Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
LaH' Haaretz UMeloa
- 2/12/2000 - Kislev 5,5761
Responsable: Licenciado en Psicología Prof.
Yehuda Ribco / Darjey Noam
Toledot Bereshit 25:19 - 28:9
Queridos Talmidim y Javerim, Shabbat Shalom, el tema de este comentario es:
Dios le bendiga...
"Itzjac
[Isaac] sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento
por uno. Hashem lo bendijo"
(Bereshit / Génesis
26:12)
No deberíamos preguntarnos: ¿qué puedo
esperar de Dios, de los demás, de la vida?
Si no preguntarnos: ¿qué es lo que los otros (el Otro) puede
esperar de mí?
Si así acostumbráramos a hacer, estaríamos
en condición de gozar de las bendiciones con las que el Eterno
nos prodiga constantemente, y de obtener resultados del
"ciento por uno".
No es esperando que se cosecha, sino sembrando, obrando, esforzándose...
y sí, también confiando en Dios... pero no uno sin lo otro...
Dios ya nos bendijo, ahora, ¿qué sembramos?
Shabbat Shalom les desea Yehuda Ribco
Profundizando
esta semana:
¿Qué significa "Iaacov"?
Respuestas
para la semana
anterior:
Destellos de la parashá
En esta parashá nos encontramos nuevamente con el que
parece el tema recurrente del inicio de la Torá: la familia.
En esta ocasión son nuestros patriarcas Itzjac y Rivcá
los que deben sobreponerse a las diferentes vicisitudes que les
presenta la vida, y continuar conviviendo y creciendo juntos, en
tanto pareja unida con un objetivo firme: dar vida;
que es poder cada miembro de la pareja obtener la plenitud junto
al otro; y de esta manera quedar habilitados para
procrear.
Tras numerosos años de matrimonio estéril en hijos,
fueron bendecidos con mellizos: Iaacov y Esav. Recién entonces
pudieron experimentar el complejo y fantástico mundo de ser
padres; con todos los desafíos que esto presenta, cuyo reto no
menor es el de criar a los hijos, cada uno con sus necesidades y
cualidades, sin por eso hacer desmedro de ninguno. Tarea
complicada, sin dudas, que en su caso tuvo diversa suerte con
cada uno de los vástagos, pues uno (nuestro patriarca Iaacov)
creció hasta hacerse un hombre de bien, respetuoso de los
valores de la vida; en tanto que su mellizo se dejó llevar por
senderos no tan dignos, incluso de afrenta a sus padres.
En resumen, la Torá nos intenta guiar por los caminos
que hacen de nosotros mejores personas, más integradas
familias.
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