores. Por tanto, incluso cuando hay padres cariñosos, un entorno
saludable, experiencias enriquecedoras, incluso así, el edificio de la
autoestima personal termina teniendo habitaciones sin terminar, espacios
mal diseñados, restos de obras abandonadas, etc.
Las voces internas
Nuestras pasadas experiencias, incluso aquellas cosas que no están
conscientemente en nuestra memoria, están todas vivas y activas en nuestra
vida cotidiana en la forma de "voces internas" (que
cuando son opresivas solemos denominar como "Faraones internos").
Sin bien la mayoría de la gente no se percata de que escucha esas voces, lo
cierto es que de muchas maneras ellas actúan como haciendo caso a los
dictados de esas voces, que constantemente repiten su mensaje a nosotros.
Para las personas con una saludable
autoestima, los mensajes de buena parte de sus voces internas son
positivos, reafirmadores de su personalidad segura y confiada. Y a las
voces internas negativas, no les dan más importancia que la que ellas en
realidad tienen.
Pero, para los que tienen una escasa autoestima, sus voces internas
suelen ser de áspera crítica, de desprecio, de punición, de destrucción,
de desprecio de lo que haya alcanzado.
Teniendo esas constantes voces en el oído
interno, no es difícil comprender que las personas que no se aprecian
saludablemente, sufran de continuo, no se concentren, y dejen pasar
momento de satisfacción que de otra manera sabrían reconocer y apreciar.
Por otra parte, cuando las personas deben
estar apaciguando voces internas, suelen presentar un discurso y una
actividad muchas veces apocada, disminuida, como temerosa de mostrarse
para no recibir mayores desprecios. Y quizás también, un discurso o una
actividad confusa, en vaivén, dubitativa por demás, sumamente presionada
y falta de gozo, pues, están pendientes de satisfacer los reclamos y
quejas de sus voces internas, en lugar de concentrarse en expresar sus
verdaderos deseos, o manifestar un discurso simple y directo.
La energía
desperdiciada
Recordemos algo básico: las voces internas se generan en el pasado, pero
extraen su sustento, su energía que las mantiene activas, del presente.
Por tanto, buscan repetir situaciones lesivas del pasado, para que de
ese modo sean confirmadas en su validez, y reciban así nuevos aportes de
energía de la persona.
Esa energía mal distribuida, obviamente que incide en desgastar a la
persona, apartarla del gozo, aburrirla, enojarla, etc.
Por ejemplo, una voz interna que nació del
mensaje paterno "Eres un tonto inútil, no haces nada bien". ¿Cómo se
perpetúa? Pues, confundiendo a la persona y llevándola a situaciones en
las que aparezca como tonto e inútil, de ese modo, el mensaje nocivo
interno demuestra ser exacto y valioso. Así pues, reclama la voz
interna energía vital, que quita de ser empleada para mejores destinos.
Otra manera de malgastar energía, por
atender a las voces negativas, se da de la siguiente manera: como se le
negó en un lejano pasado, y se le niega, toda aprobación, entonces está
hambriento de ella, y todo lo que hace es para buscar aprobación y huir
del fracaso. Y una persona que actúa así, está condenada al fracaso, a
la desaprobación y a reintentar infructuosamente alcanzar algo que ella
misma se veda. Como resultado, pierde su energía.
Las tres máscaras de la escasa autoestima
Es habitual (aunque no obligatorio) que los
que cargan con su baja autoestima presenten alguna de estas tres máscaras
(o una mezcla de ellas):
-
El rebelde o tirano: su máscara lo lleva
a actuar como si las opiniones y buenos deseos de las otras personas
-especialmente la gente que es significativa y poderosa- no tuvieran
importancia. Vive con el enojo a flor de piel, y se atormenta con
que no se siente "suficientemente bueno". Se pone constantemente a
prueba, para demostrar que los juicios y críticas de los otros no lo
lastiman, y eso le puede ocasionar serios problemas, como por
ejemplo inculpar a otros en exceso, quebrantar reglas o luchar
ilegalmente contra la autoridad.
(Cuando el rebelde alcanza posición de
autoridad, se suele convertir en el "tirano").
-
El impostor o súper-triunfador: actúa como si
estuviera todo el tiempo feliz y fuera exitoso, pero detrás de su
máscara realmente tiene un miedo tremendo al fracaso. Vive con el
continuo miedo de que en cualquier momento será descubierto
en su impostura. Está necesitado de un constante exitoso, y que sea
apreciable por el resto de las personas, para mantener en su lugar
esta máscara de saludable autoestima. Esta actitud le
ocasiona serios inconvenientes, pues vive presionado, no tolera
ningún error, le hace rabiar las demoras, es competitivo y además se
exalta con facilidad.
-
El perdedor o víctima: actúa como
desvalido y como si no pudiera hacer frente al mundo, en su máscara
de víctima indefensa está a la espera continua de que alguien venga
a rescatarlo. Emplea la auto-lástima, o la indiferencia como un
escudo contra el miedo a tener que hacerse responsable por su vida.
Está en la búsqueda constante de otros para ser guiados, lo que los
suele llevar a grandes inconvenientes, tales como falta de decisión,
falta de logros y una excesiva dependencia del aplauso externo o
adicción a las relaciones personales.
Si recordamos los cuatro hijos de la
Hagadá de Pesaj, podremos corroborar que el rebelde es el rebelde, el
impostor es el perplejo (más conocido como "el que
no sabe preguntar"), y el perdedor es el simplote.
Si desea más información sobre los "cuatro hijos", lea el texto que se
abre haciendo
clic aquí.
En otra ocasión habíamos tratado el tema de los tipos de personalidades
no basadas en fundamentos saludables desde una perspectiva alterna, y
los habíamos presentado con otros nombres. Si lo desea, encontrará esta
otra información haciendo
clic aquí.
Como se puede apreciar, el impostor y el
rebelde comparten una característica energética: ambos son activos,
tienen un (aparente) plus de energía
disponible, que no es canalizada correctamente, en pos del crecimiento,
sino que es derivada hacia el mantenimiento de la fachada que aplasta el
"yo esencial" detrás de los escombros de la escasa autoestima. Con este
(aparente) plus energético, ambos
caracteres tienden a no reconocer adecuadamente los límites impuestos
por la realidad, y entonces fracasan en adecuarse al contexto.
Por su parte, en el fracasado la cualidad energética pareciera ser en
menos, ya que se manifiesta como un ser pasivo, falto de fuerzas,
implorante del ánimo ajeno. En su caso, siente como si el mundo lo
penetrara, como si no tuviera contención, y la realidad lo arrollara.
(Estas dos cualidades energéticas en la abaja
autoestima han sido apuntadas en los escritos del Rav Volbe).
Conocer estas cualidades energéticas es importante para definir la
estrategia de crecimiento que se priorizará llegado el momento oportuno.
Consecuencias de la escasa autoestima
La escasa autoestima puede conllevar
consecuencias devastadoras:
-
puede crear ansiedad, estrés,
sentimiento de soledad e incrementar la posibilidad de
depresión.
-
suele traer confusión, enojo,
constante sentimiento de culpa y escaso gozo.
-
puede conllevar problemas en las
relaciones interpersonales, con amigos, parejas y familiares.
-
puede generar impedimentos académicos
o bajo rendimiento en las actividades laborales.
-
puede conducir a bajo rendimiento y
aumentar la vulnerabilidad a todo tipo de dependencias y abusos.
Lo más dramático es que estas
consecuencias negativas refuerzan la auto imagen negativa que la persona
se forma de sí misma. Esto lleva por un espiral descendente, en el
transcurso del cual la autoestima se negativiza aún más, y se puede
alcanzar grados de auto destructividad o pasividad lindante en lo
mortal.
Otro dato dramático es que la persona con
baja autoestima, pareciera ser llevada por un negro destino a
repetir situaciones en las cuales salta a la luz su precaria
personalidad, y sus escasas defensas sostenidas en su endeble
autoestima. Lo cierto es que el destino no es el que genera estas
circunstancias nefastas, sino que es la misma persona la que pareciera
inconscientemente buscar o fabricar la situación para reconfirmar su
creencia de poca valía e ineptitud.
Cinco
pilares para
mejorar la autoestima
Antes de comenzar a mejorar en el plano de la autoestima, es
imprescindible que la persona se diga sinceramente, y acepte con
honestidad, que es responsable por su vida, y que es capaz de modificar
muchos de sus patrones de conducta nocivos.
Una mínima cuota de confianza en sí mismo, es indispensable.
Los cambios internos, en los patrones de
conducta, no necesariamente se dan con facilidad o rápidamente, pero
suceden si uno trabaja con constancia, dedicación y asertividad para
lograrlo.
Saber que uno no es impotente, es básico.
Y saber que uno no es todopoderoso, también es básico.
Una vez que uno ha aceptado, o al menos
querido aceptar, que uno no es impotente, entonces está habilitado para
dedicarse a fortalecerse mediante la construcción de estos pilares que sostienen el empezar a mejorar la autoestima:
-
Desinvestir
(quitar poder a) las voces internas destructivas.
-
Mimarse.
-
Recibir ayuda apropiada de otros.
-
A-G-C.
-
Comunicación auténtica.
El primer pilar para reforzar la autoestima
es quitar el poder a las voces internas que con sus mensajes negativos
pretenden destruirnos. Aquí presentamos algunos ejemplos de mensajes
perversos de las voces internas, y la manera de dejarlos inermes.
Voz
interna negativa que... |
Estrategia |
es abusiva y desproporcionada: "Eres
un ridículo, nadie se viste así. Ahora serás el
hazmerreír de la reunión. Bueno... como siempre, ¿o
acaso hoy ibas a cambiar? El que nace tonto se muere
tonto. Tienes mal gusto, mal aliento, mal carácter,
mala disposición, mala vida, eres malo en
definitiva" |
No seguir el tema propuesto:
"Que lindo día que hace. Voy a
pasarla muy bien en esta reunión, espero que haya
asado, ¡con lo que me gusta!" |
es injustamente áspera: "La
gente dice que le gustó mi presentación, pero no
estuvo ni cerca de lo buena que pudiera haber
estado. No puedo creer que ellos no se hayan dado
cuenta de mis errores. Soy un falso que los está
engañando." |
Ser asertivo:
"¡Qué bueno que les gustó!
Quizás no fue una presentación perfecta, pero hice
un buen esfuerzo y dio sus buenos frutos. Estoy
complacido por esto, y ahora se que puedo hacerlo
igual o mejor" |
generaliza fuera de todo parámetro:
"Saque mala nota en este trabajo. Es
que soy un burro e idiota. ¿A quién quiero engañar?
No debo tomar más clases. Soy un estúpido que no
debo estar en este colegio más, es una pérdida de
tiempo."
|
Ser específico:
"Que pobre nota saqué en este
trabajo. Pero, no estuve tan mal en las tareas
domiciliarias y en otras tareas Parece que hay
ciertas cosas que aún no comprendo, y que yo pensé
que ya sabía. Me parece que voy a revisar un poco
mejor mis conocimientos" |
hace cabriolas con la mente: "Él
está enojado. No ha dicho nada, pero yo sé que eso
significa que me desprecia." |
Desafiar lo irracional: "Es
cierto, parece enojado, pero no sé porqué. Quizás no
tiene nada que ver conmigo, así que en lugar de
presuponer, mejor le preguntaré"
|
aterroriza:
"¡Me dejó plantado en nuestra
primera cita! Estoy sumamente humillado y lastimado.
Nadie me quiere ni se preocupa por mí. Nunca
encontraré una novia. Estaré por siempre solo.
Moriré como un perro abandonado." |
Tender a la objetividad:
"¡Ay! Esto duele. Ella no
quiere salir conmigo, pero, eso no significa que yo
sea un fracaso. Yo sé que tengo mis virtudes y
belleza. Sé que soy agradable, y no tengo porqué
gustarle a todo el mundo. Sé que encontraré a
alguien para mí." |
como un perro con su hueso seco:
"¡Él está con esa otra! Cómo
los odio. Todo para ella y a mí me dejó en la calle.
Yo le di mis mejores años de vida, y ahora no tengo
nada. Pero él ahora están el restaurante pasándola
como un rey. Y con ella. Y yo sola aquí. No valgo
nada. Pero a él le dan todo..." |
Dedicarse a construir:
"Con mi tiempo libre, ahora que
estoy divorciado, puedo por fin dedicarme a muchas
de esa cosas que siempre quise hacer. Voy a abrir el
negocio de decoración que siempre soñé, daré clases
de jardinería, estudiaré Filosofía, me dedicaré a
pasear con mis nietitos... la vida puede ser
bella..." |
hace dar vueltas y vueltas:
El joven se acerca a su esposa y: "Tú sabes que yo soy tu pareja,
tu marido, pues vivo contigo y tenemos un contrato
matrimonial. Y eso me permite decirte, y quiero que
le prestes atención, no como otras veces que no lo
has hecho, a pesar de que yo te escucho y respeto en
tus cosas, lo que quiero decirte, y es importante
que lo captes en su verdadero sentido, porque la
relación que tenemos me permite decírtelo, es algo
muy importante que guardo en mi corazón como se
guarda un tesoro lejos de manos de ladrones y
codiciosos. Como una vez me dijo mi tío, ese que tú
no aprecias tanto como debieras, o al menos eso es
lo que me parece a mí, y quiero que eso no lo tomes
a mal, porque no es momento de discutir lo que te
estoy diciendo... (media hora después, quizás
concluye con)... lo que te
quiero decir es que te quiero" |
Ser simple y directo:
"Querida, ¡cuánto te quiero!" |
Esto es muy importante para reforzar la
autoestima, pero no suficiente. Dado que nuestra
autoestima se construyó esencialmente a partir de nuestras
relaciones con otras personas en el pasado, es necesario que
aprendamos a tratarnos con el respeto y aprecio que nos
corresponde como criaturas creadas a imagen y semejanza del
Eterno.
Podemos enviarnos mensajes que nos demuestren que somos
valiosos, competentes, meritorios y dignos de aprecio. Hay
muchas maneras de mimarse / nutrirse
(a sí mismo):
-
Practicar hábitos básicos del cuidado
propio: dormir lo suficiente, comer de modo saludable, hacer
ejercicio regularmente, tener hábitos de higiene, y otras conductas
por el estilo.
-
Tener tiempo para el esparcimiento y
el relajamiento: hacer cosas que den satisfacción personal, y no
busquen ningún otro objetivo. Cosas tales como un hobby, tomar una
siesta, dar un paseo, ver una película, hacer jardinería, cualquier
cosa que sea agradable y que no contravenga ni leyes ni
mandamientos.
-
Recompensarse por los logros: uno
puede tomarse la noche para celebrar el examen salvado, pasar el
tiempo con amigos, o simplemente darse un aplauso interno por haber
hecho esa difícil llamada por teléfono.
-
Recordar las propias fuerzas y logros:
una manera es hacer una lista de cosas que nos agradan de nosotros.
O guardar un registro de éxitos y premios, certificados, cartas de
agradecimiento, etc. Tener recuerdos de momentos de felicidad y sano
orgullo en algún lugar que esté visible.
-
Plantearse objetivos a corto plazo:
dedicarse a realizar proyectos concretos, más o menos accesibles, a
los cuales procurar alcanzar sin presionarse.
-
Perdonarse por no haber alcanzado la
meta propuesta: ser crítico no significa ser criticón. Es bueno
reconocer dónde uno ha fallado, pero cuando la crítica solamente
sirve para destruir, mejor dedicarse a otra cosa. Recuerde que las
voces internas son muy duras y exageradas.
-
Quererse, aunque uno no se crea digno
de eso: "créaselo" hasta que sea cierto. Cuando uno se quiere,
aunque en principio no se crea digno del auto-cariño, finalmente llegara a quererse de verdad.
El tercer pilar, de
recibir ayuda de otros, es uno de los pasos que suele ser
muy difícil de dar. Personas con baja autoestima habitualmente
no piden ayuda porque sienten que no son merecedores de ella.
Pero, dado que la autoestima se construye esencialmente a partir
del trato dispensado por otras personas en el pasado, va a ser
necesaria la ayuda ajena en el presente para desafiar los
mensajes críticos que provienen de experiencias pasadas.
He aquí algunas ideas para recibir ayuda de otras personas:
El cuarto pilar, es AGC,
siglas de:
Éste es el pilar que consideramos decisivo
y central, pues la autoestima, sea la saludable o la que ha estado
dañada, se fortalece mediante el ejercicio del bien hacia el prójimo.
Atención que el bien hacia el prójimo, jamás representa un daño a sí
mismo, por tanto, aquel que con su autoestima por los pisos supone que
arrastrándose como un felpudo para congraciarse con alguien está siendo
generoso, en realidad, está lesionándose y perjudicando al otro.
Como quinto pilar tenemos la
comunicación auténtica, que apenas si mencionaremos ahora, y que
consta de cuatro componentes indispensables:
Los cinco pilares para modificar
correctivamente la auto-percepción y acrecentar la autoestima no se
basan en la idea de que se debe corregir lo que está mal o enfermo,
sino en destacar y aprovechar las áreas saludables y los potenciales
desaprovechados de la persona.
Esto es, se comienza por donde se quiere llegar: se confía en que la
persona puede hacerse responsable y navegar hacia un estilo de vida más
saludable, y una autoestima más favorecedora del gozo y el crecimiento.
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