Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
LaH' Haaretz UMeloa
Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Respuestas a Preguntas
Consultas recibidas
"...Dios es malo?? x q lei parte del tanaj en español, y si D´´s sabia lo q iba
pasar x q no previnio a los hombres de ello, o simplemente, x q muere gente
inocente etc.? a D´´s no le importa el ser individual?..."Uruguay
"...acerca de Dios? gracias a las religiones aprendi que Dios es nuestro Padre,Creador,ect... ¿pero Dios es justo o no? tanto sufrimiento ¿cual es el concepto del sufrimiento segun el judaismo?..."
México
Respuesta
Dos jóvenes que se interesan en estos temas tan profundos, son indudablemente dos personas inteligentes, perceptivas y sensibles.
¿Qué contestar a sus complejas interrogantes?
Desde hace milenios se intentaron diversas respuestas, pero, en cada generación
retornan las dudas, las críticas contra Dios, el dedo que Lo acusa...y está
muy bien cuestionar de esta manera al Eterno, pues es parte de la misión que
las personas tenemos en Este Mundo, en tanto reconozcamos la Verdad, y no que
usemos la crítica contra Dios como excusa para nosotros hacer lo que no es
correcto.
Les daré cuatro o cinco breves reflexiones, y espero que Uds. puedan seguir aprendiendo por su cuenta.
El Bien en Sí Mismo
Ante todo, de la esencia Dios no podemos definir nada, tan sólo podemos hablar
de Sus manifestaciones, de lo que Él hace.
De Sus acciones podemos afirmar que Dios es el Bien Supremo, y nada se puede
comparar a Su Bondad.
¿Cómo sabemos esto?
Dios es Todopoderoso, es decir, puede todo, y, por lo tanto, no precisa de nada.
¿En que se beneficia con el Universo por Él creado?
Absolutamente en nada.
Entonces,
si Él creó el Universo,
sin tener ninguna necesidad de hacerlo,
y lo mantiene en existencia,
y no espera recibir nada a cambio:
es el Máximo Bien posible.
¿Por qué?
Porque es la generosidad de dar absolutamente todo lo que el otro precisa, sin
esperar, ni recibir, nada en compensación.
Dios es un Bien tan inmenso que ni siquiera tenemos palabras, fantasías,
pensamientos que puedan abarcar su grandiosidad.
¿Entonces?
Ahora bien,
si Dios es tan bueno...¿qué necesidad hay del mal?
¿Acaso es una demostración de que existe un poder similar al de Dios, pero de
sentido opuesto?
¿Acaso en una prueba de que Dios no es todopoderoso, pues, no puede vencer al
mal?
Resaltar nuestro escaso bien frente a la inmensidad del
Bien
Supongamos que tenemos un pequeño fósforo encendido a plena luz del sol del
mediodía, ¿cuánto alumbra la llamita del fósforo?
Nos parece que muy poco, pues su escasa luz es opacada por el poder luminoso del
sol.
Sin embargo, si el sol es cubierto por espesas nubes, o si cae la noche, o si
estamos en un lugar techado, la minúscula llama del fósforo cobra (de pronto)
más valor, pues, ilumina de una manera tal que no parecía ser así en
presencia del sol.
De modo similar, ante la bondad de Dios (que en verdad es miles de veces más
poderosa que la luz del sol), nosotros con nuestras modestas acciones de bien
estaríamos siempre opacados, parecería que todo lo bueno sólo proviene de
parte de Dios (que en última instancia, es así), y no de nuestras acciones
bondadosas. Entonces, Dios en su ilimitada generosidad permite que haya sombras,
ocultamientos de Su Luz, es decir, el mal, para que de esa forma la persona de
bien sea valorada en su justa medida, y que sus acciones sirvan para iluminar la
vida propia y de quienes lo rodean.
Por lo tanto, lo que aparece como malo, en realidad es el complemento necesario
que Dios creó a nuestra posibilidad de hacer el bien; necesario para que
resalte nuestro bien, sin ser oscurecido por el Bien de Dios.
Distinguir entre lo bueno y lo que no lo es
También es un complemento antitético, es decir, como existe la apreciación de
lo que es malo, podemos reconocer lo que es bueno.
Si el Universo fuera un lugar de pleno Bien, éste no resaltaría, no sería
considerado, pasaría desapercibido. Por lo cual, el mal, además de permitir
que las personas hagan lo que es bueno, y sean justamente consideradas, da lugar
a que lo bueno sea verdaderamente tal.
Resistencia desarrolladora
Aparte, la existencia del mal es necesaria, porque son las dificultades, los
obstáculos, las resistencias, las que generan el esfuerzo por la superación,
por alcanzar lo mejor.
Supongamos que nunca jamás ejercitamos nuestros músculos, ¿en qué estado
estarán?
¿Seremos personas fornidas y fuertes, o menoscabados alfeñiques?
Es indudable que el ejercicio metódico y de resistencia, además de las
correctas dietas y actitudes, basado en una estructura que lo posibilita, es lo
que habilita el desarrollo (en este caso) de la masa muscular, y su adecuación.
Espiritualmente ocurre de modo similar, necesitamos exactamente lo mismo
(adaptado, claro está) para desarrollar el "músculo espiritual".
El mal es la resistencia más poderosa, para ejercitarnos y conseguir ser
poderosos en el terreno de hacer el bien.
Por lo que, el mal, muy lejos de ser malo, es un aliado en el empeño de
alcanzar el Bien, en tanto lo usemos para este loable fin.
Por eso nuestros sabios enseñan: "¿Quién es poderoso? - El que vence
sus impulsos a lo malo", conquistar nuestras más íntimas debilidades,
eso es realmente poder.
Verdadera Libertad
Si Dios no hubiera creado la posibilidad de hacer lo malo, de reconocer
este hecho, y de gozar-sufrir en el sufrimiento,
los humanos no seríamos realmente libres.
¿Qué libertad es aquella a la cual llegamos si no optamos frente a la
no-libertad?
No es libertad.
Como Dios en su inigualable Bondad y Sabiduría nos dotó de libre albedrío,
tuvo que crear necesariamente la posibilidad y la realidad del mal, para
que elijamos verdaderamente ser buenos; y de esta forma seamos libres.
El que actúa haciendo lo bueno, pero porque no conoce el mal, o no tiene
tendencias a él, seguramente que sus acciones son buenas,
pero,
no es libre,
y,
no es bueno.
Enseñan nuestros sabios que las personas más justas y bondadosas, son en
verdad las personas que más tendencias a hacer lo malo poseen por naturaleza,
pero, con esfuerzo optan por superar su naturaleza, y entonces, se convierten en
seres que trascienden sus limitaciones.
La única Realidad es el Bien
Que nosotros sufrimos es un hecho.
Que las injusticias colman la Tierra, es una verdad irrefutable.
Que hay mal, ¿quién lo puede dudar?
Pero,
en el Mundo de la Verdad,
en el Más Allá,
comprobaremos lo que para Dios es siempre evidente:
que la razón última y primera del mal es el Bien.
El mal no tiene existencia, es como una sombra, una apariencia,
por lo tanto,
si queremos ser reales,
vivir en el pleno sentido del término,
debemos apartar de nuestras acciones y pensamientos todo lo que nos aparte del
Bien, que es lo que realmente existe,
porque, si nos aferramos al mal,
quedamos prisioneros de sombras, de falsedades,
y perdemos la oportunidad de vivir.
Otras apariencias
En Este Mundo de apariencias, a veces, lo que aparenta ser malo e
injusto,
finalmente es para bien.
El mejor ejemplo es el pequeño niño que sufre y patalea cuando lo inyectan
contra una peste.
El no entiende la razón por la cual sus padres lo obligan a someterse a esa
persona con bata, que con la enorme jeringa lo hace sufrir sin motivo.
¿Es que sus padres lo odian?
¿Esa persona de bata lo quiere dañar?
Sabemos, al crecer, cual es la respuesta...
Más apariencias
Las personas vivimos un instante en Este Mundo y una eternidad en el
Mundo Venidero.
Un pequeño momento (comparado con la eternidad) de sufrimiento terrible, sin
dudas es doloroso y violento, algo que seguramente no queremos soportar ni que
nadie de nuestros queridos sufra; pero, el premio y el castigo eterno son
inmensamente más valiosos que lo que nos ocurre en Este Mundo.
Este, sin dudas es la más endeble de las argumentaciones, la menos
"probable", pero, de ser cierta, quizás es poderosísima...
Ganar en lugar de recibir pasivamente
Recibir es bueno, pero, la persona que constantemente recibe
pasivamente, sin aportar nada a cambio, o al menos esforzarse por procurarse lo
que recibe, finalmente odia el hecho de recibir, se avergüenza de su estado
"parasitario", de su nulidad, de su perpetua receptividad vacía y
vaciante.
Para que las personas reciban, pero a la vez trabajen por recibir, Dios permite
que en el Universo exista el mal, los contratiempos, la injusticia, lo que
dificulta la plena receptividad.
El Paraíso descrito en los primeros capítulos de la Torá, no es un lugar de
éxtasis estático, de pasividad y de banalidad, sino un lugar para
"trabajarlo y cuidarlo"...es decir, incluso el Edén es un
lugar de esfuerzo, de afán, de crecimiento por los propios méritos y no de
espera fatua de la generosidad de Dios.
La Bondad de Dios, se traduce en que el Hombre, el Mundo en realidad, deben
luchar por conseguir lo que es bueno y necesario, porque la pasividad termina
por avergonzar, por nulificar, por exterminar...por ser mala.
Respeto de la leyes
Dios impuso leyes físicas para el funcionamiento de la Naturaleza, y
por ser Dios Justo, Él no quebranta Sus leyes (a no ser en los casos que en la
Creación Él definió en Su Entendimiento como excepciones, por ejemplo, el
cruce del Mar Rojo).
En la mayor parte de las ocasiones, las personas sufrimos por acciones
provocadas por otras personas (o por nosotros mismos), y no por fenómenos de la
Naturaleza.
Si el mundo está poblado por personas con libertad de elección, que pueden
optar entre hacer lo bueno y lo malo, y si alguna persona elige hacer lo malo,
Dios no hará (a proiri) nada que impida su libre (e incorrecto) accionar.
Somos libres para lo bueno y para lo malo.
Y Dios es tan Bueno que permite que el malo lo sea...incluso si sufren
injustamente los inocentes...y, Dios "sufre" junto con el justo
sufriente...y con el perverso pecador...
Epilogando
Hemos dado sólo unos pequeños esbozos de un tema profundo,
les aconsejo seguir estudiando y meditando sobre estos temas,
para intentar ser mejores.
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Las citas tanájicas son extraídas del CD "DARJEY NOAM - TANAJ"
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en tanto puedan ser considerados autores,
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