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 La guía fundamental de los gentiles es la 
    acción de los gentiles piadosos y fieles a Dios.Secundariamente es la orientación por parte de los maestros judíos idóneos 
    para tal empresa.
 (El llamado Nuevo Testamento, o el Corán, o cualquier 
    otro texto de las religiones, NO es una guía apropiada para mover al gentil 
    a la comunión y adhesión con el Eterno, Uno y Único Dios. Como tampoco lo es 
    el estudio/lectura de Torá por parte del gentil, sin la conducción e 
    instrucción a cargo de maestros judíos calificados).
 Dios al momento de estipular los 7 
    mandamientos para las naciones a Noaj/Noé y sus descendientes, selló un 
    pacto eterno: 
    "He aquí que Yo establezco Mi pacto con 
    vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros..."(Bereshit / Génesis 9:9)
 ¿De quién es entonces responsabilidad hacer su 
    parte del pacto con Dios?¿De Dios mismo?
 ¿De los judíos, que tenemos otro pacto eterno con Dios?
 ¿O de los gentiles?
 La respuesta es evidente: de las naciones de 
    la tierra. Lamentablemente para el mundo, muy temprano en 
    la Historia, las naciones prefirieron la haraganería o el incurrir en 
    rebeldía contra Dios, y por tanto desecharon el cumplimiento de los 
    preceptos para las naciones, apartándose de Dios y Su voluntad.Así pues, la acción noble y trascendente por medio del cumplimiento de los 
    preceptos para las naciones, dejó paso a la superstición, la religión, la fe 
    ciega, la indiferencia, la apatía, la rebelión, la vileza encubierta como 
    piedad.
 Ahora bien, ¿por qué Dios entregó una Torá escrita 
    con su 
    complemento oral a Israel, y no dio un texto sagrado con sus 7 preceptos 
    para las naciones del mundo?La respuesta parece ser muy simple: los judíos tenemos 613 mandamientos en 
    la Torá escrita, contra los 7 que son el deber de las naciones.
 613 leyes es difícil que sean recordadas precisamente y sin variaciones 
    perjudiciales.
 En tanto que esta dificultad no ocurre 
    con los breves, concisos y delimitados preceptos universales.
 Por tanto, ¿no es comprensible que ante tamaña cantidad de 613 mandamientos 
    sea necesario ponerlos por escrito, definirlos correctamente, ubicarlos en 
    su contexto, tal como los encontramos en la Torá eterna? Mientras que los 
    siete enunciados simples para las naciones, pueden permanecer sujetos a la 
    Tradición que se trasmite de padres a hijos, de maestros gentiles piadosos a 
    sus discípulos.
 Además, como dijimos, la instrucción de los siete preceptos universales 
    reposa en la acción (que a veces se traduce como el no hacer 
    algo que ha sido prohibido); los hijos deberían aprender del ejemplo 
    vivo de sus mayores los básicos modos de conducirse acorde con la divina 
    Voluntad, pues son mandamientos de aplicación constante, sin interrupciones.
 Siempre, a cada momento y en cada lugar y para toda persona, 
    se debe no asesinar, no maldecir a Dios, no idolatrar, no robar, no mantener 
    relaciones sexuales prohibidas, no comer parte de animal con vida y 
    cumplir/hacer cumplir las leyes establecidas por una sociedad justa.
 Siempre y sin excusas, todos los gentiles.
 Esto es así con los siete mandamientos universales, que es el patrimonio de 
    los gentiles.
 Pero, en los 613 mandamientos de los judíos hay algunos para determinadas 
    ocasiones (festividades, Shabbat, muerte de un familiar, 
    etc.), hay otros que son circunstanciales (si el 
    pueblo pide rey, cuando entraron a la Tierra de Israel, para el que compra 
    casa nueva, etc.), otros que son para todo momento y lugar
    (no asesinar, no robar, no maldecir, etc.), otros que 
    son para varones (circuncisión, Tefilín, etc.), otros 
    que son para mujeres (leyes de impureza ritual, ofrenda ante 
    nacimiento de hijo, etc.), otros que son para determinadas personas
    (leyes para el rey, para sacerdotes, para soldados, etc.), 
    y podríamos seguir distinguiendo categorías de preceptos para los judíos.
 Esto significa que no todos los mandamientos de los judíos son aprendibles 
    por medio del ejemplo de los padres y maestros, sino que es necesario el 
    estudio intelectual de los mismos, para así conocerlos y cumplirlos 
    con corrección.
 Sinceramente, ¿le parece lógico entregar una 
    Torá para instruir acerca de los simples de enunciar, y difíciles de 
    cumplir, mandamientos para los gentiles?Me parece que no.
 Me parece que si los gentiles de antaño, tal como los de ahora, se hubieran 
    preocupado por hacer vivo el deseo de Dios por medio de cumplir Sus 
    preceptos que les otorgó, hoy en día no estaríamos en un mundo tan lleno de 
    malicia, de perplejidad, de desilusión, de caos, de falso progresismo, de la 
    mortal burla de llamar fidelidad a Dios el paganismo de adorar a un pecador 
    ajusticiado y colgado...
 Mi apreciado Salvador, si sus remotos antepasados hubieran preservado vivo 
    el recuerdo de Dios instruyendo directamente a Noaj y sus descendientes, y 
    por lo tanto hubieran cumplido a rajatabla lo que era su responsabilidad 
    cumplir, hoy usted no estaría preguntando sobre el origen de estos 
    preceptos.
 No podemos cambiar el pasado, pero podemos construir un mejor presente 
    comenzando ya a cumplir con firmeza y constancia los mandamientos que nos 
    corresponden cumplir.
 No se sienta entristecido, o enojado por lo 
    que le he dicho de sus antepasados... ¡los míos no fueron mejores!Si hasta en una de las noches de mayor celebración dentro del judaísmo, la 
    primera de Pesaj, lo recordamos cuando decimos explícitamente: "Nuestros 
    antiguos antecesores eran idólatras"... pero, tuvimos la bendición de que 
    surgiera uno que cambió el rumbo de la Historia, que rompió con el pasado 
    putrefacto y construyó una nueva realidad que persiste más de 3500 después.
 Permítame contarle (en 
    traducción libre) lo que Maimónides enseña en el capítulo primero, 
    párrafo tercero del tomo dedicado a la Idolatría en el Mishné Torá:
 
    "Cuando el gran antepasado Avraham fue 
    destetado, comenzó a ponderar mentalmente, y siendo todavía niño, comenzó a 
    considerar el día y la noche, y estaba asombrado de que esta esfera operase 
    regularmente sin una guía, algo que causara que rotase, pues consideraba 
    imposible que rotase por sí misma. Entonces Avraham no tenía ni maestro ni informador, peor aún, él estaba 
    sometido a la cultura tonta de los idólatras de Ur Casdim, y su padre y 
    madre tal como el resto de los pobladores adoraban a los astros, y Avraham 
    los adoró con ellos, aunque su corazón estaba agitado y dolido hasta que no 
    alcanzó a comprender la verdad por su propio esfuerzo. Y entonces supo que 
    hay Un Dios que guía la esfera y ha creado todo y que no existe otro dios 
    aparte de Él. Y supo que todas las creencias que se profesaban eran 
    erróneas, y lo que los llevó al error fue el servir a los astros y a lo 
    formado por materia, por lo cual perdieron la verdad que había estado en sus 
    mentes.
 A la edad de 40 años, Avraham reconoció la existencia del Creador.
 Cuando Lo reconoció, empezó a comunicar su hallazgo a los habitantes de Ur 
    Casdim, los llamaba a reflexionar diciéndoles que no era el camino verdadero 
    el que ellos andaban, y rompía sus ídolos, e instruía que solamente Dios es 
    merecedor de adoración, y les daba de comer para que bendijeran al Uno y 
    Único. Y también él procuraba romper toda idolatría, para que nadie pudiera 
    caer en ese error, como los que pensaban que no existe Dios sino solamente 
    ídolos.
 En una ocasión Avraham resultó exitoso al mostrarles pruebas de la falsedad 
    de los ídolos, por lo cual el rey Nimrod quiso asesinarlo, y se salvó por un 
    milagro, tras lo cual marchó hacia Jarán.
 Y comenzó a enseñar con voz fuerte y firme, para dar a conocer al mundo la 
    existencia del Uno y Único Dios, y que sólo a Él es menester adorar"
 ¿Puede usted reconocer que las cosas no han 
    cambiado mucho desde las épocas de Avraham (aproximadamente 
    1500 AEC) entre los gentiles de la actualidad?Y tal como con Avraham, la responsabilidad de escapar de la maldición de la 
    lejanía con Dios, reposa en manos de cada uno de los gentiles 
    (claro, ahora tienen la ventaja de contar con el modelo de los judíos 
    devotos, facilidad que no tenía Avraham).
 ¡Usted puede ser el Avraham para sus descendientes y allegados!
 ¡Usted es Avraham, si se esfuerza por serlo!
 Y usted, tiene la ventaja que no tuvo el primer hebreo, pues usted puede 
    contar con hermanos judíos que le pueden ayudar en su camino de 
    auto-conocimiento y perfeccionamiento.
 Quedo a las órdenes para lo que le pueda 
    ayudar, y ¡ánimos para continuar avanzando por el camino re-iniciado por 
    Avraham! Antes de despedirme, un recordatorio:
    ¿Ya ha colaborado con 
    nuestra tarea sagrada? Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le 
    son fieles servidores,
    y que 
    sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.  Yehuda Ribco  
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