Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
La' Haaretz UMeloa
- Nisán 5760
Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Pesaj: la noche de las preguntas
Cuatro son los hijos.
Uno sabio, uno descarriado, uno buen tonto, uno con la inteligencia dormida.
Cuatro son los hijos; cuatro apariencias de libertad.
El sabio mira, pregunta e investiga.
En una primera instancia parece ponerse por fuera de los mandamientos:
"¿Cuáles son los testimonios, decretos y derechos que el Eterno nuestro
Dios les dio a ustedes?".
A ustedes, y no a él.
Pero, pregunta con buena intención, quiere entender, aprender, y luego hacer
con cordura, para gozar y sentir a plenitud.
Él no dice naasé venishmá -haremos y luego significaremos- él es un
racionalista, de los que quieren primero saber hasta el último detalle, y luego
cumplir fielmente, cumplir con corrección.
En primera instancia parece estar por fuera, pero es su método para aproximarse
a Dios, el anda por el camino de la "objetividad".
El descarriado es tanto o más inteligente (listo) que el anterior, pero su
amor no utilizado se pudrió, y dentro de su mente sólo quedan las raíces
muertas.
Todo lo que toca, se pudre, como él mismo.
Viene y pregunta desde fuera: "¿Qué es este ritual suyo?".
Está lleno de rencor y malicia, y a través de esos lentes ve la Realidad.
Sólo contempla actos externos, el ritual, los ritos que realizan sus mayores.
Se siente asqueado de ver a los "esclavos de las tontas y gastadas
tradiciones".
Él jamás estará en ese lugar, está liberado de tanto opio.
Es libre -como un muerto.
El buen simplón se siente rodeado de algo distinto, de una noche diferente
al resto de las demás noches. La familia esta reunida en torno a una mesa
festiva, hay comidas extravagantes, cantos y situaciones extraordinarias.
El buen tonto está feliz y superando su escasa luz, quiere saber que está
pasando, cuál es la causa de tanta bochinchera algarabía.
Y aun explicándole, seguirá sin entender (con certeza), pero eso no le
importa, pues, ahora es feliz, y los suyos también, y eso es lo único
que le interesa.
El que posee la inteligencia adormecida es una buena persona (hasta donde
podemos suponer), pero indiferente. Tiene muchas dudas, no sabe qué está
ocurriendo, y aún así guarda silencio, absorto mira el horizonte, quizás
busca la dicha en algún otro paraje.
No entiende, no sabe, no siente, no le interesa...
Si algún día su voluntad despierta se abrirán frente a él dos caminos, o ser
un sabio fidedigno, o llegar a ser como el descarriado.
Cuatro son los hijos, y cuatro los que aparentan vivir en libertad.
El hijo latente es una bomba de tiempo en libertad, hoy está aquí y al rato siguiente quizás desde la vereda de la asimilación, lanzando no precisamente flore de bien...
El tonto es libre de cuerpo, es un buen hijo, pero también un buen esclavo,
cumple, "porque mis padres así lo hacían", "así está
ordenado", por puro sentimiento, sin involucrarse en profundidad en lo que
es la esencia de sus vivencias.
Su libertad es bastante estrecha.
Del descarriado se comenta que de haber estado en Mitzraim, no hubiera sido
liberado, nosotros nos preguntamos: ¿de qué sirve su "libertad"?
Ser libre de cuerpo y tan prisionero de-mente...
El buen hijo es el único que íntegramente goza de una virtual libertad.
Pues, posee alguna de las características de sus hermanos, más las propias, lo
que redunda en vivir la libertad.
Libertad que critica.
Libertad que lo problematiza.
Libertad que lo lleva a inquietudes, que no son más que trampolines para
continuar ascendiendo en la espiral del perfeccionamiento.
Cuatro son los hijos y los cuatro aparentan vivir en libertad,
¿con cuál de ellos te identificas?
Las citas tanájicas son extraídas del CD "DARJEY NOAM - TANAJ"
y de promover este sitio entre sus allegados.
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en tanto puedan ser considerados autores,
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