Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

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BeShem H' El Olam

LaH' Haaretz UMeloa
Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam

Respuestas a Preguntas


La bendición para el justo

Consulta recibida

"...recuerdo haber leído uno de sus estudios sobre las traducciones  de las escrituras y me hizo pensar algo que usted dijo: " el traductor hizo la traducción con ignorancia o por iniquidad......." yo pienso que las dos cosas han hecho calamidades en el lector de las escrituras... voy  a poner un ejemplo: Proverbios 10:22   "la bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella"   ------   "la bendición del Eterno enriquece, y el afán no agrega nada (a la riqueza)" estas pequeñas aparentes diferencias, hacen que se cambié la total perspectiva que los cristianos tienen de Dios. las preocupaciones afanosas hacen mucho daño, y las bendiciones del Eterno enriquecen....   Esto es difícil de explicar, cuando se lo comentamos a alguien más, dicen que quiero judaizar, mejor se lo comento a mis hijos y cuando salgo a la calle  y veo a todas esas gentes afanandose, preocupandose matandose por querer cuidar lo que se tiene..."
(
tiempo más tarde recibimos esta continuación)
"...
hablando de las traducciones de Proverbios 10:22 la biblia mía es o dice así: La Biblia hebreo-español, versión castellana, conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson, Editorial Sinai, Tel-Aviv, Israel. .....<<la bendición del Eterno enriquece, y el afan no agrega nada (a la riqueza)>> yo le comentaba sobre la palabra "afán" porque la entendí como una preocupacion por conservar lo que Dios en su infinita bondad nos bendice, entendiendo que esa preocupación por "cuidar"  no agrega nada a la riqueza, pero bueno me gustaría que cuando tenga tiempo comentara algo al respecto..."

México   

Respuesta

Amigo mío, sus comentarios y aportes son siempre enriquecedores.
Gracias.

Le daré la traducción más ajustada al original:

"La bendición del Eterno es la que enriquece; y no añade tristeza con ella"
(Mishlei / Proverbios  10:22)

(Como verá, milagrosamente, en esta ocasión la traducción más aproximada no es la judía que Ud. nos da, sino, (repito milagrosamente), la cristiana que también amablemente nos transcribió).

Ahora comparemos ambas versiones judías, la más fidedigna en negritas:

La bendición del Eterno
 es la que enriquece;

 y no añade tristeza con ella

La bendición del Eterno
 enriquece, 
y el afán
 no agrega nada (a la riqueza)

Como se advierte fácilmente, el texto en hebreo nada dice del "afán".
Y, quizás más importante para resaltar, el "añadir" está realmente referido a los efectos desagradables ("tristes") que no se producen por causa de la bendición; en lugar de la supuesta relación entre el "afán" y la riqueza.

Preguntemos algo que no está particularmente identificado en este verso: ¿para quién es esta bendición?
Si contextuamos esta frase, obtendremos rápidamente lo que los comentaristas tradicionales muestran: el versículo refiere a la bendición que Dios provee a la persona justa (tzadik).
Cuando el tzadik es bendecido por Dios, su riqueza no es otra que la misma bendición.
Quizás no queda claro este pensamiento.
Por las palabras del versículo (y mucho más con la traducción por Ud. aportada) podemos suponer que la bendición divina acarrea riquezas materiales, bienestar económico, solvencia, etc. Pero, en realidad, lo que Dios otorga al justo (por ser el justo precisamente tal) es el beneplácito de satisfacerse con lo que tiene (por carecer de la ambición inhabilitante, paralizante). 
El justo es el que no sufre privaciones, a pesar de padecerlas materialmente, puesto que su modo de percibir la existencia, le permite trascender el dolor de la falta, y hallar el placer en la esencia de actuar como justo.
Por ejemplo, Europa del Este, siglo XVII, un poblado judío en medio del crudo invierno y tras un pogrom. El hambre acosa implacable a todos los humildes hogares de los judíos. Iankele, el justo, soporta el ayuno obligatorio, sufre por la terrible falta de alimentos, llora por la amargura de sus hijos famélicos, se lamenta junto a sus hermanos, busca los medios de alimentar a los suyos, incluso reza y reclama al Eterno...pero no eleva su voz quejicosamente acusadora protestando contra Dios, argumentando que Él está abusando de sus criaturas.
En la mayor de las pobrezas, esta actitud lo convierte en rico...pues, es justo.
Recordemos algo que ya dijimos varias veces: el justo (que es tal) realmente no sufre.
Pero, no debemos quedarnos con la idea de delirios o ilusiones, o de esperanzas vacías que ocupan el sentir del sufriente justo, perturbándole su plena conciencia, y que por causa de esta anedonia (falta de sensibilidad) no sufre.
El justo verdadero es totalmente conciente y conocedor de su situación y sus circunstancias.
Tan conocedor, que no deplora ni reclama, sino que actúa siempre con...justicia.
Pasemos al ejemplo tanájico, a Iosef, llamado por los Jajamim como hatzadik, el justo.
¿Cuál era la justicia de este personaje cuando en su juventud murmuraba en contra de sus hermanos?
¿Qué tiene de justo proceder el vanagloriarse por los privilegios concedidos mimosamente por el padre?
¿Dónde radica la justicia del que trama contra sus hermanos una dramática escenificación, aparentemente vengativa, en apariencias superflua?
La respuesta a éstas y otras interrogantes de similar tenor la podemos encontrar casi al final del relato:

"Entonces José dijo a sus hermanos: --Acercaos a mí, por favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: --Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Elokim delante de vosotros."
(Bereshit / Génesis 45: 4,5)

Realmente era justo este hebreo príncipe de Egipto.
Pudiendo ejercer el pleno autoritarismo, estando en sus reales el atormentar hasta la muerte a aquellos que lo despreciaron y vendieron como esclavo.
Prefiere elevarse por sobre la anécdota (de 20 años y muchos sufrimientos); prefiere atisbar el plan oculto de Dios (lo que para él era visible); prefiere corregir su vida y la de sus allegados por medio del proceder justo.
Pues, no acusa, no señala, no aterroriza; sino, comprende, apacigua, reconoce los arcanos senderos divinos en todos sus instantes (incluso los incomprensiblemente dolorosos).
Iosef, en este momento es la encarnación de:

"A Hashem he puesto siempre delante de mí"
(Tehilim / Salmos 16:8)

Con esto en mente es sencillo comprender el segundo hemistiquio del pasuk de Mishlei que estamos analizando.
La bendición del Eterno para el tzadik no acarrea tristezas.
Porque, si hasta lo penoso es comprendido con paciente justicia, ¿cómo no va a serlo lo que superficialmente es regocijante?

Pero, hay un segundo modo de interpretar esta frase, de la bendición que no acarrea desgracias.
Le contaré una historia que en su realidad (pues ocurrió hace poco), es fácil de aplicar como ejemplo.
Una joven pareja muy enamorada vivían con apenas lo justo. Sin embargo, en su amor eran felices y formaban planes para que su reciente matrimonio prosperara con hijos educados para el Bien, ya que no para la riqueza material. Al cabo de pocos meses de escasez económica, a ella la contrataron para ir a EUA a trabajar en computación, ofreciéndole un sueldo millonario (para nosotros, pobres sub-desarrollados). Esa, sin dudas era una bendición para gente que estaba bastante ahogada para alcanzar a cubrir los más mínimos gastos imprescindibles. Pero, entre idas y vueltas, la ambición de la joven y la envidia de su marido, pudo más que los buenos sentimientos. Finalmente, la tan bonita pareja terminó divorciada y con un odio irreconciliable.
Yo no sé si esa bendición fue lo que provocó la ruptura, o la que precipitó lo que ya estaba ahí.
El hecho es que, muchas veces lo que aparece como bendiciones dan como resultados tristezas.
Seguramente que Ud. puede recordar cientos, o miles de otros ejemplos, pues, esto nos pasa a todos, incluso creo que a diario... 

"En la casa del justo hay muchas provisiones, pero en la producción del impío hay desbarajuste."
(Mishlei / Proverbios 15:6)

 

Si Ud. considera que la palabra "afán" es apropiada en la traducción, habrá visto que no es así, tanto en su literalidad, como en su comprensión.
Sin embargo, su interpretación ("...cuando salgo a la calle  y veo a todas esas gentes afanandose, preocupandose matandose por querer cuidar lo que se tiene..."), más allá de que sea ajustada a la letra del texto tanájico o no, es en todo correcta con el espíritu del judaísmo.
Como le dije, si nosotros no somos lo suficientemente dignos, si somos gobernados por nuestros deseos y antojos, por más bendiciones que nos lluevan, no sabremos proceder para no ahogarnos de tanta bendición.
Muy por el contrario, para el justo, aun lo que aparece como escaso (e incluso como adverso) puede ser valorado en su aspecto positivo.
En tanto para nosotros, personas comunes, ni tan justos, ni tan arraigados al materialismo, ¿qué nos queda por hacer?
¿Qué le parece este pasuk como posible respuesta?:

"Sea sobre nosotros la gracia de Hashem nuestro Elokim. La obra de nuestras manos confirma entre nosotros; sí, confirma la obra de nuestras manos."
(Tehilim / Salmos 90:17)

Como, puede comprender, no tenemos excusa para la pereza, para la holganza, para esperar pasivamente que nos llegue la bendición del Dios, para que en la extrema pobreza (de todo tipo y especie) se nos permita decir que estamos satisfechos. Pues, está dicho: "la obra de nuestras manos", es decir, lo que hemos hecho realmente. (Si aprecia con detenimiento se repite el asunto de "las obras de nuestras manos", una por el plano espiritual, el otro por el material).
El judío debe esforzarse, laborar, actuar, ser activo, empeñarse en la modificación positiva de la realidad material.
Esa es la obligación del judío.
Y, parte del mejoramiento es que todas las personas puedan alcanzar un nivel material estable, provechoso...no olvidemos:

"Comerás y te saciarás, y bendecirás a Hashem tu Elokim por la buena tierra que te habrá dado."
(Devarim / Deuteronomio 8:10)

Comer, saciarse, gozar de la tierra buena...eso es bueno.
Pero, el perfeccionamiento es: "bendecirás a Dios".
No quedar prisionero del baldío materialismo, de la tierra buena, sino liberarse con el accionar del espíritu.
Pero, tampoco ser encarcelado por las restricciones seudo-espirituales, despreciando lo físico, pues: "comerás y te saciarás".
En definitiva, ser ambicioso hasta el extremo en lo material y en lo espiritual, son dos posturas frente a la existencia igualmente negativas.

El esfuerzo por la superación es bueno.
El deseo de progresar, es correcto.
El querer riqueza, o al menos paz material, es apropiado.
Pero, el afán, entendido como ambición o avidez desmedida, es lo que nada añade realmente, pues es vacío en búsqueda de vacío:

"En vano os levantáis de madrugada y os vais tarde a reposar, comiendo el pan con dolor; porque a su amado dará Elokim el sueño."
(Tehilim / Salmos 127:2) 

Es decir, la persona que pierde la rectitud en su vida, que no es justa consigo mismo o con los demás, puede esforzarse, "matarse por cuidar lo que tiene" como Ud. menciona, pero, en última instancia...¿cuál es su ganancia? Quizás mucho dinero, inmenso poder, grandes alegrías...pero, la verdadera respuesta es: "vanidad".

Repitamos lo que ya dijimos.
Es nuestro deber esforzarnos por alcanzar lo mejor que podamos.
Pero, con humildad, con capacidad de advertir y aceptar los límites:

"El caballo es alistado para el día de la batalla, pero de Hashem proviene la victoria."
(Mishlei / Proverbios 21:31)

Si el caballo no estuviera listo para la batalla, ¿quién saldría al frente? Sería cometer suicidio enfrentarse al enemigo (hambre, enfermedad, crimen, despojos, etc.) desprovisto de las herramientas necesarias...
Pero, al vencer (o perder) recordar que el que mantiene al Mundo girando es Dios, y no nuestro limitado esfuerzo.
Debemos atestiguar que la Realidad perdura no por nuestra bondad, sino por la Suya.

Veamos como resumen lo que la Torá, Verdad emanada directamente de Dios, afirma y aconseja:

"(11) ''Cuídate de no olvidarte de Hashem tu Elokim, dejando de guardar sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te mando hoy.
(12) No sea que cuando comas y te sacies, cuando edifiques buenas casas y las habites,
(13) cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando se multipliquen la plata y el oro, y cuando se multiplique todo lo que tienes,
(14) entonces se llegue a enaltecer tu corazón y te olvides de Hashem tu Elokim, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
(15) Él es quien te hizo caminar por un desierto grande y terrible, de serpientes ardientes y de escorpiones; una tierra sedienta donde no había agua. Él es quien sacó para ti agua del duro pedernal.
(16) Él es quien te sustentó en el desierto con Man [Maná], comida que no habían conocido tus padres, con el propósito de humillarte y probarte para al final hacerte bien.
(17) No sea que digas en tu corazón: 'Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.'
(18) Al contrario, acuérdate de Hashem tu Elokim. Él es el que te da poder para hacer riquezas, con el fin de confirmar Su pacto que juró a tus padres, como en este día.
"
(Devarim / Deuteronomio 8:11-18)

Me parece que es claro el concepto...

 

Para concluir, un tema recurrente.
Es cierto que al violar un texto con una traducción engañosa (o errada), se producen terribles calamidades. 
Esto es verdad para todo tipo de traducciones, pero, con el mensaje de Dios, la gravedad es mucho mayor...

Yehuda Ribco
Siván 19, 5760

Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.

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