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Respuestas a Preguntas
Pregunta recibida
"... quisiera saber los motivos por los cuales está prohibida la masturbación masculina..."
Colombia
Respuesta
Gracias por tan interesante y complicada pregunta.
Antes una acotación, la prohibición recae para ambos géneros (no sólo para
varones), si es una práctica individual.
Y, una segunda nota. Este tema es sumamente extenso y bifurcado, así que
trataremos de atenernos a su pregunta.
Nuestros legisladores discuten cuál es el motivo principal para que recaiga
a priori una prohibición sobre esta práctica sexual.
Hay, al menos, tres argumentos fundamentales:
Le explicaré a muy grandes rasgos.
Para los que sostienen el primero, entienden que al eyacular en un lugar que no
sea dentro de la esposa se está cometiendo un crimen (en potencia), pues la
posibilidad de vida es desperdiciada, una probable vida que no ha sido sembrada.
Los segundos afirman que al no utilizar el semen para lo que es su función,
el hombre se está vedando la posibilidad de cumplir la mitzvá de perú
urebú (crecer y multiplicarse), por lo que se considera que su simiente
esta siendo desperdiciada.
Los de la tercera posición dicen que esta práctica es inmoral, inapropiada e
indecente, sin importar en sí el destino final del semen. Y, como verá, aquí
queda incluida la prohibición para las mujeres, pues sería inadecuado también
para ellas.
(En los casos en que es necesario masturbarse por razones médicas, o por
proveer de simiente para la inseminación artificial de la esposa, es evidente
que no estamos ante ninguna de estas situaciones y la práctica no sólo no
está prohibida, sino que es apoyada legalmente).
Ahora bien, existe un motivo psicológico subyacente y que puede explicar
perfectamente la dureza de la prohibición impuesta por nuestro Sabios.
El deseo sexual es sumamente poderoso en la gran mayoría de las personas.
¿Cuál podría ser la razón para esta cualidad natural?
Si supusiéramos que es solamente un excitante del placer del individuo, nos
quedaríamos cortos, aunque no estaríamos errados.
Similarmente nos ocurriría si sólo lo explicáramos con parámetros físicos o
fisiológicos.
Lo justo es pensar que esta fuerza es tan poderosa para beneficio de la especie
(además del provecho personal evidente).
El enorme placer proveniente del sexo, y su inmenso poder movilizador se basa en
la necesidad de satisfacerlo con un miembro del otro sexo, y de esa forma
posibilitar el mantenimiento de la especie y su proliferación.
El deseo sexual nos compele -naturalmente- a buscar a otro ser humano.
También, el deseo sexual nos mueve hacia fuera del sí mismo egoísta, para
encontrar a otro, y de esa forma volver al sí mismo en un nivel superior.
La persona que prefiere -como método rutinario- la masturbación en lugar de
los riesgos, los altibajos, los éxitos de hallar pareja y mantenerla, antepone
una barrera en su relación con los otros, y con un otro especial para ella.
La masturbación es una categoría moral de crimen, porque mata la
posibilidad de relacionarse con aquel otro relevante en nuestra vida.
La masturbación es una categoría moral de simiente desperdiciada,
pues la persona malgasta su vida en el egoísmo en lugar de la apertura a la
sociedad.
La masturbación es una categoría moral de indecencia, porque separa al
individuo de los otros, y de sí mismo, en un océano de egoísmo.
En lugar de mayor conocimiento del sí, la masturbación compulsiva o
rutinaria aísla al individuo y le coarta sus facultades de crecer.
¿Es acaso una práctica mecánica - fantasiosa - egoísta es una meta en sí
misma?
Diferente consideración recibe el juego sexual previo al intercambio genital de los cónyuges, o en otros casos particulares que no trataremos aquí.
En definitiva, no es producto de un pensamiento abstruso que esta práctica esté a priori prohibida, sino, que está basada en el conocimiento profundo de la persona, y con miras al crecimiento de la persona y la sociedad.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga.
Yehuda Ribco - Sivan 28, 5761
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