Claves: Dios, Hashem, Gan, Eden, paraíso, Ola, HaBa, mundo, 
    venidero, más allá, vida, eterna, tumba, espíritu, alma, materia, 
    trascendencia, acciones
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     Shalom. 
    Gracias por tu participación.  
    Mi querido, está bien que no recuerdes todo lo 
    que he escrito en SerJudio.com (y antes en Darjey Noam), pues son 
    centenares, miles, los textos. No tienes porqué disculparte. 
    Pero, algo he dicho al respecto, te recordaré 
    el documento, así lo puedes leer luego: 
    Armonía después de la 
    muerte. 
    Ahora, te daré una respuesta concisa. 
    Todas las personas cometemos errores y omisiones. 
    Todos podemos hacer un poquito más de lo que hacemos y hemos hecho. 
    Por lo que siempre estamos a la espera de desarrollar el potencial con el 
    cual contamos; por lo que nunca alcanzamos la meta de ser completos, 
    perfectos. 
    Al morir, nuestro tiempo-espacio para mejorarnos culmina. 
    Al morir, nosotros, nuestro espíritu descarnado está provisto de lo que en 
    vida (terrenal) pudo acarrear, tanto de los puntos a favor, 
    como en contra. 
    ¿Qué son estos puntos, y cómo actúan? 
    Cada elemento adverso (pecado, error, omisión, falta) provoca en el alma un
    alejamiento de la Fuente de todo Bien (Dios). A elemento negativo más 
    poderoso, mayor es la brecha. (Debes entender que alejamiento y cercanía a 
    Dios, no trata de realidad físicas, de distancias materiales, sino de 
    estados de belleza del alma). 
    Cada elemento positivo (cumplir mandamientos, hacer actos de bien, estudiar 
    Torá, etc.) son aproximaciones a Dios. 
    Entonces pues, al morir el alma se enfrenta a su relación con Dios 
    sin tapujos, sin máscaras, (casi) sin filtros. A mayor proximidad con Dios, 
    mayor gozo del placer eterno que es contemplar Su Presencia (es 
    lenguaje figurado, presta atención). A mayor lejanía, menor gozo de 
    contemplar Su Presencia.  
    Además, la existencia en el Mundo Venidero, que como dijimos es sin 
    disfraces, hace que todos los hechos de nuestra vida sean sentidos en su 
    justo término, así el que hizo mal y no percibió los efectos negativos en 
    esta vida, ni los enmendó correctamente, los sufrirá inapelablemente en 
    Aquella vida. Y el dolor sin estar mitigado por el filtro del cerebro 
    humano: ES INSUFRIBLE... 
    Similarmente, pero en sentido contrario, ocurre con el que goza el placer de 
    las obras buenas que hizo en este mundo... un gozo INDESCRIPTIBLE. 
    El que ha acumulado en vida más negatividad que positividad, el que en vida 
    hizo de la materialidad su eje y meta, sin dudas que la existencia en el 
    Mundo Venidero le resultará intolerable, pero, no por deficiencia del Mundo 
    Venidero, ni por malicia de Dios... sino por la carga negativa que su alma 
    acarrea (gracias a Dios que en la mayor parte de las ocasiones, el tiempo 
    que tarda el alma descarnada en aliviarse de su negatividad es menor a un 
    año). 
    Por todo esto, en otra oportunidad había dicho 
    que el paraíso radica en cada uno de nosotros, pues somos nosotros el 
    que lo construimos. 
    Espero que te haya quedado claro esta vez, y 
    que te sea de aliciente para cada día actuar mejor, pues, ya lo dijeron 
    nuestros Maestros: un instante de gozo en el Mundo Venidero supera 
    inmensamente una vida de deleites en esta vida. 
    Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que 
    sepamos construir Shalom 
     Yehuda Ribco 
    
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