Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Muchos y pocos
versión libre de acuerdo al Midrash Vaikrá Rabá parashá 4
Rabí Ieshoshúa ben Korjá y sus discípulos
estaban estudiando Torá en el Beit haMidrash, como era su costumbre diaria.
De pronto, se introdujo un gentil pagano, quien se quedó escuchando el estudio
un rato.
Era corriente, en aquellas épocas, que gentiles
entraran a menudo a los Batei HaMidrash para atender las clases que allí se
desarrollaban. Muchos de ellos entendían arameo y hebreo, e incluso memorizaban
pasajes enteros de la Mikrá.
Algunos, muy pocos en verdad, lo hacían con la inocente voluntad de conocer
otras culturas, eran personas que amaban el conocimiento, y les parecía
fascinante aprender nuevas ideas, por más que jamás las aplicaran en sus
vidas. Ellos eran siempre bienvenidos.
Otros creían haber descubierto la verdad en el judaísmo, y para ellos cada
palabra de Torá era como una moneda de oro reluciente. Estos gentiles estaban
desesperados por aprender y entender. E incluso, quizás, querían convertirse
al judaísmo en algún futuro. Estos, luego de su aprendizaje, generalmente
formaban parte de la familia judía.
Sin embargo, gran número de los que entraban a las "escuelas", no
tenían intenciones tan puras (como los gentiles "cultos", o los que deseaban
convertirse), sino que se aproximaban al judaísmo para proveerse de material
para atacar y destruir al judaísmo desde "dentro". El método era en
general el siguiente, tomaban nota de todo, lo interpretaban como mejor les
parecía, cambiaban a su antojo lo que no se adaptaba a su propio pensamiento u
objetivos. Y luego atacaban groseramente, mostrando lo que ellos decían haber
"escuchado de los rabíes", pretendiendo que sus fantásticas mentiras
habían sido dichas por algún noble maestro judío. De esa manera, alguno de
los menos cultos, o los jóvenes, entre los judíos caían en las redes de estos
embaucadores, y eran conducidos a la idolatría. Y en otras oportunidades, lo
que provocaban estos paganos engañadores era la disputa y las rencillas en el
seno del judaísmo, consiguiendo que en lugar de poder vivir y estudiar en paz
de las fuentes fidedignas de la Torá Escrita y Oral, los judíos estuvieran
perdiendo tiempo sorteando las trampas y los obstáculos que eran puestos frente
a ellos. Estos paganos perversos, siempre intentaban (y lograban) molestar y
perjudicar...
También este pagano había preparado un
argumento tendencioso, y pensaba vencer con éste al rabí Ieshoshúa, y
avergonzarlo frente a sus talmidim. Y, ¿quién sabe?, ¡quizás
consiguiera atrapar algún adherente a las filas de la idolatría!
No demoró mucho este pagano, cuando despectivamente se dirigió al maestro con
esta interrogante:
"Tengo una enorme consulta sobre ustedes, JUDÍOS (escupió la palabra),
que se sientan a estudiar sus escrituras pero no cumplen lo que está en ellas
escrito".
Rabí Iehoshúa respondió brevemente:
"¿Qué es lo que dices? ¡Dios no permita que nosotros profanemos las
palabras de la Torá!"
Y dijo el gentil:
"No me refiero a profanaciones. Resulta que ustedes judíos son tan tercos
en sus ideas, que incluso desoyen sus escrituras. ¡Todo por no aceptar las
ideas que para los demás son tan evidentes! ¡JUDÍOS OBSTINADOS! Acaso, ¿no
dice su Torá: "...a la mayoría seguirán..." (N.R. -Shemot / Éxodo
23:2)? Y es más que obvia la intención de esta ley: que se debe aceptar la
opinión de la mayoría. Y díganme, ¿quién es mayoría, nosotros que creemos
en muchos dioses o ustedes que se aferran porfiadamente a su viejo Dios
invisible? Es evidente que nosotros somos inmensamente más numerosos que los
judíos. Entonces, ¿por qué no cumplen con sus propias leyes y nos acompañan
a nosotros en nuestra adoración de ídolos?"
Rabí Iehoshúa comprendió que frente a sí
estaba un hombre vacío de bondad, pero lleno de malicia. Que prefería
malinterpretar en lugar de esforzarse por entender.
Que era diligente en mentirse y mentir, en lugar de ser veloz para ser humilde y
aprender.
Primero, por haber sacado de contexto el texto presentado. Pues, es un método
bastante insidioso presentar unas palabras sueltas, como si estuvieran flotando,
cuando en realidad son una parte de algo más complejo.
Y segundo, si se hubiera detenido a razonar con algún conocedor de Torá, se
hubiera enterado de que el versículo es una indicación para los jueces del
Juzgado, para que solamente cuando haya mayoría absoluta de votos pueda ser
sentenciada a muerte un reo que está siendo juzgado por un crimen capital.
Esa era la mayoría que menciona el versículo, y ese era el tipo de decisión
con el que se relacionaba.
¡Nada que ver con la interpretación dada por el pérfido embaucador!
No quería argumentar el maestro con un sujeto deleznable como éste, pues SIN
DUDAS, nuevamente interpretaría torcidamente lo que se le dijera. Por lo que,
el rabino decidió responderle de tal manera que no tuviera más deseos de
continuar perturbando con maliciosa estupidez, a los judíos en su pacífica
vida interna. Así que preguntó:
"Dime, ¿tienes hijos?"
En ese momento el regocijo sanguinario se borró de la cara del pagano, sus ojos
se enrojecieron, y en un suspiro respondió:
"Sí...muchos hijos tengo".
Se había evaporado todo el orgullo y vanidad de su voz.
Con voz entrecortada continuó:
"Me recordaste mi gran pesar".
Entonces le pregunto rabí Iehoshúa:
"¿Por qué? ¿Acaso no te enorgullece ser padre de muchos hijos?"
Y contestó el pagano:
"No. ¿Qué gozo puedo tener yo de esos brutos? Todos los días son un
quebradero de cabeza...A la hora de la comida cada uno viene a la mesa, y antes
de comer cada cual le reza a su divinidad protectora, uno a este dios, otro a
aquel, otro a ese otro, y así cada cual reza a viva voz a quien considera el
dios principal. Entonces comienzan a pelearse entre ellos, para ver en verdad
cuál de los dioses es el rey de todos los dioses, y por lo tanto, cuál de los
hermanos es el superior de los hermanos. Y no hay comida que podamos tener en
paz, pues siempre alguno termina con un ojo amoratado, o una cuchillada en el
abdomen, o un diente menos, o yo que se...es un sufrimiento diario..."
Entonces el maestro replicó:
"Bueno, sí que es terrible, pero, supongo que tu estarás de acuerdo con
alguno de tus hijos, y entonces los demás te respetarán y seguirán en paz el
resto de la comida..."
Y dijo el pagano:
"¡No, para nada! Todos mis hijos son unos imbéciles, ninguno cree que mi
dios principal es el verdadero dios superior...son todos unos idiotas...no me
tienen el más mínimo respeto, ni a mí, ni a mi dios central".
Al oír esto el rabí le dijo:
"Pues, si es así como tú me dices, ¿para qué vienes a molestarnos a
nosotros? Primero arregla los problemas en tu propia casa. Cuando tus hijos te
respeten y acepten a tu dios, podremos preocuparnos por responder tu pregunta
que nos planteaste...tu problema en el hogar es más urgente, ¿no te
parece?".
No sabiendo lo qué argumentar, el pagano se retiró molesto y amargado.
Los alumnos rodearon al maestro.
"Maestro, echaste a ese perverso con violencia sumamente medida, tal como
se lo tenía merecido.
¡Es tan estúpido su análisis del versículo! Si en decenas de lugares
explícitamente la Torá prohíbe hasta la más mínima adhesión a cualquier
forma de idolatría, ¡qué importa lo que la mayoría crea que es mejor, si
niega un fundamento de la Torá! Pero, igualmente te pedimos que nos digas,
¿existe en la Torá alguna respuesta a lo que esta persona preguntó?"
Entonces les enseño el rabí:
"Sepan que la respuesta que le di a este inicuo hombre, es en todo
correcta. Si incluso de acuerdo a su propio razonamiento quedó demostrado que
él estaba por completo equivocado. Miren, incluso si fuera exacto que siempre
hay que hacer caso de la mayoría, incluso en la tontería peligrosa de la
idolatría, su idea de que los judíos practiquemos idolatría es errónea. Les
explico esto: los paganos, como escucharon de su boca, no están de acuerdo
acerca de sus dioses, qué dios es el mayor, quién gobierna, qué hace cada
uno, qué características tienen, etc. Entre ellos no hay igualdad de opinión
respecto a sus dioses, así que, ¿de qué mayoría me habla? Nosotros, los
judíos que somos fieles a Dios somos mayoría, pues entre nosotros no hay
discusión acerca de Dios, uno, único y sin intermediarios."
Y agregó:
"Sobre esto mismo nos da una pista la Torá, porque de Esav está dicho:
"y no podían habitar juntos"
(Bereshit / Génesis 36:7), pues, ellos son muchos pero sus ideas son distintas
y no pueden llegar a un mínimo de entendimiento en las cosas esenciales. En
tanto que sobre Iaacov está escrito: "Era toda alma de los descendientes directos de Iaacov [Jacob], setenta"
(Shemot / Éxodo 1:5), a pesar de ser 70 personas, los judíos tienen una
sola alma, pues siguen fielmente a su único Dios, sin necesidad de aprender
de otros como llegar a Él."
Así aprendieron los discípulos con que esmero y
cuidado hay que aprender Torá, pues no hay nada que no esté enseñado en ella.
Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.
Las citas tanájicas son extraídas del CD "DARJEY NOAM - TANAJ"
y de promover este sitio entre sus allegados.
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en tanto puedan ser considerados autores,
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