Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Es una vida maravillosa
(It´s A Wonderful Life)
Traducción de S.M. - Perú
Publicada con autorización de la autora.
Artículo publicado en una revista femenina de Jabad
"Es una vida maravillosa". Esa es mi
respuesta para aquellas preguntas usuales en tono de sorpresa."¿Por qué
haz hecho ésto? ¿Por qué te convertiste? ¿¡Y por qué tan "frum"
con el estilo de vida de Jabad y no menos!?
Para aquellos que no saben de dónde viene la frase "es una vida maravillosa", es el título de una famosa película clásica con Jimmy Stewart. Ésta cuenta la historia de un buen hombre que lucha mucho para poder llevar una buena vida. Convencido que sus esfuerzos no hacen ninguna diferencia en el mundo, salta a las aguas heladas para morir. Mientras es rescatado por un ángel, el hombre protesta: “¿Qué diferencia hizo mi vida? Desearía no haber nacido.”
El ángel responde mostrándole lo que exactamente
sería el mundo, su familia y la vida de sus amigos si él no hubiese nacido. El
hombre observa horrorizado un mundo carente de felicidad, alegría, buenas
acciones y llena de vidas desperdiciadas. Jimmy Stewart se vuelve agudamente
consciente del impacto positivo que hizo su existencia tanto en su familia,
amigos así como en el mundo y de cómo la vida era grandiosa. Al final de la
película, con su familia y amigos rodeándolo, le dice a cada uno "es una
vida maravillosa". Esto es lo que Hashem hizo por mí. Él me mostró lo
que la vida sería sin el Idishkeit y luego me concedió la gran oportunidad de
servirLo como judía y como una jasidá del Rebbe, B"H.
Algunas
ideas que siempre tuve:
Fui criada sin religión alguna. De hecho, nunca me
gustaron ni creí en las "religiones organizadas" (ej.: EL HOMBRE HIZO
las religiones). Siempre sentí que el Judaísmo no era una religión sino sólo
la VERDAD. Sabía que había algo especial en ser judío en general y observante
en particular. Admiraba a la gente que conocía la VERDAD y vivía en ella, cada
momento, cada día, por milenios sin importar si esto fuera fácil, conveniente,
fuera de peligros o no. Por años, cuando visitaba a mi mamá, podía ver a un
hombre (Rabbi Moshé Bryski, shliaj de Jabad de Conego, California), caminando
con su hija hermosamente vestida, camino a la sinagoga el shabat por la mañana.
Podía detener mi auto y llorar. No sabía por qué estaba llorando, pero me
causaban tanta admiración ese hombre y su hija que estaba celosa de sus vidas,
devotas de Verdad, Di-s, propósito, sentido ... todo lo que mi vida necesitaba.
Pero debido a que no era judía y no sabía que uno podía convertirse al
Judaísmo, no le daba más vueltas al asunto.
Mi
antecedente:
En mis tempranos treinta tenía de todo ... lo mejor
que todo el mundo secular podía ofrecer. Vivía en un gran departamento con una
hermosa vista a la mejor locación de la mejor ciudad, San Francisco. Tenía
muchos amigos que eran maravillosos y la mejor madre que uno podía tener.
Manejaba un auto deportivo convertible. Iba sólo a los mejores restaurantes de
la ciudad y me conocían por mi nombre en la mayoría de lugares. Tenía la
mejor masajista y el mejor spa de la ciudad. Tenía mi cabello cuidado en el
más caro de los salones de belleza. Bebía sólo los mejores vinos y champagnes
franceses y sabía exactamente qué comida iba con cada uno. Aprendí Tai Chi y
Fung Shei. Me hice amiga del barman del mejor establecimiento de comida mexicana
¡y siempre me ofrecía margaritas gratis! Compraba ropa diseñada y comida
mandada a preparar. Era voluntaria en un programa de alfabetización de adultos,
a quienes les enseñaba a leer. Tenía un gran trabajo como enfermera y ganaba
muy buen sueldo. Era meditativa y tenía una biblioteca con libros de autoayuda.
A pesar de todo esto, me decía a mi misma en forma sorprendente "¿es esto
todo lo que hay?"
Mi alma
empieza a buscar:
Empecé a buscar menos de lo que tenía y más de lo
que deseaba: sentido y propósito en la vida. Traté con diversos tipos de
filosofías, diferentes "técnicas para vivir" y todas ellas se
"ajustaron" a mi vida por un espacio de tiempo, pero después de un
momento volvía a preguntar "¿cuál es la fuente de todo esto? ¿cuál es
su esqueleto?". Por ese tiempo, en su programa radial de conversación, la
Dra. Laura Schlessinger empezaba a contar acerca de su "historia", su
aprendizaje, su compromiso con las mitzvot y su conversión al Judaísmo. Yo
estaba impresionada y emocionada. Impresionada (y celosa) de que alguien pueda
haber encontrado la verdad y haber tenido la convicción de vivir en ello y
emocionada de aprender cómo convertirse al Judaísmo. Empecé a leer libros,
desde aquellos de las tiendas seculares acerca de qué cree un judío, qué
significa vivir como judío y qué significa convertirse. No tenía un lugar o
persona a dónde ir con mis preguntas. Aunque me encontraba emocionada acerca de
lo que estaba leyendo, estaba demasiado distraída para continuar en este
trayecto debido a la insignificancia de mi supuesta COMPLETA vida.
Mi alma
grita y encuentra respuesta:
Un día fui llorando donde mi mamá ... "todo lo que necesito son 24 horas.
Todo lo que quiero es que se detenga el mundo, salir de él por 24 horas
dejándolo sin mi y luego regresar 24 horas después". ¡No me había
percatado en esa época de que estaba deseando el shabat! Pensé que mudarme
sería la solución a mi problema de estar agobiada por una insignificante vida.
Así que hice planes de mudarme a Key West, Florida, a fin de vivir una vida
simple, trabajar en un bote de buceo, mirar cada noche el ocaso, y a la vez
comer camarón hervido y tomar un G&T (¡"Gin and Tonic"!). Mi
madre, en su sabiduría, me sugirió ir a Los Angeles de visita por unos pocos
meses antes de dar el gran salto a los Keys. Gracias a Di-s por ella y su
consejo. El 27 de Abril de 1996 dejé mi ciudad favorita, mi masajista favorita
y spa, etc. y me mudé a una área que ODIABA, ¡Los Angeles! Casi a mitad del
viaje empecé a gritar "¡QUÉ HE HECHO!"
La tarde siguiente, me encontraba aún deprimida por
lo que parecía ser una reubicación tonta y al azar. Mientras cambiaba los
canales, me encontré con un rabino ... sombrero negro, barba roja, hablando de
algo que yo tenía que saber más. Le grité a mi madre ... "MAMÁ, MAMÁ,
hay un rabino en la televisión, enciéndelo. Este rabino, resultó ser el
rabino Jaim Mentz (Avrume para aquellos en Crown Heights), shliaj de Jabad de
Bel Air y fue su programa de señal abierta sobre Judaísmo básico que
despertó algo en mi, B"H. Algo que no podía entender aún pero me era
imposible sacarlo de mi mente o ignorar. Miré por algunas semanas su programa
hasta que finalmente dominé los nervios para llamar al número que aparecía al
final de su show. Lo llamé y le dije que había visto su programa y que me
encontraba interesada en aprender más porque estaba interesada en convertirme.
Me dijo que uno no tenía que ser judío para servir a Di-s. El rabino Mentz me
enseñó que Di-s le dio a los judíos y a los no judíos un propósito en este
mundo, un camino para servirLo. El judío realiza 613 mitzvot y el no judío
vive de acuerdo a las 7 Leyes de Nóaj. Yo le contesté "pero 7 no son
suficientes para mi". El rabino Mentz, no seguro de mi convicción, me
preguntó por qué elegí un pacto estricto para convertirme. Le dije que para
qué convertirse si no era 100% de acuerdo al Judaísmo. ¿Acaso uno rechazaría
un vino fino? Yo quería el 100%. Así que, después de escuchar todo esto, me
dio las instrucciones para ir a su shul. Finalmente todo llegó junto. Al final,
sabía lo que había estado buscando y que tenía un lugar a dónde ir así como
una persona a quién hacerle todas mis preguntas.
Empecé a
aprender y a amar el Idishkeit:
Empecé en Mayo de 1996, en las clases grupales del
rabino, las cuales trataban varios temas como los 13 Principios de la Fe, Tanya
para principiantes, Jumash, etc. Me hace reír y llorar al mismo tiempo cuando
recuerdo que estaba saliendo hacia mi primera clase con el rabino y mi madre me
advirtió: "Se que es un rabino, pero no lo puedes conocer sólo porque
sale en televisión ... así que no te confíes mucho". Ella estaba
nuevamente en lo correcto. No tenía idea de cómo esta primera clase podría
cambiarme a mi o a ella. Me senté en mis primeras lecciones con el rabino y
aunque no sabía quién o qué era Hashem, Moshé, Neshamá, Mashíaj, etc.,
SABÍA que era la VERDAD y que la buscaba para mi. Me encontraba muy sorprendida
al estudiar el Tanya. Recuerdo que le conté al rabino que si cada uno aprendía
y trataba de vivir el Tanya, no habría más necesidad de libros de autoayuda,
psiquiatras o programas de doce pasos. Después de muchos meses, finalmente el
rabino me aceptó como su estudiante para conversión. Tenía lo MEJOR de lo
MEJOR, desde los profesores hasta la instrucción. Estaba tan agradecida que no
sólo se me enseñara Halajá y los textos típicos (dictados por el Beit Din
para la conversión) desprovistos del FUEGO, EMOCIÓN y la Minhag de la vida
jasídica de Jabad sino que se me enseñara de todo (Jumash, leyes de kashrut,
Shabat, Yamim Tovim, Tzniut, etc.) a través de la belleza de su Jasidut y
Minhag. Estaba inculcada con una pasión y urgencia para llevar a cabo aquí
nuestra misión ... ¡hacer de este mundo inferior un lugar donde pueda morar el
Abishter (nuestro Creador) y traer al Mashíaj! A través de las enseñanzas de
la Jasidut y del Rebbe, aprendí cómo la Torá puede y DEBE penetrar cada
célula, cada momento y cada acción. Desde el comienzo que supe que la Torá y
las mitzvot eran mi vida las puse en todo lo demás, trabajo, actividades
recreacionales, etc. y no al revés.
Mi
hishkashrut (Conexión con el Rebbe):
Lo mejor que hizo mi rabino fue “traerme” el
Rebbe a través de sus enseñanzas, nigunim y millones de historias. No había
terminado de aprender las sijot del Rebbe pero ya había aprendido cómo hacer
de él parte integral de mi vida. Debido a mis maravillosos maestros (aunque
llegué a Jabad después del Gimal Tamuz, la fecha de fallecimiento del Rebbe)
experimenté de primera mano cómo él está todavía aquí y fui capaz de
desarrollar una fuerte hishkashrut con el Rebbe como aquellos que crecieron con
él. Con el Rebbe y mis maestros como modelos, sabía que no me era suficiente
ser apasionada con las mitzvot sino también inspirar a los judíos y a los no
judíos a conectarse con Hashem. Es mi deseo que todos los conversos potenciales
y BT puedan tener la misma experiencia de aprendizaje que tuve. Y con toda
firmeza recomiendo lo mismo para cualquier FFB deseoso de una profunda, alegre y
fuerte conexión con Hashem.
Mi dilema
final:
Después de ver y experimentar solo una probada de lo
que la vida jasídica tenía que ofrecer, me enfrenté a un real dilema. Sabía
lo que quería y también sabía que no podía regresar al mundo gentil. Pero
¿era esto lo que Di-s deseaba de mi? ¿Era mi deseo de ser judía, mi deseo de
ser lubavitcher, egoísta? El estar dispuesta a vivir Su Torá de acuerdo a un
camino hermoso, SABER que los aparentes actos mundanos de la vida podían
hacerse santos a través de la Torá y de la Jasidut, de darle najes al Rebbe
... ¿QUIÉN NO QUISIERA ESTA VIDA? NADIE le da la espalda a una gran bolsa de
perfectos, enteros y finos diamantes. Me preocupaba cómo podía saber si estaba
destinada a ser judía. El rabino Mentz me enseñó que SÓLO una persona con un
alma judía sería capaz de observar shabat, kashrut, shmirat negiá, mikvá,
etc. Dijo que si me daba cuenta de que había algo durante mi aprendizaje o
puesta en práctica ANTES de mi conversión que no podía hacer o mantener ...
entonces sabría que no podría ser judía y “zei gezunt”, podría servir a
Di-s como gentil. Pero él me volvió a asegurar que desde que había deseado
hacer todas las mitzvot y estaba feliz y plena cumpliéndolas tan pronto como
las aprendía, entonces posiblemente estaba destinada a ser judía ... SÓLO
después de completar los pasos de la conversión, terminando con la mikvá,
podríamos estar seguros. La enseñanza del rabino Mentz fue una gran
satisfacción y lo sigue siendo hasta hoy. Alguien me dijo que era cierto, que
conectándose con el Rebbe, todos los temores y preocupaciones respecto a
hacerse o mantenerse observante desaparecen. El Gimal Tamuz de 1996 le di una
carta al rabino para el Rebbe. Puse todo mi corazón en el Rebbe respecto a
todas mis preocupaciones de querer ser judía más que todo en mi vida, pero si
este no era el deseo de Hashem para mi, deseaba hacer cual sea Su Voluntad. Le
solicité al Rebbe una brajá por tres cosas: 1) Suficiente fe en Hashem; 2)
Coraje y fortaleza para continuar en este trayecto para convertirme y hacerlo
100% de acuerdo al estilo jasídico y 3) Que me permitiera continuar haciendo mi
conversión aún si mi madre me rechazaba por esto, pero que me de la fortaleza
para poder sobrevivir al dolor. Pero añadí, que por lo menos pueda “apoyarme”.
Revelando la
Idishe Neshama dentro de mi:
“¿Qué sucedió con las brajot del Rebbe?”
Preguntarás. El 19 de Elul (me hubiese gustado que fuera el 18 de Elul ya que
fue el cumpleaños del Baal Shem Tov y del Alter Rebbe, pero era shabat) del
5757, entré a la mikvá como Laura y salí como Jaya Mushka. Oh, sobre la
brajá acerca de que por lo menos mi madre pueda “apoyarme” ... cerca de un
año después, el 15 de Elul del 5758, mi mamá completó su propia conversión
(con el rabino Mentz y el mismo Beit Din ortodoxo). Ella entró como Nadi y
salió como Jana.
No hay lugar
alguno como el hogar:
Incluso teniendo TODO lo que el mundo secular podía
ofrecer, NADA me daba la dicha y el significado que consigo cuando recito una
brajá sobre un simple vaso con agua, “... shehakol nihyá bidvaró”. Jabad
es algo así como una maravillosa familia a la cual uno pertenece. No importa
dónde vayamos, estamos en familia y como en CASA cuando estamos en el hogar de
algún jabadnik. IY”H algún día me casaré y tendré mi propio hogar al
estilo Jabad. Un hogar y una familia que sólo dé najes al Rebbe. Gracias a
Hashem, al Rebbe, a mi rabino y a mis maestros que soy capaz de vivir el
Idishkeit con la DICHA y el FUEGO de la Jasidut de Jabad. Con la fortaleza del
Rebbe y sus enseñanzas de Ahavat Yisrael (amor por el prójimo judío) soy
capaz de ser un “farolero” para otras neshamot judías, compartiendo con
ellas la PASIÓN y la EMOCIÓN de servir a Hashem en la más bella y elevada
forma, como jasidá del Rebbe. Ahora, es fácil entender POR QUÉ me convertí,
por qué elegí convertirme de acuerdo al estilo de vida de Jabad y por qué
digo que “es una vida maravillosa”.
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