Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Responsable: Licenciado en Sicología Prof. Yehuda Ribco / Darjey Noam
Respuestas a Preguntas
Esta respuesta es una continuación a "Mujeres poderosas"
Respuesta
La primera parte de la respuesta, la encaramos desde un punto de vista tendiente a lo macro, general; entraremos ahora a analizar la normativa, a partir de Hiljot Talmud Torá (HTT), del Mishné Torá, de Maimónides (en traducción propia).
(HTT 1:1) "Mujeres y esclavos (hebreos) están exentos del estudio de la Torá; pero, a un menor, su padre debe educarlo, como está dicho: "y las (palabras de la Torá) enseñarás a tus hijos" (Devarim/Deuteronomio 11:19). Pero, la mujer no está obligada a enseñarle (Torá) a su hijo, porque aquel que está obligado a estudiar, lo está también a enseñar (según TB Kidushin 29b)."
Como podemos comprender, estar exento no es una restricción.
La mujer puede, si así lo quiere, o si así están dadas las condicionantes,
estudiar Torá.
Por lo tanto, en principio, cuando usted interroga acerca de la posibilidad
(legal, ya que no fáctica) de la mujer para aprender o enseñar Talmud, la
respuesta es: ¿por qué no? (Profundizaremos al respecto un poco más
adelante).
Ahora bien, podría preguntar: ¿por qué le mujer está exonerada de está
mitzvá (y actividad) básica?
Si así se cuestiona, le diré algunas respuestas:
Si la Torá expresamente ordena enseñar a los hijos (varones) y no menciona a las hijas, entonces, ¿sabemos nosotros mejor que el Eterno la razón de sus mandatos?
El hombre por su naturaleza más tosca (espiritualmente, en relación a la mujer) necesita de un proceso de desarrollo más intenso, que se consigue por medio del estudio de la Torá.
Como la mujer es libre de cumplir las mitzvot positivas que tienen un tiempo determinado (y no son históricas, ni expresamente ordenadas para ella), resulta accesorio que le dedique tiempo al estudio de materias que no le son, a priori, útiles ni necesarias. Es más provechoso dedicar las energías y recursos a asuntos que le incumban en primera instancia.
(HTT 1:16 (13)) "La mujer que ha estudiado Torá obtiene su recompensa; pero, no es como la del hombre, pues no está obligada, y (la regla es que) todo aquel que cumple sin estar obligado, su recompensa es menor al que tiene la obligación.
Aunque obtenga recompensa, ordenaron los Sabios que el padre no le enseñe Torá a su hija, porque la mayoría de las mujeres no tienen su pensamiento dedicado al estudio, y pueden convertir palabras de Torá en vanidad, por la pobreza de su intelección.
Dijeron nuestros Sabios que todo aquel que enseña a su hija Torá, es como si le enseñara algo accesorio. Esto en relación a la Torá Oral. En cuanto a la Torá escrita, que a priori no le enseñe; pero, si le enseñó, no es accesorio."
Ay, sin dudas que superficialmente nos podemos llevar una muy
dura impresión acerca de lo que nuestros Sabios, y la legislación, opinaban
sobre las mujeres. Pero, como es habitual, profundizando podemos hallar que lo
contrario a la impresión primera -a veces- es lo más correcto.
Ante todo, ¿está claro que la exoneración de la mujer, no es una
restricción? El estudio de la Torá es una opción, e incluso recompensada.
Sin embargo, el principio general es aplicable, y, ya que no tiene imposición,
sino voluntad, su merecimiento es de nivel inferior al que cumple bajo la
estricta exigencia. (No voy a explicar este principio, pero, piense lo
siguiente: si estoy obligado a cierta cosa, pero, hago algo diferente y por esto
no cumplo con esmero (o directamente, no cumplo), ¿cuál es mi mérito?...
Ejemplo, si el niño para gozar del helado primero debe comerse sus verduras,
¿hay algún mérito en que pase directamente al postre, o que deje la mitad de
sus verduras sin comer?)
Ahora, lo más duro: ¿convertir palabras de Torá en futilidad?
¿En general las mujeres son de pobre entendimiento?
La respuesta a esto, en verdad, es muy sencilla (y para nada es conciliatoria o
escapista... es real).
Para el correcto estudio de la Torá se deben seguir ciertos métodos,
criterios, normas (Baraita de Ribi Ishmael, comienzo de Sifra). Aunque uno es
libre de pensar (pues ya sabemos que el dogmatismo de pensamientos es ajeno al
judaísmo), para interpretar normativamente la Torá de modo adecuado, y no
derivar leyes impropias, o pensamientos divergentes de la Ley, es que se
restringen los modos interpretativos.
La mujer (en general, no sé en todos los casos), por naturaleza (¿no dijimos
que son espiritualmente más avanzadas que los varones?) tiende a dejarse guiar
por su intuición, por su inteligencia emocional, por evidencias más allá de
la simple percepción... lo que llamamos comúnmente "intuición
femenina". Y, está notable y fabulosa cualidad, en el caso de la
interpretación de la Ley, es contraproducente. Es como si supusiéramos que un
gran escultor, por la habilidad que tiene para manejar artefactos, crear y
maravillarnos con su arte e ingenio aplicado por sus manos, puede ser -per se-
un excelente cirujano... una cosa es el arte, la magia del espíritu conversando
con la materia; otra, (a veces muy distinta), la aplicación de rigurosos
métodos fijos, inflexibles, incluso monótonos.
Por lo que, lo que suena a denostar el pensamiento femenil, en verdad es una
manera (¿grosera?) de reconocer que esa cualidad maravillosa de la mujer, en el
caso de la Torá Oral es perjudicial... porque, se requiere menos intuición y
más monotonía.
Así es posible comprender el comentario de los Sabios (sabios al fin), que hay
riesgo de transformar palabras de Torá en vanidad... pues, una interpretación
errónea, vana, puede derivar en enormes perjuicios. Y la "pobreza de
intelección", como ya dijimos, no es ofender el grado de inteligencia e
ingenio de las mujeres, sino -¿lo aceptamos?- alabar (¿envidiosamente?)
su capacidad de percibir / entender más allá de la razón...
(No sólo espiritualmente somos diferentes hombres de mujeres, ¿de más está
recordar que anatómicamente también? Lo que me lleva a recordar que los
estudios del funcionamiento cerebral demuestran que, efectivamente, existe un
modo de pensar basado en el género... ¡cuánta sabiduría la de nuestros
Sabios, y sin necesidad de recurrir a nuestra tecnología y técnica!)
En cuanto a lo accesorio o no del estudio, y en especial al referido a la Torá Oral (al Talmud que a Ud. tanto le preocupa en su pregunta), podemos inferir fácilmente por lo ya expuesto por qué es accesorio para la mujer:
Ella supera naturalmente las disquisiciones de los varones
No está obligada a cumplir ciertas leyes
Su pensamiento (recordemos que hablamos en general, de estereotipos... gracias) diverge del que es aplicable a este estudio
Ud. en su pregunta menciona la división de actividades, de roles. Ésta se basa en la adecuación a la naturaleza de los géneros. Por lo tanto, ¿no es mejor dejar que los varones se ocupen de refinar lo burdo (su mismidad), mientras las mujeres luchan por crecer -y no descender- mientras se ayudan -mutuamente- a avanzar?
Y no olvidemos que la igualdad de derechos debe estar basada en la diferencia de naturalezas, procesos, condiciones; sino, más que buscar la igualdad es luchar -vanamente- por emparejar lo dispar. Y, contra lo que hay que luchar es contra la opresión social, contra las injusticias, contra la denigración, contra todo lo que es incorrecto...
Y bien, espero que estas palabras sirvan para que todos sigamos estudiando y avanzando, pues, la finalidad del estudio de la Torá es su aplicación a la práctica, y el refinamiento de la persona (sin diferenciar en géneros).
Tevet 19, 5761
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