Lic. Prof. Yehuda Ribco |
||
BeShem H' El Olam |
LaH' Haaretz UMeloa
Si quiere ser activo en la difusión de la Torá, el judaísmo y el crecimiento integral de la persona y la sociedad,
apóyenos económicamente haciendo su generosa contribución a la cuenta número: 1249983; a nombre de Yehuda Ribco; en el banco Discount Bank Latin America; sucursal Rincón 390, Montevideo - Uruguay.
Dios les provea según sus necesidades.
Escritos
Reflexiones
sobre Bereshit
Por
Rab Iosef Bittón
La
primera palabra
El antiguo hombre de ciencia observaba un firmamento con astros que se desplazaban de forma constante. Este cosmos -matemáticamente previsible- tenía toda la apariencia de un esquema cerrado, donde sólo restaba descubrir sus mecanismos cíclicos para agotar la curiosidad astronómica.
La constancia del universo que observamos con el ojo desnudo es compatible con lo registrado hace cientos de años: un cielo fijo e incambiable, excepto por supuesto por la rotación gradual de las estrellas en el cielo. Esta quietud estelar sugiere naturalmente la idea de un universo constante. No es difícil entender entonces que Aristóteles haya concebido al Cosmos como un sistema cerrado, finito y por sobre todo eterno. No aceptaba la creación. Al dios de Aristóteles no se le podría atribuir un acto semejante. Ya que, como lo sugirió el propio Leibniz, la creación implicaría un cambio en el inmutable dios aristotélico, sujeto a un estricto determinismo El universo inmutable es un reflejo de esa divinidad aristotélica carente de voluntad. El mundo, pues, existe en virtud de su propia infinitud.
Por otro lado, la Torá, en sus primeras dos palabras afirmaba todo lo contrario: Bereshit Bara "Dios creó los cielos y la Tierra. La filosofía medieval registra innumerables polémicas de sabios judíos, que afirmaban lo que parecía ser un dogmático e indemostrable Bereshit, contra los modernos sabios aristotélicos que demostraban "científicamente" la eternidad del universo (Olam Kadmón).
Maimónides en su Moré Nebujim fue el paladín de esta causa. Najmanides aportó otro enfoque original: "Bereshit" que en hebreo significa un enigmático "En el principio de..." profundizó la ausencia del genitivo y anticipándose a nuestra modernísima teoría de la relatividad explicó Bereshit como "En el principio del... tiempo". Este sabio judío se atrevió a afirmar en pleno siglo XIII que no sólo el Mundo sino también el tiempo tuvo un principio. Concepto que, claro está, desafiaba absolutamente la clásica concepción aristotélica de un Universo eterno, estático y cerrado. Durante mucho tiempo el concepto "Bereshit" carecía de sentido...
Recien en el siglo XX se descubrió que la Biblia y Najmanides, tenían razón...
La
clave es Andrómeda
Pero ¿Cómo se podría demostrar un Bereshit?
Una nueva galaxia, Andrómeda, descubierta en 1913 por Vesto Slipher nos aportaría la primera prueba. Andrómeda no estaba rotando, sino que se estaba alejando de la tierra a una altísima velocidad. Si no se mueve en órbitas, hacia dónde se dirigen las galaxias y principalmente, ¿por qué? ¿Y qué fuerza las hace desplazar? En 1925 Edwin Hubble demostró que el universo estaba en expansión. Hubble calculó, gracias a los modernos telescopios, que las galaxias se alejaban a mayor velocidad, cuando más alejadas estaban. Reconstruir la película hacia atrás no requería mucha imaginación: en 1946 George Gamow formula su famosa teoría que afirma que el universo surgió de la gran explosión (o Big Bang) a partir de una enorme fuente de energía, llamada "la bola de fuego primigenia" . En un tiempo, determinado apareció súbitamente y de la nada esta bola de fuego primigenia, lo cual marcó el comienzo del universo en el sentido de que antes del Big-Bang, no existía nada en absoluto. La teoría también predecía que esa explosión tuvo que haber dejado su eterno "eco" en el cosmos, una radiación constante del orden de los 3 grados Kelvin, que fue descubierta en 1964 accidentalmente por Wilson y Penzias, lo que les valió el premio Nobel.
Hoy nadie duda de la
teoría de Big Bang. Ningún científico moderno se atrevería a
insinuar que el universo no tuvo un principio, un Bereshit.
El
caso Einstein
Este
descubrimiento, en sus orígenes, despertó un gran rechazo en
la comunidad científica secular, en primer lugar la aparición
de algo a partir de la nada (ex
nihilo) contradice ciertas leyes muy conocidas de la naturaleza,
como la conservación de la masa y de la energía.
Pero principalmente ¿Cómo hablar de un universo en expansión y que haya tenido un comienzo sin caer en un discurso teológico?
El caso más famoso fue el de Albert Einstein: como señala Kelemen (1), Einstein se resistió a aceptar esa teoría y consideró a sus primeros precursores "sospechosos" reconociendo que la teoría de un universo en expansión lo irritaba aseguro a uno de sus colegas "no he caído todavía en las manos de los sacerdotes" (2). Inclusive, para defender su teoría de un modelo estático del Universo, definición moderna del Universo eterno y "no creado" de Aristóteles, formuló una teoría " la constante cosmológica", hipótesis que luego el mismo Einstein describió como uno de los peores errores de su carrera profesional. Uno de los últimos defensores del secular universo estático fue el famoso Fred Hoyle, quien sostuvo hasta el final la hipótesis de un universo estacionario y bautizó con una intención despectiva y burlona la teoría de Gamow. Es a Hoyle, paradójicamente, a quien le debemos el nombre de " Big Bang".
Podríamos concluir que muy lejos de ser una versión secular del surgimiento del universo, la teoría del Big Bang es la comprobación científica de Bereshit (3): el universo tuvo un principio.
Jojmá
y Torá: Ciencia y enseñanza ética
La ciencia y la Torá no compiten por una misma verdad. La ciencia analiza datos, el judaísmo enseña valores. La ciencia pregunta cómo y la Torá se cuestiona por qué.
A la ciencia no le competen los temas teológicos. Los científicos desentrañan los misterios del Universo y sus leyes sin supuestos de ninguna naturaleza. Esas son las reglas de juego de su materia.
La Torá, por otro lado, es esencialmente un libro de leyes, una descripción de modelos humanos de ética y moral. La Torá no puede ser considerado un libro "científico" ya que como reflexiona el Talmud, la Jojma o ciencia puede ser descubierta y desarrollada por el ser humano. Hubiera sido un despropósito que el Todopoderoso nos revelara en su Torá aquello que los humanos podemos descubrir por nuestros propios medios.
Cuando los comentaristas bíblicos quieren subrayar el dato más importante y relevante que nos transmite, por ejemplo, el primer versículo de la Torá "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" todos aceptan que el mensaje principal es el concepto "Dios", es decir, que el mundo es la creación de Dios y no una feliz casualidad cosmológica. Cuándo y cómo exactamente fue creado el universo no es un tema de trascendencia existencial. No sería de esperar entonces, que el relato bíblico se detuviera a brindarnos los detalles de la creación. Simplemente no es el foco de su interés.
No
obstante uno no puede dejar de asombrase ante las fascinantes
semejanzas entre el brevísimo relato bíblico de la creación y
las teorías modernas de la cosmogonía (4) Lo cual como
dijimos, no implica
que Génesis pueda ser leído como un libro de texto científico.
Pero si quiere decir que la explicación científica es
compatible con el texto bíblico.
Mas aún, como
dice el profesor Aviezer (5)
"la ciencia moderna nos ha brindado una oportunidad única
para descubrir nuevos y más profundos insights en numerosos
pasajes bíblicos, que de otro modo parecen enigmáticos.
Lejos de ser antagonista de la Torá, la ciencia se ha
convertido un instrumento importante para su comprensión".
La
teoría de los 2 lenguajes
Si partimos del supuesto de la creación toda la diferencia entre el relato bíblico y la cosmología moderna se resume a una cuestión de nombres. En realidad, no hay ningún elemento científico que niegue la factibilidad de la creación. Incluso, en nuestros días muchos científicos muy famosos toman a la creación como la alternativa mas sensata para explicar el Cosmos y la biología terrestre, ya que todos los intentos de explicar cómo es que materia y vida surgen "casualmente" de la nada chocan contra una infinitud de cuestionamientos, especialmente contra cálculos estadísticos de probabilidad (6) El profesor Aviezer señala que el término “creación” ha abandonado claramente la reserva privada del estudioso de la Biblia y ha entrado en el léxico de la ciencia. En efecto, la creación juega un rol protagónico en la discusión cosmológica actual. Es instructivo citar algunas declaraciones efectuadas por los cosmólogos que lideran su profesión. El profesor Stephen Hawking de la Universidad de Cambridge escribe, “El momento verdadero de la creación se encuentra fuera de la mira de las leyes actualmente conocidas de la física”. (7) El Profesor Alan Guth del Massachusetts Institute of Technology y el Profesor Paul Steinhardt de la Universidad de Pennsylvania escribe, “el instante de la creación permanece inexplicado.” (8) Y finalmente, un artículo científico reciente, publicado en una de las revistas más importantes de física lleva el siguiente título: “La Creación del Universo a partir de la Nada.” (9)
Al
pan, pan y al Bereshit
Bara "Big Bang"
Imaginemos la Creación:
en el primer día al crear el Universo el Creador hace aparecer
la luz. La Torá describe que este proceso creativo se desarrolló
a partir de un enunciado divino: "Y Dios dijo: que sea la
luz, y fue la luz". Toda
la materia y la energía existentes hoy en día en todo el
universo son el resultado directo de esta luz.
Lo que ocurrió entre la primera parte del versículo "...que sea la luz..." y la segunda parte "...y fue la luz...", esa explosión de luz/radiacón electromagnética producida por la palabra/voluntad del Creador del universo es denominado por la ciencia moderna Big Bang o "The first three minutes" etc, etc.
A ese infinito eco divino del "sea la luz", omnipresente en el Universo, que el salmista describe poéticamente como "Hashamaim Mesaprim Kebod El" " los cielos anuncian la presencia de Dios", la ciencia moderna lo denomina "radiación cósmica isótropa 3,5 grados Kelvin".
A todo el proceso de
la Creación de las diferentes especies, descrito genéricamente
por las Torá, lo define la ciencia como la evolución de las
especies. John
Polkinghorne en su libro "Belief in God in an age of
science" subraya la confusión que se presenta ante el
hombre moderno por el hecho que desde 1859 Darwin toma el
maravilloso concepto de "la adaptación de la vida a su
medio ambiente" -un inequívoco signo de diseño divino en
la Creación- y lo transformó por la magia de la semántica
secular en el elemento básico de su teoría de la evolución,
en la cual la adaptación a la vida
reemplaza, paradójicamente, a la intervención divina y
torna invisible a este signo de Propósito omnipresente en la
Creación .
Otro ejemplo similar: Nadie esperaría que en la Torá apareciera la palabra "Dinosaurios". La Torá, como es sabido, registra la aparición de estos seres,(10)
pero los denomina "los grandes reptiles" Taninim haGuedolim ( "Bereshit Genesis 1:21").
La
relatividad del tiempo
Dentro
de este marco de los dos lenguajes podríamos explicar algunas
de las diferencias entre la edad que la ciencia le atribuye a
ciertos fenómenos y la edad que le concede la Torá. Como ya
explicamos en un artículo anterior los
Sabios del Talmud se preguntaron hace dos mil años atrás: ¿Cómo
fue creado Adam, el primer hombre? ¿Cómo un adulto o como un
bebe recién nacido? Nuestros Sabios afirman que Adam fue creado
con un cuerpo de 20 años. En su plenitud física. Ahora bien,
imaginemos a un científico que llega a través del túnel del
tiempo hasta Adam en el mismo día que éste fue creado. Si le
pidiéramos al hombre de ciencia que determine la edad de Adam,
¿qué diría? Seguramente le atribuiría "entre 18 y 22 años".
Y no estaría equivocado. ¡O quizás si! Pero sólo en parte.
Adam tiene un día de edad, pero un cuerpo de 20 años. Si el
mismo científico hubiera cortado el tronco de un arbol y
contado sus cincuenta anillos le hubiera atribuido esa cantidad
de años. Pero partiendo del supuesto de la creación, el cálculo
del científico solamente estima cuanto tiempo le hubiera
llevado al árbol llegar a cincuenta anillos "si no hubiera
sido creado". Del mismo
modo, las estrellas fueron creadas por Dios con su luz ya sobre
la tierra. Y las montañas y las rocas, ya desarrolladas.
Si
concebimos que Dios creó Sus obras ya desarrolladas como lo
afirman nuestros Sabios, la diferencia entre una y otra edad es
sólo ilusoria.
Shabbat:
Creacíon vs Evolución
Ningún término sufrió tal malentendido en la historia del pensamiento hebreo como el Shabbat. Casi sin ninguna excepción -judíos y no judíos - todos sostienen que Dios creó el mundo en seis días y el séptimo...descansó.
Nos podríamos
preguntar en primer lugar ¿si la creación significó colocar
piedra sobre piedra o tal como afirma la Torá O todo fue creado
por la palabra de Dios? Y de cualquier manera ¿Qué podría
"cansar" al Todopoderoso?
La traducción
de Shabat por descansó (o Shabbat por "día de
descanso") es conceptualmente infantil y esencialmente
antropomórfica (11).
En hebreo bíblico
Shabat significa: cesar, terminar, acabar (12) ¿Que nos quiere
decir la Torá con el Shabbat, entonces?
Rabbi Eliahu benHamozeg
(Em laMikra) y posteriormente Rab Shimshon Rafael Hirsh
en su famoso comentario bíblico nos aportan la clave de este
concepto:
La creación no forma
parte de las leyes de la física clásica y convencional. Se
trata de un fenómeno único e irrepetible. La fuerza creadora
de Dios, incluyendo todos los principios del surgimiento y la
evolución de la vida tuvieron su lugar
"exclusivamente" durante los seis días de la Creación.
Lo que le brinda a la Creación la categoría de fenómeno,
excluido de las leyes físicas convencionales, es el Shabbat .
En ese día, el Creador cesó la actividad creativa y evolutiva.
Desde ese primer Shabbat se establecen las leyes físicas y biológicas
actuales. E incluso nuestra medición normal del tiempo. (13) El
Shabbat transforma a la creación en un acto divino voluntario,
ya que no se repite. A partir del Shabbat no hay nuevas
creaciones ex nihilo
ni evoluciones significativas
visibles.
Por eso los judíos para celebrar la creación del mundo no santificamos al primer día de la creación, el domingo, ni al ultimo día , el viernes. Celebramos el Shabbat Zejer leMaase Bereshit en honor al Acto de la creación" el día en el que el Creador acabó la creación. La creación fue un milagro- el más importante- " Ki bo shabat mikol melajtó" porque en Shabbat Dios cesó su actividad creativa.
Pre
y post Shabbat
El Shabbat marca asimismo el comienzo de las condiciones físicas que conocemos hoy en día, dando por finalizada la etapa correspondiente a la gestación del Universo. El Shabbat representa también una barrera epistemologica un límite para nuestra capacidad de conocer y deducir, que de ser ignorado nos llevaría a conclusiones seguramente falsas.
Veamos:
anticipando al constructivismo,
Maimónides con la genialidad que lo caracterizaba comparó
"las leyes físicas de la creación" con "las
leyes de la embriología".
El Universo, tal
como lo conocemos hoy, se rige por ciertas leyes físicas: el
comportamiento de la materia, la
gravedad, las
leyes de la termodinámica etc.
Cuando
el científico inicia la proyección inductiva en su búsqueda
hacia los posibles orígenes del Universo se basa en la
siguiente premisa Aristotélica: las leyes físicas que
conocemos hoy son
eternas e inherentes al Universo. En su exposición en favor de
un mundo producido ex-nihilo por un Creador Supremo, Maimónides
afirma que probablemente parte de la dificultad para descubrir
los principios del accionar creativo sea que "las
condiciones iniciales" al momento de la Creación hayan
sido totalmente distintas y por lo tanto desconocidas para
nosotros y contrarias a todo lo que hoy nos parece
"natural". Las leyes iniciales del Universo, la de los
seis primeros días de la creación, son como las leyes de la
embriología. Las leyes físicas actuales son similares a la
fisiología. Si no conociéramos la embriología jamas podríamos
aceptar desde nuestros conocimientos de la fisiología que un
ser pueda vivir dentro de otro sin comer ni beber por la boca y
sin respirar por la nariz. Si tratásemos de adivinar como es la
gestación desde el desconocimiento de la embriología llegaríamos
a conclusiones absurdas. Las leyes que rigen uno y otro sistema
son completamente distintas. De la misma forma, sentencia Maimónides,
el acto de la Creación, de acuerdo al propio relato de la Torá,
da cuenta de un estado inicial "caótico", es decir,
sin las leyes físicas que conocemos hoy. Ignoramos las
condiciones iniciales de la creación incluyendo los criterios
de la medición del tiempo....
Aun desde el mas complejo observatorio, será imposible
deducir acabadamente la embriología del cosmos....
Notas
(1)
Lawrence Kelemen “Permission to believe”
Targum/Feldheim, Jerusalem
1990
(2)Stanley
L Jaki “From scientific cosmology to a Created universe” en
Intellectualls speak about God. Chicago 1984
(3)
Por alguna razón que intuyo tiene más que ver con las ideologías
y los prejuicios que con la ciencia, la opinión pública en
general piensa que la teoría del Big Bang es antagónica con el
relato bíblico. Aquí queremos demostrar que, vista en su
correcta perspectiva -la misma que percibieron Einstein y Hoyle-
el Big Bang es la confirmación científica del primer
enunciado bíblico...
(4)
Es notable que lo primero que Dios crea en el universo, de
acuerdo a la Torá, es la luz, coincidiendo con el primer
elemento que supone la ciencia. Y
la primera ley física que Dios establece en Su mundo, se
relaciona con el comportamiento de la luz,
la energía. Los principios de la enigmática física cuántica,
diría hoy la ciencia. Creo que para apreciar más ampliamente
la exactitud del relato de la Torá queda pendiente estudiar un
punto fascinante: la comparación entre el relato bíblico de la
creación y los relatos de culturas contemporáneas, como el
Enuma Elish de los sumerios, por ejemplo, donde esencialmente se
habla de dioses o figuras mitológicas que luchan y disputan
entre sí .
(5)Profesor
Nathan Aviezer publicado en BBD, Journal of Torah and
scholarship, de la Universidad de Bar Ilan, Israel.
“EL PRIMER DÍA DE LA
CREACIÓN- EL ORIGEN DEL UNIVERSO”, 1995
(6) Dr Gerald Schroeder “Génesis y el Big Bang” Ediciones B, Barcelona, España, 1992.
(7).
S. W. Hawking y G. F. R. Ellis, The Large Scale Structure
of Space-Time (Cambridge University Press, Cambridge: 1973),
p.364.
(8).
A. H. Guth y P. J. Steinhardt, “The Inflatory Universe”,
Scientific American, Vol.250 (Mayo de 1984), p.102.
(9).
A. Vilenkin, Physics Letters, Vol. 117B (1982),pp.25-28.
(10)
La
Torá fue rigurosamente precisa al mencionar como
"grandes" a los seres vivos más voluminosos que
existieron sobre la faz de la tierra. Y al haber incluido su
aparición en el día quinto de la Creación, cuando tambien
fueron creados los
reptiles y las aves, ambos considerados hoy por los paleontólogos
modernos como los antecesores de los dinosaurios.Una
vez más, la ciencia moderna nos ayuda a revelar el misterio que
permaneció latente por siglos en las precisas palabras de la
Biblia Hebrea.)
(11)
De acuerdo al Rab Hess, Emunot II, pag 20, la traducción
Shabbat =descanso; Melaja=
trabajo fue introducida por Lutero al abandonar la traslación
clásica de Melaja (en hebreo "tarea creativa") WERK
("tarea") y sustituirla por ARBEIT ("trabajo físico").
En los tiempos de la revolución industrial, los intelectuales
que -con justicia- exigían
un día de descanso semanal vieron con beneplácito esta
traducción que le otorgaba una legitimización bíblica sus
justos reclamos. El precio de la malinterpretación bíblica y
el antropomorfismo que eta implicaba fue una lamentable
fatalidad semántica de su guerra
(12)
Como en Meguilat Eja... Shabat mesos libenu...oi na lanu ki
Jatanu" Se acabó/terminó/cesó la alegría de nuestros
corazones...etc.
(13)
Hay que tomar en cuenta, por ejemplo, que en los primeros seis días
la Torá habla de días
sin haber sido creado el sol lo que llevó al famoso
comentarista bíblico Eben Ezra a razonar que no se trataban de
días de 24 horas. Acerca de la relatividad del transcurrir del
tiempo para una mejor comprensión de este concepto recomendamos
" El Genesis y el Big Bang" del Dr Gerald Shroeder
Para
más información acerca de las probabilidades reales de la
evolución ver LEE M SPETNER: "Not by chance, the fall of
neodarwinian theory" Jewish
Heritage and Roots Library, Jerusalem (1996)
* El rabino Iosef Bittón actualmente sirve como Gran Rabino de la Comunidad Israelita del Uruguay, cuenta con un notable currículum.