Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

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BeShem H' El Olam

LaH' Haaretz UMeloa 

Escritos

por S.M.

¿Cómo observar kashrut sin morir en el intento?

Introducción:

Cuando uno habla de mitzvot (preceptos) es imposible dejar de lado el tema de las leyes alimenticias. Estas en su conjunto forman el Kashrut, o sea las pautas establecidas por Di-s con respecto a la alimentación del judío.

Si lo que buscamos es saber de dónde provienen estas leyes y su razón de ser, tenemos que consultar a la Torá. En ella Di-s ordena al pueblo judío a cuidar estas leyes, dándole un listado de animales permitidos y prohibidos, así como el trato que se le debe dar a la preparación de los alimentos. Dado el sumo cuidado que se exige, estas leyes se extendieron aún más allá (sin aumentarle nada a la Torá) aplicándose también a los recipientes, a la cocina, al espacio de tiempo desde la ingestión, etc.

Las leyes de kashrut pertenecen al grupo de "Jukim", es decir aquellos mandatos divinos que no tienen explicación racional alguna. Los sabios trataron de darle una comprensión filosófica. Ellos decían que el alimento nutría al hombre tanto física como espiritualmente. Es así como sólo se está permitido ingerir cierto tipo de animales que no afectan en forma negativa al alma del ser humano.

La Torá le exige al judío dar santidad a cada acto que éste realice, pase lo que pase, con sol o bajo la lluvia, las 24 horas del día. Ahora imagina que por la mañana no tuviste la oportunidad de comer alimento alguno y llegas a tu hogar recién por la tarde. De seguro tienes hambre (¡a menos que anoche hayas asistido a un "tenedor libre"!). Pero eso no es motivo para que te metas a la boca lo primero que encuentres al llegar a tu casa o a un restaurante. Ya que Di-s proveyó al pueblo judío de un sistema de alimentación. ¿Por qué no observarlo? Él te dice: "¿Conque tienes hambre eh? Pues bien, hazlo de la forma en la que te enseñé. Come kasher". De esta manera estarías satisfaciendo una necesidad de la manera perfecta.

Una cosa sí es cierta y en ella concuerdan tanto todos los conocedores como observantes de la Torá. La única razón lógica y que no necesita de explicación alguna es porque Di-s así lo ordenó.

Otro punto importante sin el cual no podríamos completar una introducción a este tema es que las leyes de Kashrut no alteran el orden ni la armonía en la naturaleza. Por dar un ejemplo: el sistema de faenado de animales es prácticamente indoloro. ¿Alguna vez no has sufrido al ver cómo matan al pobre pollo, haciéndolo patalear de cabeza, derramando su sangre por un embudo? Pues bien, desde el punto de vista de la Torá esto está prohibido, puesto que se exige un trato especial hacia los animales. Sólo el Creador podría haber ideado un plan de alimentación que no alterara su obra.

Kashrut para no judíos:

Los no judíos no se encuentran obligados a observar estas leyes. Sin embargo, Di-s les ordena dos cosas:

  1. No comer animales vivos (Deuteronomio 12:23);

  2. No ingerir sangre (Levítico 7:26).

Ambas prohibiciones se encuentran dentro de la mitzvá de "no comer carne de un animal aún con vida" que figuran en las Siete Leyes de Nóaj (los siete preceptos que Di-s le confirió a toda la Humanidad).

Algunas definiciones vitales:

Antetodo hay que saber diferenciar dos tipos de alimentos. Aquellos que se encuentran permitidos de comer reciben el adjetivo de kasher (apto). De no ser así, automáticamente estos pasan a ser taref (no apto). ¿Perdón?

Imagina que eres un detective secreto que está dentro de un supermercado. Tu misión es la de detectar todo alimento taref a la vista. Te encuentras en la sección de frutas. Escoges una manzana (roja o verde da igual). Si no tiene presencia alguna de insectos es kasher y por lo tanto no es sospechosa, si no, pasa a ser taref y queda detenida. ¿Entendiste?

Un breve recorrido por las leyes de Kashrut:

Frutas y verduras:

Todas son kasher. Desde una cereza hasta una ensalada de frutas. Tan sólo requieren que sean revisadas de insectos. Algunas veces los agricultores fumigan los campos y sembradillos con componentes altamente tóxicos, a tal punto que pueden "volver taref" a la fruta o verdura.

Carnes:

En la Torá encontramos detalladamente cuáles son los animales permitidos y prohibidos (ver Levítico 11 y Deuteronomio 14:2-21).

Todos los animales rumiantes y de pezuña partida son kasher. Así tenemos a la vaca, el toro, el cordero, etc. Animales que no son rumiantes o no tienen pezuña partida son taref y no se pueden comer. En este grupo tenemos al caballo, el cerdo, el camello, el perro, etc.

Las aves por tradición también pasaron a ser consideradas dentro del grupo de "carnes". Entre las aves kasher tenemos al pollo, la gallina, el pato, la paloma, etc. En el grupo de aves taref encontramos al águila, el halcón, el búho, el avestruz, etc.

Tanto rumiantes como aves tienen que ser faenados en una forma especial. A ésta se le denomina "shejitá", la cual es realizada por un matarife o "shójet", el cual tiene que ser una persona conocedora de las leyes de faenado codificadas en el Shulján Arúj. La ingestión de sangre de estos animales se encuentra prohibida (Levítico 7:26).

El "Guid hanashé" o nervio ciático no debe ser consumido (Génesis 32:33), así como la grasa que cubre al estómago, el hígado o el riñón (Levítico 7:23).

La shejitá sola no hace a la carne kasher. Esta debe ser luego debidamente salada y remojada. Lo mejor es conseguirla en tiendas autorizadas kasher, donde ya vienen por lo general listas para cocinar (siempre pregúntale al vendedor o administrador). Esto no es motivo para ignorar el proceso de salado y remojo. Puedes encontrarlo en forma detallada en el Shulján Arúj (Yore Dea).

Peces:

Son kasher únicamente los peces que tienen aletas (senapir) y escamas (kaskéset). De no ser así (o si solo tienen una de las condiciones) son taref y no se pueden comer. El resto de seres submarinos que no encajen en este grupo también quedan descartados (como los mariscos, moluscos, etc.).

Contrariamente al resto de animales, los peces no requieren de faenado especial y la ingestión de su sangre no se encuentra prohibida. Si vives en una localidad donde no exista carne kasher disponible, el pescado puede ser una buena opción.

Lácteos:

Los productos lácteos (leche, yogurt, helados, chocolate, etc.) deben provenir de animales kasher. Su ordeñamiento tiene que haber sido supervisada por un judío a fin que éste garantice que el proceso "de la vaca a tu casa" haya sido realizado en la forma adecuada. A este tipo de leche supervisada se le denomina "Jalav Yisrael" (lit. "leche de Israel"). Antes de consumir alguno de estos productos cerciórate que haya sido certificado por alguna autoridad competente.

Revisa los rótulos de las golosinas, cereales y otros productos ya que muchos de ellos pueden contener algunos derivados de leche (como el suero) los cuales automáticamente los hacen lácteos. Muchas veces cuando uno está en los supermercados no sabe si entre todas las marcas existe Jalav Yisrael. En este caso, lo mejor es consultar a un rabino competente o a una familia observante. Ellos sabrán indicarte con mayor exactitud.

Basar ve Jalav (Carne y leche):

La Torá prohibe la preparación de alimentos en los cuales se mezcle carne y leche:

"No comerás a un cabrito en la leche de su madre" (Éxodo 23:19).

Existen dos razones posibles que expliquen su prohibición:

  1. Mezclar carne con leche era una práctica idólatra y la Torá prohibe toda clase de prácticas de este tipo;

  2. De acuerdo a la Kabalá, la carne simboliza la muerte mientras que la leche a la vida. De esta forma si se mezclan los dos se origina un choque espiritual en los dominios celestiales, tanto en tu alma como en los mundos distantes de nosotros.

A la carne o a su derivado se le conoce como "besarí" mientras que el producto lácteo recibe el título de "jalaví". Sus alias en ídish son "fleishig" y "miljig" respectivamente.

No sólo está prohibido comerlos o cocinarlos juntos sino también usar los mismos recipientes y utensilios para ambos (ver más abajo "Haciendo kasher tu cocina").

Después de comer algo besarí (inclusive un caldo de pollo) tienes que esperar seis horas antes de comer un jalabí (como un toffee de leche). Igualmente después de comer algo jalabí tienes que esperar una hora antes de comer algo besarí. El lapso de tiempo es para esperar a que tu sistema digestivo evite hacer su propia mezcla en tu interior. Algunos quesos duros (como el cheddar) requieren de seis horas para ser "procesados" por tu sistema (consulta a tu rabino para mayor información).

Parve:

Alimentos que no son jalabí ni besarí son conocidos como "Parve" (lit. "neutro"). Se pueden mezclar con carne o leche y no es necesario esperar ningún lapso de tiempo. Ejemplos de parve tenemos todas las bebidas, condimentos, golosinas sin leche (o derivados), huevos, pan, matzá (clásica), menestras, granos, frutas y verduras, etc.

Atención:

  1. Si el pan contiene leche o derivados no es parve sino jalabí.
  2. Si el huevo tiene algún mínimo rastro de sangre deja de ser kasher.
  3. Un vino o jugo de uva es kasher si cuenta con un sello de kashrut a la vista.
  4. El pan tiene que ser de una panadería judía. De ser así recibe el nombre de "Pat Yisrael". ¡Muchas fuentes para hornear en panaderías no judías son engrasadas con grasa de animales no kasher!

Sellos de kashrut:

En las tiendas de comida, busca los sellos de kashrut, que acrediten que los productos han sido verificados por una autoridad competente. Éstos son pequeños símbolos que van (por lo general) junto al logo del producto. Se da en su mayoría en los alimentos de origen norteamericano o israelí. También se pueden ver en algunos productos para el mercado latinoamericano. Entre los más conocidos están el de la "Orthodox Union" (Unión Ortodoxa), el "Kof Star", la "Star-K" y la "K" dentro de un círculo. Una "K" sola o sin el círculo no representa nada; muchas veces la compañía puede estar diciendo que su producto es kasher sin que un rabino confiable lo haya verificado. En todo caso consulta a un rabino competente, un Beit Jabad o una familia observante.

Haciendo kasher tu cocina:

Si quieres empezar seriamente a observar kashrut, lo lógico es que empieces desde casa (aunque el autor de la nota admita que recién está empezando a hacerlo desde fuera). Esta parte es muy difícil si no estás acostumbrado a este tipo de procedimientos. De antemano tienes que ir comprando dos juegos diferentes de vajilla, platos, cubiertos, ollas, sartenes y demás utensilios a fin de utilizarlos debidamente (un juego para besarí y otro para jalabí). Tendrás que dividir tu cocina en dos equipos: carnes y lácteos. Así como un "hincha" no puede meterse en la barra del equipo contrario (a fin de evitar lamentables consecuencias), así los utensilios jalabí no pueden mezclarse con los del sector besarí (y viceversa). Ya no utilizarás el mismo plato para aquel paquete de hot dogs y aquel queso fresco. Tampoco filetearás el pollo con el mismo cuchillo con el que cortaste el pastel de bodas de tu hermana.

Kasherizar la cocina no es algo sencillo. Incluso puede tomarte varios días. Tendrás que limpiar, hervir, hacer arder e incluso botar algunos utensilios. Este tipo de trabajos no es (a mi parecer) para que lo haga una sola persona. El trabajo en equipo puede aligerarlo e incluso hacerlo más divertido. Existen diversas organizaciones y congregaciones que ofrecen servicios de kasherización de cocina. Si no sabes cómo, consulta con alguna familia observante o llama al Beit Jabad de tu localidad. Ellos sabrán ayudarte mejor que este humilde servidor.

Comiendo afuera:

Consulta www.chabad.com a fin de ver si existe algún restaurante kasher en tu ciudad. De no ser así, pregunta al rabino o a alguna familia observante dónde comen cuando están fuera. Si estás lejos de casa por un día (como por ejemplo si vas de campamento), lo mejor será que te hagas un "kit de supervivencia". Trata de llevar alimentos no perecederos kasher, ya sea comprados en una tienda autorizada o cualquiera de los que se mencionaron líneas arriba (frutas, Jalav Yisrael, productos con un sello de kashrut, etc.). ¡No te olvides de los utensilios! Si vas a estar lejos de tu país, averigua con anticipación si existen restaurantes kasher o tiendas autorizadas de comida kasher en el área a la que vas. Muchas aereolíneas ofrecen servicios de comida kasher (pregunta con anticipación).

Los restaurantes kasher también necesitan supervisión rabínica (incluso los vegetarianos). Toma tus precauciones. También recuerda que un restaurante kasher es confiable si tiene un certificado de kashrut a la vista y cierra en Shabat.

¡Manos a la obra!

Haz que el kashrut sea parte de tu vida (que de hecho lo es en la vida todo judío). Un buen inicio puede ser consumir sólo Jalav y Pat Yisrael. Si crees que no vas a poder hacerlo al unísono, tómate tu tiempo y observa kashrut paso a paso. Ve a tiendas de comida kasher. Si tienes alguna reunión en casa sirve comida kasher. Acostúmbrate a separar entre carne y leche. Si te invitan a casa de una familia observante pregunta sobre cómo observan kashrut.

Recuerda que todo esfuerzo físico no tendrá comparación con la satisfacción que te dará el observar esta mitzvá. Si confías en Hashem, pones mucho empeño, olvidas los prejuicios de la calle y te buscas una buena mano, todo saldrá bien y no tardará el momento en el que te des cuenta que ya eres un shomer kashrut (observante del kashrut).

¡Hatzlajá! (¡Exito!)

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Carta de un joven gentil a un "judío mesiánico"


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