Shabbat: Kislev 28, 5765 <> 11/12/04
Comentario de la Parashá Miketz
Misericordia de corazón
En nuestra parashá, Miketz, Iaacov bendijo a
sus hijos, diciéndoles:
"Que el Elokim
Todopoderoso os conceda hallar misericordia delante de aquel hombre..."
(Bereshit / Génesis 43:14)
Nuestros Sabios (TB Shabbat
151a) nos enseñan que: "Aquel que se
compadece por su prójimo, por las criaturas, hallará que el Cielo se
compadece de él".
A la luz de este preclaro pensamiento de
nuestra Tradición,
podemos inferir que el sentido de lo que Iaacov estaba diciendo a sus hijos
es el siguiente:
"Quiera el Todopoderoso
que ustedes sepan a tiempo
descubrir
la fuente de misericordia
que anida perpetuamente en vuestros corazones,
para que de esa manera ustedes sean misericordiosos con otras personas.
Así actuarán con integridad y compasión delante del 'hombre',
y delante del Todopoderoso.
En consecuencia,
las puertas de la Misericordia divina se abrirán
y extenderá un manto de misericordia en vuestras relaciones,
y de esa manera
aquel 'hombre' les retribuirá con clemencia".
Este deseo del antiguo padre hacia sus hijos,
es una señal para nosotros.
Cada vez que endurecemos nuestro corazón,
que cerramos nuestra mente
para no favorecer a aquel que es inocente,
y digno de conmiseración,
estamos causando un daño doble:
pues desfavorecemos al que podríamos beneficiar,
y estamos generando una corriente negativa desde lo Alto hacia nosotros.
En lugar de atraer paz y armonía,
acarreamos discordia, malestar, inseguridad.
Esto nos lleva a que echemos un vistazo
a la brecha entre
saber
y
sentir.
Los maestros del Mussar, nos enseñan
que la mayor distancia en el cuerpo humano no es la que hay entre la
coronilla y el dedo del pie, sino la que media entre el cerebro y el
corazón.
Esto se manifiesta cotidianamente en nuestras vidas,
y se manifiesta cuando intelectualmente podemos captar ciertos
acontecimiento e ideas,
pero no alcanzamos a sentirlos en el plano profundo de lo emocional.
Es como cuando nos anestesian para hacernos un tratamiento odontológico,
la anestesia nos deja insensibles a determinadas sensaciones y emociones,
aunque mantengamos la conciencia activa, y las aprehendamos correctamente.
Sabemos que se está desarrollando un proceso doloroso,
racionalmente nos damos cuenta de que debiéramos estar gritando y
quejándonos por el sufrimiento,
no obstante,
permanecemos impávido, indiferentes... adormilados.
Sin dudas que el uso de la anestesia es
necesario, beneficioso, provechoso,
cuando se emplea en la justa medida,
en las ocasiones y eventos
en los cuales su uso no se transforma en un abuso,
o en una pérdida de su benéfica meta.
Pero, cuando se administra irracionalmente,
en dosis irresponsables, con fines negativos, erróneamente, etc.,
entonces,
lo que originalmente era para bendición,
se transforma en su contrario.
El Todopoderoso nos ha brindado la medida de
la firmeza
para que la usemos con justicia, no como excusa para el abuso.
Una cosa es la "misericordia del corazón"
y otra bien distinta la "misericordia como coraza",
para refugiarnos en un vaho de sentimentalismo banal y pernicioso,
y de ese modo no actuar de acuerdo a lo que es legal y justo.
Por lo cual,
la misericordia encuadrada por restricciones firmes y saludables,
es la fórmula para la justicia y la armonía.
También el Todopoderoso nos dotó de capacidad
para ser indiferentes, insensibles,
nos dio cierta dosis de anestesia,
para que actuemos como corresponde, incluso en aquellas ocasiones que
nuestro corazón se debilita y prefiere rehuir nuestra responsabilidad.
Por ejemplo,
cuando uno es padre y su bebe llora de madrugada,
la medida de la insensibilidad saludable
es aquella que
mueve al padre a proteger a su hijo,
a pesar del propio cansancio, del duro trabajo de la mañana, del esfuerzo,
y así actuar con cierta medida de insensibilidad a sus propias necesidades
de sueño, reparo, etc.,
para alcanzar un nivel más alto de bienestar en el mundo.
Pero,
cercenar nuestra misericordia
hacia quien es merecedor de ella,
es un grave ataque a nuestra humanidad, a la integridad del prójimo, y al
orden del universo.
Ser piadosos con quien corresponde,
es nuestro sagrado deber,
aunque sintamos que estamos perdiendo comodidad, ventaja o posición.
Unir la mente con el sentimiento,
de manera apropiada,
dentro de lo que es legal,
es el puente que posibilita a la persona, actuar en un mayor nivel de su
potencialidad.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
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