|
Shalom,
bienvenido nuevamente y
gracias por escribir.
Muchísimas gracias por sus aportes habituales, y especialmente por el que me
ha hecho llegar esta vez, la onerosa, hermosa y exquisita obra "La Voz de la
Torah", del rabino E. Munk, z"l.
Espero ser digno de tamaño regalo, y poder aprovecharlo para beneficio de
mis queridos lectores.
Ahora, las respuestas en su orden:
1- La Tradición denomina a esa tentación como
Ietzer HaRá, que es la tendencia hacia lo negativo. Es un atributo
natural y necesario en la especie humana.
(Antes de continuar, le recomiendo que lea el texto
que se abre
haciendo clic aquí).
3- ¿Qué es "imaginario" para usted?
Como no lo sé, permítame que le cite al sabio Talmud:
"El Santo, bendito sea, dijo a Israel: Mi
hijo, he creado la tendencia negativa, y he creado la Torá, que es su
antídoto/condimento. Si ustedes se sumergen en Torá, ustedes no serán
llevados a manos de la tendencia negativa..."
(TB Kidushin 30b)
Ahora, para responder concretamente a su
pregunta "¿es imaginario el Ietzer HaRá?", bien podríamos decir que
así como la Torá es real, lo es el Ietzer HaRá. Pues este impulso
existe, opera, se manifiesta, no induce... no es una mera imagen pasajera en
nuestras mentes/corazones, sino que es un huésped/parásito con ganas de
permanecer indefinidamente en el trono de nuestras vidas1.
Sin embargo, como ya veremos, su gran poder cuando es conducido por nuestra
tendencia positiva, la que emana de la verdadera espiritualidad
(que es actuar de acuerdo al Deseo del Eterno; ver Mesilat Iesharim
cap. 5), convierte al
Ietzer HaRá en un útil aliado.
Tome en cuenta que está traducido que la Torá
es tanto su "antídoto", como su "condimento".
Que la traducción sea antídoto, supongo que no debe llamar la atención.
Pero seguramente que llama, y mucho, que sea su condimento.
¿Cómo es que las emociones y pasiones sean el "alimento", en tanto que la
divina Torá es meramente un "condimento"?
¿Acaso es una blasfemia dentro del Talmud?
Realmente no es una ofensa contra la Torá el que la reconozcamos como un
"condimento" para nuestras humanas apetencias. No le diré ahora porqué...
prefiero que lo piense un poco, y que luego continúe leyendo la siguiente
respuesta...
4- En palabras modernas, el Ietzer Hará
son sus deseos, sus pasiones, sus sentimientos más primitivos, sus
instintos. No son malos en sí mismos, evidentemente, pero se transforman en
malos cuando son usados exclusivamente para satisfacer el Ego, sin medir
responsabilidad o el llamado ético que proviene de la espiritualidad.
Prestemos atención a palabras sabias en el Midrash:
"... el Ietzer Hará también es
"muy bueno", pues, si no hubiera Ietzer HaRá el hombre no
construiría hogar, ni desposaría mujer, y no engendraría, y no se
preocuparía en asuntos terrenales tales como negocios..."
(Bereshit Rabá 9:7)
Así pues, no es malo querer intimidad sexual,
deseo que nace en el apetito del Ietzer Hará, PERO, lo malo es
violar, cometer adulterio, relaciones incestuosas, y cosas por el estilo.
Lo malo no es querer una parnasá, un pasar honroso y sin
contratiempos o zozobras económicas, PERO lo malo es robar, estafar, ser
ambicioso en extremo, y cosas por el estilo.
Querer una vida de espiritualidad no es malo, ya que es un deseo
(esta vez no del cuerpo, sino del alma), PERO
dejarse extraviar por el canto de sirena de las religiones ajenas al Eterno,
de las que por ejemplo endiosan rebeldes crucificados por sus malicias, es
muy malo.
Entonces, el potencial del Ietzer HaRá
es a-moral, neutral, depende de cómo es canalizado el adjetivo que
adquirirá: si es usado para lo negativo, será malo; si es usado para lo
acorde con la Torá, será bueno.
Si somos más finos con las palabras, Ietzer
es familiar de ietzirá, de "creatividad", así pues, el Ietzer HaRá es "el deseo
de crear cosas para la destrucción ".
Por ser una fuerza instintiva, salvaje, es poderosa, y en su estado puro es
destructiva2. Pero, cuando se la canaliza correctamente,
cuando se la encamina ilustradamente, cuando se la toma fuertemente y se la
conduce con riendas prudentes y firmes, el poder del Ietzer HaRá es
de gran ayuda para alcanzar metas nobles (busque
"sublimación" en algún diccionario de Psicoanálisis, por favor, para que lea
el concepto en términos más modernos).
El Rebbe Najman de Breslov enseñaba: "Si
crees que puedes destruir, cree con la misma fuerza que puedes arreglar".
¿No es un bello consejo para nuestra cotidiana faena?3
En resumen, sí, el Ietzer HaRá es parte
de su ser humano, y gracias a Dios que lo tiene...
ya que contando con él se nos abren dos cualidades:
-
Tenemos la energía potencial para actuar en
las cosas terrenales, pues, ¿quién en su sano juicio y escaso de Ietzer
HaRá querría complicarse con tener hijos? (Esto
es una broma, pero tiene su lado serio...)
-
Tenemos realmente "libre albedrío", ya que
no somos tontitos o títeres que hacemos lo único que podemos hacer,
programados para hacer el bien. Sino que podemos hacer tanto lo bueno
como lo malo, y depende de nuestra libre elección la conducta que tomemos.
5- El Talmud (TB Berajot
5a) nos dice que cuando sentimos el picor del Ietzer HaRá
debemos despertar nuestro Ietzer HaTov, hacer buenas acciones,
construir en lugar de destruir. Pero si eso no funciona, y el deseo negativo
persiste, entonces la persona debe abocarse al estudio de la Torá
(de aquello que tiene permitido estudiar). Si
esto tampoco alcanza, entonces hay que recitar y meditar en la recitación
del Shemá con su explícita aceptación del yugo divino sobre nosotros.
Y si esto tampoco alcanza, entonces la persona tiene que recordar el día de
su muerte.
Así pues, como último recurso, al tener presente nuestro finito tiempo de
vida terrenal, surgiría un deseo de vida, es decir, opuesto al deseo hacia
lo negativo4.
Sin embargo, si somos atentos, podemos
reconocer cuatro reacciones negativas al recuerdo de la propia mortalidad:
-
El que niega el hecho, y trata de demostrar
una vida plena, poderosa y avasallante; para de ese modo mágicamente
apartar la idea/sentimiento de la propia desaparición física/terrenal.
-
Está el otro, aquel que se arriesga y parece
desafiar la muerte con total premeditación y confianza. Cuando de hecho es
su oculto temor a la muerte lo que lo impulsa a danzar seductoramente con
ella.
-
Está el que halla al reconocer su finitud un
fuerte motivo para que decaiga su ánimo, abandone todo deseo por vivir, y
muera muchísimo antes de dejar de vivir.
-
Y está el que maníacamente pone por eslogan:
"A gozar que se acaba el mundo", y entonces se dedica a los deleites
corporales, a todo lo pasajero e intrascendente, como medio ilusorio de
escapar a su mortalidad.
Ninguna de estas cuatro reacciones motivadas
en el miedo a la muerte conduce a algo positivo, de verdadera construcción.
Solamente es positivo el recuerdo del día de la muerte que pone a la persona
en el camino de la justicia, la misericordia, el respeto y comprensión
trascendente de las cosas de la vida.
Y si encuentra que aún así no tiene el coraje
como para confrontar su tendencia negativa, para convertirla en su aliada en
su crecimiento, entonces (o incluso antes) pida
ayuda de expertos en la materia, por ejemplo rabinos, maestros de Torá o
consejeros psicológicos que se fundamenten en la Tradición de Israel... y
nunca deje de dirigir sus plegarias directamente al Eterno, que Él es su
mejor amigo.
No desespere en su intento por canalizar correctamente la fuerza del
Ietzer HaRá, que no decaiga su ánimo, no atesore en su interior
sentimientos dañinos que solamente sirven para dañarlo y perjudicar al
prójimo, y no tema al Ietzer HaRá5. La
desesperación, el desánimo, el amontonar sentimientos lesivos, el miedo al
pecado son tácticas diarias del Satán/Ietzer HaRá para
quebrar su ánimo y llevarlo por el camino de destrucción
(TB Sucá 52b). Es natural que así sea,
¡recuérdelo! Nada de inhumano, supernatural, infernal o extraterrestre hay
en el Ietzer HaRá, ¡todo lo contrario! Es lo más humano y natural y
terrenal que podemos hallar. Si sabe esto, entonces no temerá, ni se dejará
conducir por caminos que no le son de bendición (sea
porque adopta ideologías foráneas idolátricas, que endiosan a "Satanás", y
hacen de la lucha contra "el demonio" una meta en sus vidas (por ejemplo,
los que reverencian al ídolo crucificado y su banda de forajidos); o sea
porque actúa conducido por su tendencia negativa en otros aspectos menos
mitológicos, pero muy perjudiciales).
Y sepa que es diario el trabajo por superarse, y por eso es diario el embate
de la tendencia negativa. Solamente en nuestra tumba deja el Ietzer HaRá
de golpear a nuestras mentes (TB Sotá 21a).
Para concluir, un relato que ya habíamos
traído a colación en otra
ocasión:
Una vez, al entrar Rabí
Pinjás de Koretz
a la casa de estudio, vio que sus discípulos que habían estado hablando
vivamente, callaron de pronto y lo miraron. Él les preguntó: "¿De qué
hablaban?"
Ellos: "Rabí, hablábamos acerca del miedo que tenemos de que nos persiga
la inclinación al mal, el
Ietzer
HaRá."
El les contestó: "No teman por eso. Ustedes no llegaron tan alto como para
que el
Ietzer
HaRá los persiga. por ahora, son ustedes los que lo persiguen a él".
(Tomado de Martin Buber, "Cuentos Jasídicos I")
¿Colaboró usted ya con SerJudio.com?
Si le quedan dudas, hágalas saber.
"¡Bendito el que viene en el nombre del
Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26)
Shalom.
Notas:
1- Si bien no es una
fantasía el Ietzer HaRá, debemos recordar dos cosas:
-
Suele usar la imaginación
y la fantasía con gran maestría, pareciera ser el monarca de nuestra
comarca imaginativa (claro, que NO lo es).
-
El "yo verdadero" no es
aquel que sigue embobadamente su tendencia negativa, con la excusa de que
así "soy más natural, afín con mis instintos naturales", sino que es el
que armoniza sus tendencias animales con las pautas espirituales que
reposan igualmente en su corazón (pero que están
expresadas en la Torá).
2-
En realidad el egoísmo es autodestructivo, porque nadie crece si no sale de
sí mismo.
3-
Recuerde lo que establece el Talmud (Sucá 52a): "Cuanto
más grande [espiritualmente] es la persona, mayor es el poder de su
Ietzer HaRá". Cuanto más alto ha llegado la persona en su perfeccionamiento
personal, en su cumplimiento de preceptos y a fidelidad al Eterno, tanto más
grande la fuerza de su Ietzer HaRá, que sin embargo es usado para el
Bien y no para lo malo. Es conocido el relato del joven que le dice a su
Rebbe "Rebbe, quisiera su Ietzer HaRá", y el maestro le reprende
contestando "Jas veshalom - ¡Dios no permita!".
Recuerde, una persona que no hace el mal porque no tiene el deseo de
hacerlo, NO es buena, simplemente es pasiva...
4-
El Midrash interpreta el verso "Elokim vio todo lo que había hecho, y
he aquí que era muy bueno." (Bereshit / Génesis 1:31), de la siguiente
manera: 'bueno' refiere a vida; 'muy buen' refiere a la muerte.
Debemos recordar nuestra mortalidad para amar las cosas de Este Mundo en su
justa medida, sabiendo que tarde o temprano ya no tendrán ninguna
importancia para nosotros. De esta manera, no olvidaremos nuestra
trascendencia y propósito. (Rav Itzjac ben Rav Shelomó en Pirkei Avot 3:1).
5- "Cuando una persona teme
algo, ya está subyugada a esa cosa. Si no le teme, está por encima de la
cosa" (Rabí Pinjás de Koretz, en "Imrei Pinjas HaSholem".
Con mis
pacientes yo hablo del "efecto tiburón": aquel que huye conducido por su
miedo al tiburón, de hecho, ya el tiburón se lo comió.
Yehuda Ribco
E-mail:
comentario@serjudio.com
Ayúdenos a
crear un mundo confortable y confiable...
...
su donación tiene bendiciones:
Sea
un Compañero Dorado con us$ 1.000 o más,
Compañero Dedicado con us$ 720,
Compañero Generoso con us$ 360,
Compañero Bondadoso con us$ 100,
Compañero de Corazón con us$ 36,
o sea Compañero como usted prefiera,
siempre
será bendito y de bendición.
Haga
clic aquí para saber cómo colaborar con nosotros... GRACIAS! |