Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

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BeShem H' El Olam

LaH' Haaretz UMeloa
Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam

Respuestas a Preguntas


¿Sacrificio de Itzjac?

Consulta recibida

Respuesta

Cuestión sin dudas interesante, que a primera vista puede resultar compleja de explicar y comprender; pero, munidos con sentido común, explicaciones de los Jajamim (nuestros Sabios) y con nuestra experiencia, podremos llegar a conclusiones plenamente satisfactorias (espero).

Diferencias
Primero comencemos corrigiendo el nombre por Ud. utilizado (y que es herencia de las deplorables traducciones no-judías, o poco eruditas, de la Torá, y que luego devienen patrimonio cultural mundial): "Sacrificio de Isaac".
En realidad, en hebreo (que es el idioma original de esta cuestión) se lo conoce como: Akeidat Itzjac, que significa: "la atadura de Itzjac". Es que, en efecto, Itzjac, nuestro patriarca, no fue sacrificado, sino que Avraham llegó a amarrarlo de pies y manos, a colocarlo sobre el altar, a sacrificarlo mentalmente, pero, Akeida no significa "sacrificio", por lo que debemos preguntarnos: ¿es necesario modificar incluso el nombre original? ¿Qué se esconde detrás de este inocente cambio?
Mi amigo, estas dos cuestiones las contestaremos, bli neder, al final de esta respuesta.

Pasemos a un segundo cuestionamiento acerca de su planteo. Podemos comprender por lo que expresó que Avraham al querer sacrificar a su hijo no hacía más que lo que él conocía como normal en su lugar: el sacrificio del primogénito en honor a los dioses.
Pensemos seriamente: ¿puede tener asidero en la realidad una suposición tal?
Debemos tomar en cuenta, por ejemplo, que este personaje durante 137 años luchó contra las idolatrías; que sufrió (las primeras) persecuciones y exilios por sus ideas; que en pos de la Justicia supo enfrentarse al mismísimo Dios; que no hesitaba en auxiliar al indefenso (incluso si era su enemigo); que se burlaba de todos los ritos paganos; etc.
¿Es factible que finalmente cayera víctima de la chochera idolátrica? 
Veremos que no, que en verdad lejos estaba su conducta de lo que era normal en aquellas épocas y lugares.
Pero, su frase que expresa la evidencia de mitología arcaica, puede ser referida no a la acción de Avraham, sino a la de los redactores de la Torá...que Ud. esté diciendo que los que creían que era necesario sacrificar a los dioses al primogénito eran los redactores de la Torá, y que por eso lo escribieron en el libro de mitologías del pueblo judío: la Torá.
Si esta era la intención, podemos responder que en otro artículo demostramos que la Torá es obra de un sólo Autor: Dios.
Segundo, aunque Ud. no creyera en esta Autoría, puede reconocer que toda la Torá es una rotunda oposición a la idolatría y a las prácticas paganas, sería bastante más probable que Avraham cayera en la trampa del sacrificio del primogénito, a que estos (supuestos) redactores lo incluyeran por descuido. Es evidente que los redactores no tenían en mente tales prácticas, al menos no para alabarlas y exhortarlas, sino quizás para hacer befa de ellas.
Tercero, asimilar la Torá con mitologías, es posible sólo conociendo muy poco de Torá, o de mitología (temas que no explicaremos aquí).
Cuarto, existen numerosos eruditos que afirman que el sacrificio del primogénito en Canaán no era generalmente real, sino simbólico. Es decir, como un rito de agradecimiento (o de fertilidad) a alguno de los dioses se les hacía entrega simbólica del hijo, por ejemplo, conduciendo al bebe entre hileras de brasas ardientes (y quizás, a eso hace referencia la Torá cuando prohíbe "pasar por el fuego" a los primogénitos). Por lo que, yo no daría por sentado que sea una tradición tan común en el contexto cultural de Avraham.
Quinto aspecto que diferencia la Akeidat Itzjac de los sacrificios de primogénitos es la edad de la víctima. De haberse hecho rituales de entrega del hijo a los dioses, seguramente que eran en los primeros días de su vida (como se hace el Pidión haben entre nosotros aún en la actualidad). ¿Cuántos años tenía Itzjac?
Treinta y siete (37) años.
¿Tanto tardó Avraham en decidirse a actuar como pagano?
¿Era víctima de un proceso mental extremadamente lento?
¿Su avanzada edad lo llevó a actuar inconscientemente?
Pues bien, para responder a esto, y a sus dudas originales, pasemos al nudo de la respuesta: ¿cómo explicar la Akeidat Itzjac?

El Texto
Como mi confianza en los textos del Tanaj traducidos por no judíos y/o no eruditos es escasa, le daré la mejor versión que poseo en nuestro idioma:

Si se toma el trabajo de comparar este texto fiel al original hebreo, con las traducciones que pululan, podrá notar numerosas divergencias, quizás hasta incluso halle nuevas dudas para preguntar-se.

Pasemos al análisis de un versículo tras otro, en pos de las posibles respuestas a lo que yace en la Akeidat Itzjak.

Cuando Dios pone a prueba quiere compeler a la trascendencia

Lo primero que podemos reconocer en este pasuk (versículo) es que Dios inicia el diálogo, aparentemente es Él el que nos introduce lo que acontecerá.
Sin embargo, tal como los lacanianos dirían, y como los Jajamim afirmaron durante centurias: en todo diálogo el que toma primero la palabra lo hace como respuesta a las acciones precedentes de su interlocutor.
En el caso que nos interesa, el Eterno inicia el diálogo con Avraham como respuesta a las conductas previas de nuestro patriarca.
Estas fueron dos, de las cuales podemos nosotros elegir la que más nos satisfaga.
La primera es el alejamiento de su hijo mayor (Ishmael) del hogar paterno, a instancias de su esposa Sará, y por ser el hijo de la esclava una influencia perniciosa para Itzjac.
La segunda, el pacto entre Avraham y sus vecinos filisteos, entre los cuales residió por mucho tiempo.
Ninguna de ambas acciones es negativa de por sí, pero ambas pueden llevar a la persona a un empobrecimiento de su virtud y de su ética.
Cuando echa a Ishmael, aunque sea por petición de su señora, aunque cuente con el respaldo de Dios, puede ser síntoma de un desapego hacia la familia; o una evidencia de crueldad escondida; o tantas otras cosas.
Cuando pacta y convive con los filisteos, puede ocurrirle lo que a Lot, que su contexto lo estimule en la dirección incorrecta, como diría el adagio: "dime con quien andas..."
En definitiva, lo que debemos tener en claro, desde el comienzo, es que Avraham será sujeto de las circunstancias que él mismo llevó a existencia, y no a castigos o pruebas incoherentes por parte de Dios.

En la décima (y última) prueba Dios por vez primera en Su Torá nos avisa a nosotros, pero no a Avraham, que será sujeto de una.
La voz utilizada por la Torá es "nisá", que en una traducción literal directa es "poner a prueba", "probó", "experimentó". Pero, la raíz de esta voz permite hallar otros significados, por ejemplo el que vertimos en el texto traducido: "elevó".
Cuando Dios pone a prueba está buscando la elevación del probado.
A diferencia de los humanos, Dios sabe todo, conoce todo, comprende todo. No precisa de pruebas, de exámenes, de tests, ni de ensayos. Él es el Conocimiento perfecto.
Por lo tanto, ¿para qué poner a prueba a una persona?
Como todo lo que Él hace: para beneficio de la persona (o de otros elementos de la Creación, es decir, a veces parece que el individuo pierde algo, pero la Creación se perfecciona...tema que dará oportunidad para otro ensayo).
Dios no es como los maestros simples, que para comprobar el nivel y calidad de los conocimientos de sus discípulos los ponen a prueba (que luego califican de acuerdo a sus parámetros).
Por su parte, los maestros que siguen el ejemplo del Eterno, pueden hacer uso de las pruebas (también) como un mecanismo para mejorar el aprendizaje de sus alumnos...
En lo que a la Akeida refiere, Avraham será tentado (en el sentido de ensayo), y de esta prueba, la pase o no, algo ganará: su elevación, es decir, un mayor conocimiento de sí mismo y de la realidad. El re-conocimiento propio, y el de nosotros también...

Son las resistencias que promueven el desarrollo, las vicisitudes que correctamente asimiladas (aunque sean funestas) pueden promover un sentido trascendente de la vida.

Sin embargo, como ya dijimos, Avraham no sabía de esta circunstancia particular de prueba, de posibilidad de trascender. Para él era un dictado de Dios, una sugerencia directa del Eterno...
La Torá nos hace cómplices de su secreto, pero, al protagonista le niega la pista para reconocer la situación especial que le toca experimentar.
Eso es tal cual nos ocurre a diario...somos ignorantes del plan de Dios, del objeto real de nuestras experiencias, y sólo podemos arañar trozos de oscuridad...

Por último, prestemos atención al llamado y a la respuesta ya veremos como retorna como un estribillo.
Atendamos a las palabras que retumban como un eco, pues, no están ausentes de estos breves párrafos, y algo tienen para indicarnos...

El amor es por siempre

En este versículo hay una locución que en ciertas traducciones no aparece, sin embargo está en el original: "por favor".
El Soberano del Mundo le pide a Avraham el máximo sacrificio, el mayor de los desprendimientos; pero, no se presenta ante nuestro Patriarca como el Rey soberbio, como el Amo que ordena, sino como el amigo que requiere nuestra total comprensión, incluso en los momentos más críticos, ante los requerimientos más dramáticos e imposibles de cumplir. Le pide a Avraham participación, no fe.
Exige de Avraham compañerismo, y no sumisión.
¡Cuán distinta es la versión hebrea de la horriblemente mal traducida por los (así llamados) doctos cristianos!
En la Torá nos encontramos con el Dios que incluso en la última (cronológica y de grado) de las pruebas, comprende la debilidad humana, el sufrimiento que Este Mundo causa a sus criaturas...lejos Dios de ser inflexible, odioso, vengativo...lejos Dios de la injusticia...lejos Dios de las imágenes que lo quieren representar como si fuera un dios pagano...lejos Él...

Dios expone su propuesta gradualmente, para ir preparando al anciano patriarca ante el tremendo pedido; pero también, para hacerle dar cuenta a Avraham de la importancia de su cumplimiento. No es algo mero y sin valor, se le está instando a entregar su bien más precioso...
Primero, "tu hijo".
Podía ser el hijo de la esclava, o el hijo de la ama.
Luego, "el único".
Podía significar el único de Hagar, o el único de Sará.
"A quien amaste".
Incluso siendo un perfecto irreverente, Ishmael recibía el más profundo amor de su padre.
Entonces, Dios, para que no hubiera dudas, nombra a quien Él ha señalado como "hijo, único, a quien Avraham amó": que no es otro que Itzjac nuestro patriarca.

Prestemos atención a esto: "a quien amaste".
Las razones para recordarle al padre su amor, son varias, por lo que, quedémonos con tres.
1- Para que Avraham sintiera el absoluto vacío de que dejaría todo lo que estaba por perder.
2- Para que Avraham fuera fiel a su amor hasta las últimas consecuencias, es decir: que mantuviera su cariño incluso cuando elevaba el cuchillo sobre el pecho de su hijo; que el amor no se extinguiera cuando el joven exhalara su último suspiro. Que fuera sacrificado merced al amor del padre por el hijo, y no con la crueldad o la indiferencia de quien sacrifica un animal, o come una hamburguesa, o pasa frente al necesitado y ni se inmuta...Avraham debía preservar todo su amor íntegro en el momento de ofrendarle su hijo al Eterno.
3- Es como si Dios lo pusiera a Avraham ante una disyuntiva: amas a tu hijo, y dices que me amas a Mí, ¿son esos amores compatibles? La respuesta a esto, la veremos con certeza hacia el final del relato. Y, para darles una pista, cuando resolvamos esta duda, sabremos cuál es la relación entre la Akeidat Itzjac y los sacrificios humanos a los dioses paganos...

¿Y por qué "amaste", en pasado? ¿Acaso no lo ama ahora?
Por lo que expresamos en la opción segunda: así como hasta ahora lo había amado, sin que Dios nada le hubiera pedido; debería seguir amándolo. Si endurecía su corazón, si objetivaba a su hijo, si lo cosificaba, si lo transformaba en una moneda de transacción...la prueba estaría perdida...
¡Cuántas cosas relevantes para la actualidad se ocultan en un texto tan milenario!

"Moriá", será el lugar donde el Eterno señalaría para hacer residir su nombre allí, es decir, el monte del Templo.
Como nos apartaríamos del tema central, dejamos esto por aquí, aunque, con tiempo, podríamos apreciar la relación de la Akeida con el Mikdash, no sé, quizás más adelante...

"...elévalo allí...", como podemos apreciar el Eterno conoce el futuro, sabe que todo esto no es más que una escenificación de un sacrificio, que en última instancia promoverá la elevación del padre y el hijo; por lo que, Dios no le miente a Avraham, a pesar de que tampoco le dice la verdad, simplemente juega con los sentidos de las palabras: "Elévalo allí", que nosotros, con el conocimiento del pasado podemos interpretar en su sentido espiritual; pero, Avraham se dejó llevar por su ignorancia (quizás la misma de los traductores que vierten: "ofrécelo"), y asimiló este verbo con el acto de ofrecerlo como sacrificio...
Ya distinguimos que los caminos del Eterno son tan ocultos a nuestros ojos, que incluso cuando Él en su Bondad nos alienta y esperanza, nosotros parecemos como sordos y sin entendimiento...
Entonces, quizás Avraham en efecto se dejó llevar por lo que era conocido para él, por ser la (supuesta) norma de su cultura: el sacrificio del primogénito. Quizás, supuso que este Dios que él predicaba, no era tan diferente a esos ídolos que (se creía) exigían la vida de los hijos. Quizás Avraham, verdaderamente, era movido por los resabios paganos de su cultura. Quizás...
Pero, considerar toda la tragedia que se está por vivir como una imitación de los ritos idolátricos, es perder de vista el sustrato, lo que lo convierte en diferente y único. Pues, acá está Dios interviniendo, con un objetivo claro...apartar la idolatría y sus prácticas del Mundo, hacer crecer a Avraham junto a su hijo, y por consiguiente a nosotros, sus descendientes... 
Quizás el (probable) error de comprensión de Avraham era parte del mensaje que debemos comprender...

"...sobre uno de los montes, que Yo te diré"- ¿Por qué no le indicó el lugar con precisión? ¿Qué se aprende de esta aparente omisión o renuencia?
Entre otras cosas que Dios está con nosotros incluso en el momento más difícil, cuando parece que no está...oculto permanece...
Él actúa según Su Entendimiento, Se manifiesta según Su Voluntad; pero, debemos recordar que nunca estamos desamparados, aunque suframos, aunque muramos, aunque sintamos la presencia de la soledad...

Como última reflexión para este versículo.
Debemos reconocer la similitud idiomática con la primera prueba (documentada) que Dios puso a Avraham, la de su salida rumbo a la Tierra de la Promisión:

Relación en lo literario y en lo conceptual, que no analizaremos en esta ocasión, pero que sin dudas, no es casual.

Esto es un Hombre

El Eterno se comunicaba con Avraham por intermedio de sueños y visiones proféticas (un grado inferior de profetismo), o por medio de enviados (los llamados ángeles, o fuerzas, o inspiraciones, etc.)
El pedido del sacrificio fue en un sueño profético, que se diferencia del sueño normal, entre otras cosas, por la claridad del recuerdo, y la certeza de su realidad supra-onírica.
Avraham, empero, tenía derecho a dudar; a pensar en que su imaginación le había jugado una mala pasada; que su inconsciente había disparado la angustia por haber sacrificado a su hijo Ishmael al no haberlo mantenido en su hogar y bajo su mirada tutelar y educativa; podría...
Incluso, tenía derecho a demorarse en la cama...ya contaba con 137 años de edad...
O, podía haberle dado vueltas al asunto, alargarlo, hacer de cuenta que tenía que pasar por la burocracia...
Podría haberse excusado...
Podría...pero, "se levantó muy temprano en la mañana".

¿Cómo puede ser que la persona que no hesitó en enfrentarse al Eterno, para salvar a cuatro ciudades de perdición, ahora acata en silencio esta orden tremendamente más tormentosa para ella?
Hacia 38 años que Avraham discutió fieramente con Dios, en pos de lo que él consideraba justicia, suponiendo que el Todopoderoso estaba equivocado.
Sin embargo, en esta ocasión el silencio y la acción obediente fue la respuesta inmediata.
¿Por qué?
Quizás, porque Avraham hacía muchos años había aprendido que Dios jamás se equivoca. Que los caminos del Eterno son siempre justos. Que todas las circunstancias que Él nos propone son para bien. Que el justo (si lo es), en última instancia, realmente no desespera, ni sufre...sabe que Dios es Justicia y Verdad...

Y, el confiado, aunque dolido, anciano apresuró en un ruidoso mutismo los preparativos para la travesía.
Él mismo arregló al jumento.
Apresuró a sus siervos.
Cortó la leña. ¿Qué, acaso no había árboles en el lugar que Dios le indicaría? Seguramente que sí, pero Avraham no quería dejar nada dependiendo del azar, de las circunstancias, quería que la obra que Dios dictaba, y que su corazón lo llevaba, fuera lo más perfecta posible, sin tachas, sin peros...
Nuevamente, cuando todo permanecía en silencio, fue ágil en cumplir la Palabra. 
En un sólo versículo hay (en el original) seis verbos referido a Avraham (pero jamás se mencionan sentimientos o pensamientos), seis acciones, todas sucesivas, todas inmediatas, todas veloces...
No nos encontramos con un anciano contemplativo...sino con un hombre de acción. Un hombre rejuvenecido por la intención pura de su conducta. (La palabra "siervos", se escribe en hebreo igual que "sus años mozos"; como dando a entender que Avraham actuaba con el ímpetu de días añejos).
Nuestro patriarca no era un orgulloso principillo...él mismo aparejó su humilde y útil asno. ("Asno", en hebreo se escribe igual que "materia"; como refiriendo que Avraham aparejaba, ponía en orden, su materialismo, de acuerdo a las pautas de su espíritu; y no a la inversa).
Avraham pleno de entendimiento, sufriendo el desgarro de su alma, quería apurarse para acatar el pedido de Dios...
No era movido por la manía, no lo movilizaba su ansiedad por acabar con el trago amargo; todo lo contrario, la amargura lo quería retener, lo quería inmovilizar, pero, recordemos, el amor debía destilarse junto a su llanto...

Si tuviera tiempo

Como vemos, la manía no había atacado a nuestro patriarca.
Su raciocinio funcionaba.
Tiempo para la reflexión hubo.
Momentos para echarse para atrás, no faltaron.
Contratiempos en el camino, fueron numerosos.
Tres días de tortuoso camino, permitían usar la ocasión para dar la excusa de la dificultad del trayecto, y retornar con la conciencia más o menos tranquila...
Nuestros Sabios nos ilustran con diversas calamidades que le ocurrieron, realmente o simbólicamente, a la comitiva en su viaje. Cada una de ellas era suficiente obstáculo como para que Avraham se liberara de su imponente carga...
Sin embargo, él debía cumplir una misión, su meta estaba marcada, y a pesar de los anhelos encontrados, de sus gemidos acallados, de su dolor inefable, de sus tres días de agonía..."alzó sus ojos".

Y, al alzar sus ojos, toda su confianza se depositó en el Eterno, que (según el entendía) lo impelía (irónicamente) a esta situación dolorosa...
Dolor que se acrecentó al divisar el lugar desde lejos, porque, mientras el lugar aún era indivisable, siempre cabía la posibilidad de que el sueño fuera sólo eso; pero, la señal de Dios le patentizaba que todo era muy real, que no era una obra de cine, ni producto de su fantasía...alzó sus ojos, para reconocer que en verdad él estaba dispuesto a entregar su hijo, a su amado, al único, a Dios...

Avraham tuvo tiempo de escapar.
Tuvo oportunidad de echar las culpas al clima, a la economía, al vecino, al Diablo, a Dios...pero...

Volver

Según nuestra Tradición los dos siervos no eran otros que Ishmael y Eliezer (el mayordomo y prosélito).
¿Por qué los dejó junto al asno? ¿Acaso para rebajarlos en su dignidad?
Una respuesta: porque el acto que estaba a punto de realizar necesitaba de la más estrecha relación posible; y aunque su hijo mayor y su mejor discípulo eran de su estima, ambos no alcanzaban a opacar el inmenso amor que sentía por su hijo Itzjac, quien era la encarnación de las promesas que le había dado Dios. Si los siervos los acompañaban, algo no estaría completo, algo sobraría y algo faltaría...
Cada cual debe ocupar el grado al cual pertenece y cumplir su función de la manera más apropiada posible.
Los siervos a la espera, el padre y el muchacho yendo "allá"...

Y notemos como Avraham desliza una palabra extraña: "volveremos".
¿Les mentía a los siervos para que no sospecharan e intentaran detener el "crimen ritual"?
¿Mentía para apaciguar la curiosidad de su hijo?
¿Mentía para que su hijo no se lanzara a la huída despavorida?
¿Estaba profetizando cual sería el verdadero desenlace de esta aventura?
¿Había comprendido que el objetivo del pedido divino era la elevación del padre con su hijo, y no un asesinato, por lo que desestimó el asunto del sacrificio?
¿Estaba expresándose metafóricamente, como diciendo que Itzjac volvería en espíritu?
¿Estaba hablando en un plural mayestático, sin incluir en el retorno a su hijo?

No tengo idea de cual es la pregunta correcta, mucho menos las respuestas...
Pero, pensemos un instante, ¿a dónde regresarían?
Al hijo rebelde, al siervo dependiente, al asno símbolo del materialismo...
Quizás podemos entender todo esto como una alegoría de lo que debe ser la conducta del judío (de toda persona) digno: vivir plenamente en el mundo, pero conocedor de que lo físico no es lo único, es uno de los componentes, al cual hay que retornar siempre, para sustentar la existencia, pero, que sin irse "allá a adorar" no tiene mucho sentido...es decir, Este Mundo sí, delimitado y sostenido por lo que lo trasciende...

Caminar juntos

Apreciamos que Itzjac no es un niño pequeño, pues puede cargar el pesado fardo de la leña.
Por lo que, podemos reconocer que el tema de los sacrificios propiciatorios, de agradecimiento o de fertilidad (al parecer) comunes entre los paganos, no tiene mucho predicamento en esta historia. Éstos se realizaban sobre infantes, y en muy raras oportunidades en jóvenes, cuando alguna crisis de suma importancia motivaba a ofrendar la más preciada de las posesionescomo lo era sin dudas el hijo primogénito...
Notemos que dije que el hijo era considerado por los cultos paganos (y sus culturas) como un objeto más; pero, ¿era así para Avraham?
La idolatría es la cosificación máxima, que llega a incluir el hacer de lo inefable, de lo incorpóreo, una cosa. La idolatría es hacer de Dios y personas -objetos.
El que desde su tierna infancia luchó contra la idolatría, el que por mucho tiempo y vicisitudes se erigió en líder y único representante de la creencia en un sólo Dios, el que derribó los ídolos y consiguió el odio de los poderosos, el que no temía perder la vida, ni las riquezas, ni la familia, ni su mundo por seguir a Dios, el que predicaba con todas sus acciones la armonía y la justicia, ¿pudo haber retrocedido a lo más primitivo del mundo al cual él no pertenecía?

Notemos también unos vocablos recurrentes: "Itzjac su hijo".
¿Para qué la insistencia en la filiación? ¿No sabemos que es su hijo?
Quizás para sugerirnos de que en ningún momento Avraham perdió la conciencia de que la víctima de su sacrificio ES su hijo, y no otra cosa. Para que podamos advertir que algo profundamente amoroso se desarrollaba en estos actos aparentemente brutales.

"y caminaron los dos juntos"- estaban unidos físicamente, andaban por el mismo sendero, pero, los separaba un abismo silenciado.
Uno de ellos caminaba plagado de amargura profunda por saber que eran los últimos momentos de proximidad, y al mismo tiempo con inmensa alegría, por saberse fiel al Único. 
El otro, andaba con el ánimo jovial, feliz de estar próximo a su anciano padre, emocionado de participar en esta experiencia religiosa, desconocedor de lo que el hombre que lo acompañaba tenía en mente.
Ambos andaban juntos, pero tan distantes...

Lección de paternidad

Avraham seguía amando a su hijo, como hemos dicho, y la Torá se encarga de volver a destacar el hecho: lo ama como padre, es decir, con amor desinteresado. No es ese amor de puro sentimentalismo, de borrar los límites de lo correcto, de cuentos, de promesas, de vacío, de locura, de muerte... 
Éste, del que somos testigos, es un amor verdadero entre un padre y su hijo.
Aparte del uso repetido de la palabra "padre" e "hijo", ¿de dónde deducimos esto?
Prestemos atención, cuando Dios llamó al patriarca, éste respondió: "aquí estoy", nada más.
Cuando es su hijo el que lo requiere, la respuesta es similar: "aquí estoy, hijo mío".
Avraham podía haberle dicho a Dios: "Dios mío, Santo mío, Rey mío, Padre mío" etc., pero, a pesar de su relación de proximidad con el Eterno, Avraham sabía que el infinito los separaba, que nada podía agregar a su respuesta: "aquí estoy"; que todo lo que dijera sería igual que la nada...o peor que el silencio...
Pero, a su hijo, sabe que debe también expresarle su cariño, no sólo hacer lo que debe ser hecho, sino usar las palabras adecuadas, ¿y qué hay más apropiado para un hijo que saberse escuchado y atendido por su padre? ¿Qué hay más de valioso para un hijo que su padre le diga: "hijo mío"?
Sin embargo, el silencio fue quebrado por el hijo...Avraham estaba en un mutismo profundo, reflexivo, de acción...
Para comprender esto, recordemos lo que mencionamos mucho más arriba, el diálogo lo comienza a emitir el que recibe un mensaje no verbal de su interlocutor. Es decir, Itzjac habló porque Avraham tenía algo para comunicar...

Luego, cuando la confianza está reestablecida, tras el prolongado silencio de tres días, surge la pregunta necesariamente lógica: tenemos leña, y fuego,...pero, ¿el sacrificio, dónde está?
¿Qué podríamos agregar a esta sencilla testificación de una verdad simple?
Podemos añadir una pregunta: ¿por qué Itzjac menciona el fuego y la leña, pero olvida hablar del cuchillo (que momentos atrás leímos era llevado en mano por su padre)?

Explican nuestros sabios que en este lugar el "fuego" es símbolo de la prueba que en su infancia tuvo que atravesar Avraham, venciendo la creencia arraigada de que el fuego era el dios supremo, de que a los hijos había que pasarlos entre el fuego.
También nos dicen que la palabra usada para "cuchillo", en realidad es muy poco frecuente, y está etimológicamente relacionada con "comida".
Dicen en conclusión: Avraham vino a este duro trance con dos méritos obtenidos en su pasado, el haber vencido la creencia popular de Molej (dios del fuego); y su generosidad para con todos los necesitados. Es decir, su antagonismo a la idolatría; su elevación hasta el conocimiento de Dios, y su elevación hasta la proximidad con las personas.
Y la leña, ¿qué representaría?
De Avraham nada, por eso la partió él en el hogar y ahora se la encomendó a su hijo. La leña sería, luego, el símbolo de la prueba que pasarían (o no) juntos el padre con el hijo.
Es decir, el símbolo del mérito de Itzjac, no el de Avraham, de haber aceptado ser sacrificado en honor al Eterno.
Cuando Itzjac comienza el diálogo, inconscientemente a instancias del padre, está expresando, quizás dos cosas: 
1- el sacrificio real no se llevará a cabo, pues se omite hablar del cuchillo, o;
2- estos que están protagonizando es precisamente la mejor y más patente imagen de la oposición a toda idolatría, y a todo sacrificio humano (para comprender esto, hay que continuar la lectura). 

Avraham nos está enseñando algo: a amar a nuestros hijos, a hacerlos partícipes de nuestras vidas, a ayudarlos a dotarse de los méritos propios que los dignificarán por lo que ellos son, y no por terceros.

Cuando estamos en contacto

Repite la Torá las palabras que ya escuchamos un momento antes: "caminaron los dos juntos".
Sabemos que la Torá es parca, ni siquiera desperdicia una letra, un silencio. Entonces, ¿para qué mencionar lo ya dicho? ¿No sabíamos que estaban andando uno junto al otro?

Respondamos: las palabras son las mismas, las personas han cambiado...
Avraham le ha comunicado, sin decirle, a su hijo sus intenciones para con él...
Todo ha sido expresado con los silencios, con el profundo entendimiento.
E Itzjac comprende lo que le había sido callado unos instantes atrás: él sería el elevado como "holocausto". Elokim se había provisto de él...

"Holocausto" (es el sacrificio que se quema completamente, de ahí su nombre griego (Shoá -devastación, es el nombre hebreo para el Holocausto perpetrado por los nazis contra los judíos)) en hebreo es olá, que proviene del verbo "elevar". El holocausto se eleva, pues todo sube en el humo, rumbo a la bóveda celeste, representación de la dimensión tan lejana como cercana, la espiritual.

La cercanía máxima ya ha sido alcanzada por el padre y su hijo.
Ambos comparten el secreto de sus vidas, de sus muertes, de su amor.
Ambos están ligados íntimamente por lazos más fuertes que el parentesco.
Ambos, pudiendo huir, avanzan juntos.
Ambos buscan la trascendencia, la elevación, por caminos distintos.
Uno es el holocausto, el que será elevado.
El otro, es el que enseña el modo de trascender.
Uno perdiendo su vida, su futuro.
El otro, perdiendo su vida, su pasado, su futuro, sus prometidas esperanzas.
Uno dispuesto al autosacrificio.
El otro, preparado para la perpetua desesperanza de una existencia vacía...
Ambos son víctimas y verdugos.

Ahora "caminan juntos", pero siendo participes de su circunstancia, de su misión...
Caminan más juntos que nunca, deberíamos leer aquí.

Detalles

Edificar, arreglar, atar, ponerlo encima del altar...
Más acciones en silencio, más detalles que no se dejan pasar. Este importantísimo momento no debe ser tomado superficialmente, es preparado meticulosamente, buscando la perfección...
E Itzjac no protesta, no reclama por justicia.
Accede a los pedidos del Eterno, ordenados a su padre, como corresponde al hijo de un creyente, de uno que es fidedigno a la Verdad.
Dicen nuestros Sabios que ambos estaban en paz y regocijados, como el padre del novio preparando la ceremonia nupcial; y como el novio momentos antes de consagrar a su amada.
Pero, cuando el hijo ya estuvo atado, las lágrimas brotaron del padre y caían sobre la mirada del hijo, lágrimas tan amargas, que los ojos del hijo perdieron su vigor hasta el final de sus días.
Y en ese momento único, Dios permite a Itzjac vislumbrar el futuro de su estirpe, y ve proféticamente todo el dolor y sufrimiento de las persecuciones y matanzas, del odio y el exilio, que padecerán sus descendientes. Y sufre por ellos, no por estar él a punto de ser sacrificado.
Pero, finalmente asiste a la armonía universal, a la reconstrucción del tercer y último Beit Mikdash.
Y comprende que está viviendo lo que ocurrirá en el futuro.
Y comprende que más que el mero sacrificio de un ser humano, lo suyo es la representación de las civilizaciones: dispuestas a sacrificar vidas en honor a sus dioses, a sus ideologías, a sus intereses; pero, que el único sacrificio aceptable es aquel que no exige sangre, ni miseria, ni que existan perdedores. El verdadero sacrificio que Dios quiere, es sumir a las tendencias negativas bajo el pie del Bien. Lo que Dios demanda de nosotros es el bien, la verdad, la justicia...y no la sangre (a pesar de que los cristianos quieren ver en el "sacrificio de Isaac" un simbolismo del Gólgota, realmente la Akeidá es la antípoda del cristianismo: ¡la sangre no salva ni redime! Lo que Dios pide es la vida bien vivida, y no la muerte de nadie (ni siquiera del "hijo de dios"...)
Eso comprende nuestro patriarca Itzjac, atado y tendido sobre el altar sediento de su sangre, de su última exhalación.
¿Por qué hallar las respuestas a las preguntas últimas en el momento en que ya nada (parece) se puede hacer?

Quizás es por esto que Itzjac (que significa "el risueño") se llama así...

Control

Para tomar el cuchillo, ¿no es obvio que hay que extender la mano?
Es la forma que tiene la Torá para decirnos que Avraham estaba en pleno control de sus actos, que no era víctima de la perversión, que el odio hacia el hijo no carcomía sus entrañas, que el irracional paganismo no dictaba sus actos.
Avraham era el que decidía lo que quería hacer.
No era un autómata, ni una marioneta.
No era engendro del destino o la fatalidad.
El dirigía sus acciones, y libremente estaba dispuesto a degollar a su hijo.

El enviado

¿Por qué dos veces debe ser llamado antes de responder, si antes con una sola vez era suficiente?
Porque a pesar de que lo llamaba una voz desde los Cielos, Avraham estaba sumido en el cumplimiento del designio divino, tenía el sacrificio de su hijo ya desarrollado en su imaginación, y nada parecía poder interrumpirlo.
Pero, como hemos mostrado, Avraham no era un cegado por la fe, un vaciado de entendimiento.
Al segundo llamado (inmediato) respondió como era su proceder: "aquí estoy"; siempre listo, tanto para oír a Dios como a las personas.
¿Y por qué lo llama un enviado (ángel, fuerza), y no el mismo Dios?
Para que aprendamos algo nosotros.
Si se nos pidiera la muerte de algún inocente, esa bizarra orden sólo puede ser acatada si proviene directamente de Dios, y de nadie más.
Pero, en caso de que se nos solicite por la vida de alguien, debemos escuchar a todos, incluso a esas voces que no podemos distinguir su procedencia.

"Ahora conozco"

El enviado del Cielo le retiene la mano, que parece destinada a atravesar a su hijo.
El anciano (íntimamente regocijado) igualmente intenta acatar el primer pedido de Dios.
Pero luego, se hace la luz para Avraham.
Y renace la vida para Itzjac.
Y los que piensan en el Eterno como un dios sanguinario, deberían morderse la lengua.
Y los que asumen que el "sacrificio de Isaac" es un ejemplo de barbarie pagana, deben atender.

"Ahora conozco"- Dios ya sabía el amor y veneración que Le tenía Avraham, incluso desde antes de crear el Universo, entonces, ¿por qué "ahora"?
Porque es Avraham el que pudo darse cuenta de la profundidad de su relación con Dios.
Avraham entendió que todas las pruebas que había pasado antes, habían tenido como resultado el premio de la bendición, de las promesas: descendencia numerosa; la Tierra Prometida; la paz para las naciones de la Tierra.
Pero, al estar dispuesto a sacrificar a su hijo, no había promesa que valiera. Pues, la muerte de su hijo significaba la nulidad de todas las promesas.
Itzjac ERA LA PROMESA.
Si Avraham era capaz de sacrificar a su hijo/promesa en honor a Dios, es que en efecto todas las pruebas anteriores se revalorizaban, pues no habían sido sorteadas en pos de ventajas y bendiciones, sino por el único deseo de servir al Uno.
Sacrificar a Itzjac era asumir el perfecto amor hacia Dios.
Y esto, sólo recién lo captó cabalmente el patriarca.

Pero, significa algo más.
Ahora, y sólo ahora, entendió Avraham que el amor a Dios no inhabilita el amor a las personas (ni viceversa).
Aprendió que el Dios Absoluto no es absolutista (en lo referido al amor). Uno es capaz de amar al prójimo y de amar a Dios, con la misma intensidad, con la misma pasión, con el mismo empeño y sacrificio.
Dios no es un ídolo, una ideología, una falsedad, que exige amor exclusivo (como los ídolos que para que el amor a ellos sea patente, exigen el sacrificio del hijo).
Dios es el Amor, que permite que se Lo ame, y que se ame al resto de sus criaturas.
El camino a Dios puede ser a través del amor al prójimo.
Y, a veces, el amor a Dios (si es realmente amor) puede llevar al amor a las personas.
Son amores (acciones) compatibles, suplementarios.
Cuando la intolerancia y el prejuicio se entronizan, Dios está lejos (incluso si se enarbola la bandera de Dios en las persecuciones intolerantes...)

Y hay algo más.
Avraham en verdad aprobó la prueba cuando desistió de sacrificar a su hijo.
El "ahora" expresa algo como esto: hasta ahora Avraham fuiste un fiel más, tal como los idólatras lo son a sus mentiras...pero, cuando reconociste el valor de la vida, cuando te percataste que no es la muerte, la sangre, el sacrificio, lo que satisface a Dios- alcanzaste la cumbre, te elevaste, como era la intención desde un comienzo.
La prueba no era sacrificar a Itzjac, sino elevarlo.
La prueba era darle sentido a sus vidas, y no acabar con ellas.

Y también.
Avraham ahora, sin dudas, conoce que todos los camino de Dios son justicia.
Incluso cuando parece que el absurdo se apodera de nuestras existencias, hay Uno que es Juez de Justicia, y todo tiene una razón positiva.

Una historia que no culmina
La historia continuó, pero, nos detuvimos en su punto máximo, pues no estamos analizando todos los detalles de la Akeida, sino respondiendo sus inquietudes.

Espero haberle sido de provecho, tal como este relato lo ha sido durante generaciones.
Deseo realmente que podamos aprender a elevar nuestras existencias, en lugar de buscar el sacrificio sanguinario que en nada ensalza.

Y una última acotación: ¡cuán cuidadosos debemos ser incluso en los que nos parece irrelevante! ¡Cómo se han sido sacrificados tantos Itzjaques durante generaciones porque no se comprendió la palabra "elevar" y se escuchó en su lugar "sacrificar"!

Yehuda Ribco
Siván 18, 5760


Este relato es parte de la lectura ritual de la Torá en Rosh HaShaná.
¿Por qué?
Hay al menos tres motivos.

También es leída en la tefilá Shajarit diaria, casi al comienzo del servicio.
¿A qué pensamientos nos induce esta inclusión?


Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.

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