Shalom.
Mi intención al escribirle esta respuesta es enseñarle el error en el cual
se haya, y aunque sonaré duro, tenga en cuenta que es por su bien y sólo por
eso que escribo esto.
Si no quiere enterarse de lo que está equivocado en su misiva, y prefiere no
alterarse, ni devaluar la imagen del ídolo Ieshu, por favor: no lea debajo
de la línea.
Gracias.
Ante todo, le confieso que es triste y
lamentable que el buen nombre de justos varones, como lo fue Rabán Gamliel,
sea mancillado de la manera en que usted lo hace.
Quiera Dios borrar el recuerdo de los perversos, y exaltar el de los justos.
Para empezar a explicarle, le enseño
que la palabra cristo proviene del griego y es equivalente a la hebrea
mashiaj (mesías), que no quiera decir (ni más ni menos) otra cosa que
"ungido", es decir, el seleccionado para ser rey judío para los judíos.
Ieshu/Jesús no fue un cristo, ungido, pues no fue rey de los judíos en un
reino judío independiente. Entonces, ¿cómo se atreve a llamarlo "cristo"?
Es bastante desagradable que extranjeros quieran imponernos reyes, cuando no
tienen derecho a hacerlo, y especialmente cuando el personaje que proponen
como rey es ajeno a la familia davídica (que es la dinastía real), un
pecador, rebelde e incitador contumaz al pecado y la rebelión.
Para que comprenda el desagrado le daré un ejemplo.
¿A usted, como mexicano (creo que es) le gustaría que mañana un ecuatoriano
(que no tiene ninguna relación con México) imponga por decreto personal
que el presidente de México es Jesús Pérez, hijo de un no-mexicano, y
que por lo único que es famoso es por dedicarse a narcotraficante,
contrabandista y mafioso, personaje al que todos los mexicanos dignos
rehuyen y dejan de lado?
Así como este Jesús Pérez a usted de seguro no le agrada, y menos que un
extranjero se lo quiera imponer a la fuerza como el líder de su nación; para
los judíos ocurre de modo similar con las pretensiones al respecto del
mesianismo (condición de rey de los judíos) de Ieshu.
Pasemos al justo varón, al maestro entre
maestros, a Rabán Gamliel.
Era descendiente directo y comprobado de la familia real davídica, si en su
época (poco tiempo antes de la destrucción del Segundo Templo) alguien
hubiera sido meritorio para ser coronado como rey de los judíos, el tan
ansiado Mashiaj, Rabán Gamliel lo hubiera sido, ¡y no un perfecto ignorante
y desconocido llamado Ieshu hijo de Pantera el romano!
Así que, es 100% improbable que Rabán Gamliel haya siquiera rozado la idea
del mesianismo de Ieshu. Pues, ¿acaso no sabría Rabán Gamliel si Ieshu era
un hermano (literalmente) suyo elegible al trono?
Por lo tanto, no aceptaba a Ieshu como mesías/rey, porque sabía que no lo
era, ni podía serlo. (Nada que ver con la fantasía que usted pone acerca de
pertenecer a sectas).
Rabán Gamliel tampoco creía en la supuesta
condición divina de Ieshu hijo de Pantera.
Es 100% imposible que lo hubiera creído dios o parte de la divinidad,
¡ningún judío fiel puede creer tamaño disparate pagano! ¡Mucho menos lo
puede aceptar un líder entre los estudiosos de la Torá (la Verdadera Palabra
de Dios)!
Rabán Gamliel tampoco creía en la supuesta
maestría de Ieshu el rebelde.
Es más, ni hubiera apelado a sus idolátricas enseñanzas, ni siquiera lo
tendría a la altura de servidor del ayudante de un maestro.
Pues sabía, sin dudas, que Ieshu HaNotzrí había sido condenado por
una corte de justicia a causa de sus incontables pecados y su activa
búsqueda de personas a los cuales hundir en las fauces del oprobio y la
rebeldía.
Sabía que Ieshu era un farsante peligroso... ¿creería una luminaria como
Rabán Gamliel en tal deplorable sujeto?
Le contaré brevemente la verdadera e indudable
biografía de (¿¡su maestro!?) Ieshu el Notzrí, y verá que nadie con
conocimiento de causa lo querría emular, ni nadie en sus cabales lo
estimaría como algo más que un decepcionante pecador.
Esta es la verdadera historia.
Empecemos por ser precisos en las fechas, y
por lo tanto indicar que los testimonios fieles y verdaderos indican que
Ieshu nació en el año 3671 de la Creación (alrededor del 90 ANTES de la Era
Común). (El año "0" en el calendario cristiano se lo debemos a un tal
Dionisio, un sacerdote romano, que muchos siglos después de los eventos y
vaya uno a saber cómo, sacó sus cuentas, errando en unos 90 años).
Era hijo de una tal Miriam, quien estando casada con un apocado Iosef,
mantuviera relaciones sexuales ilícitas con un romano llamado Pantera,
debiendo su madre esconder el origen ajeno al matrimonio del niño para no
ser hallada culpable del grave delito de infidelidad conyugal y que su hijo
fuera considerado bastardo (ésta es una condición realmente tormentosa de
soportar, tanto desde el punto de vista emocional como legal).
Hizo sus primeros estudios con el maestro Rabbí Iehoshúa ben Perajiá en
Egipto. Cuando su maestro fuera traído por Shimón ben Sjhataj a vivir a
Israel, Ieshu lo siguió.
La versión que no fuera censurada por la Iglesia cristiana del Talmud (Sanhedrin
107b), indica que Ieshu (también llamado "aquella persona", para ni siquiera
nombrarlo) fue un pésimo estudiante del gran Rabbí Iehoshúa ben Perajiá.
Aterrorizado por el vil proceder de Ieshu, Rabbí Iehoshúa lo echó de su
presencia, abjurando de él como alumno.
Pero, dada la grandeza del maestro justo, luego de un tiempo reconsideró su
decisión y deseó darle una segunda oportunidad al descarriado Ieshu, por lo
que le abrió las puertas de su casa.
Ieshu, en patente demostración de su altanera rebeldía le contestó que él
había aprendido que aquel que peca y hace pecar a otros no tiene derecho a
arrepentirse, por lo que rechazó el generoso ofrecimiento del maestro, y
prefirió ahondar el abismo que lo separaba del bien, de Dios, del prójimo.
Es decir, en lugar de arrepentirse con humilde hidalguía, y andar por los
camino del Bien, la Verdad y la Justicia, se amparó en excusas banales para
continuar regodeándose en el pecado, la corrupción y la perfidia.
Tal vez Rabbí Iehoshúa ben Perajiá, al haber sido anteriormente riguroso en
sus apreciaciones, fracasó con Ieshu; pero, Rabbí Iehoshúa era una persona y
como tal se equivocaba, pero como era humilde y sabio reconocía su error y
trataba de enmendarlo. Lo vimos, quiso darle una segunda chance al díscolo
alumno Ieshu, abriéndole las puertas del retorno.
Pero, ¿Ieshu que hacía? ¿Quería arrepentirse, volver a estudiar la Verdad de
boca de su maestro Rabbí Iehoshúa ?
No. Ieshu mantenía en alto su orgullo estéril, provocando más desolación,
sufrimiento y pecados.
Aparte de su orgullo y ambición, ¿de dónde había sacado Ieshu sus ideas
paganas y sus poderes para realizar prodigios?
Egipto es bien conocido (tanto por el Talmud, Kiddushin 49b, como por los
místicos de todas las naciones) como el lugar principal para involucrarse
con la brujería (que es el nombre tradicional para la práctica que envuelve
el conocimiento de las ciencias ocultas y perjudiciales).
Así que fue en su estancia en Egipto en donde el joven Ieshu se fue
adentrando en la maraña atrapante de la brujería y la idolatría.
Su delirio megalómano llegó a la cúspide cuando se declaró a sí mismo como
"el retoño de la rama" (Ieshaiá/Isaías 11:1), induciendo a varias personas
al extravío y el pecado público y privado.
Un tribunal legalmente constituido, y con todas las garantías y de acuerdo
al derecho vigente, lo halló culpable de crímenes capitales, siendo
condenado a dos penas de muerte y muriendo apedreado a la edad de 36
años, una víspera de Pesaj. Su cadáver fue colgado de un madero, como modo
simbólico de cumplir la segunda sentencia a muerte (una chanza: ¿la segunda
venida?).
¿Cómo sabemos que esta historia es la
auténtica y no las mitologías evangélicas?
Es que, en el Talmud está la fuente primera y primaria que refiere a Ieshu.
Los que fueron partícipes y testigos fueron los que dieron los datos
precisos.
Si usted nota verá que a grandes rasgos el cuento evangélico mantiene
algunos datos, pero los maquilla, disfraza y cambia en procura de su propio
beneficio.
Los escritos evangélicos (desde el famoso escrito "Q" en adelante) cien años
después de los hechos tomaron de la fuente original, es decir los relatos
del Talmud, las referencias que les sirvieran a sus propósitos idolátricos y
políticos. ¿No le llama la atención las continuas y groseras discrepancias
entre un supuesto testigo presencial y otro en los relatos evangélicos? ¿No
pueden explicarse fácilmente reconociendo que son fábulas basadas en un
núcleo verdadero, pero elaboradas a gusto del escritor. al punto de
convertir en héroe al traidor, en divinidad al pecador, en rey al alumno
ignorante, en maestro al farsante?
No está demás señalarle que aprovecharon también las ideas y religiones
paganas de moda, que les fueran útiles a sus fines, tales como la de Mithra,
Dionisios, Baco, para mezclarla en una fabulosa saga legendaria que se
conoce como "Nuevo Testamento".
¿Y por qué decidieron usar a tan oscuro y poco destacado personaje en
procura de obtener poder?
Le daré tan sólo una idea.
Porque su relato (original) tiene puntos débiles de contacto con mitologías
de la época (que ya mencionamos), y estaba como parte (minúscula y de la
menos apreciable) de la tradición (reciente en aquella época) del pueblo
judío.
Disfrazando el relato, cambiando la oscuridad por luz, la impiedad como
pureza, se podía atentar contra los judíos, y por ende, contra el Eterno. Ya
no era de fuera del judaísmo el hijo del sol para adorar, ahora había
uno también entre los judíos, y así poderlos hundir en esta aberrante fe.
Todo esto como parte de un plan antiquísimo de las religiones paganas para
acabar con el recuerdo de Dios entre las personas. Plan macabro que comenzó
con Nimrod (el otro rebelde), y que tuvo (tiene) un punto destacado con el
florecimiento de los cultos a la imagen de Ieshu (como dios, o salvador, o
iluminado, o maestro).
Estoy seguro que le costará tragar esta
explicación... pues, ¿cómo lavar con facilidad la oscura enfermedad que
afectó a buena parte de la humanidad durante siglos?
Pero, yo confío en que el corazón de la persona también busca a Dios, a la
Verdad.
Yo confío en que la luz se puede hacer incluso para el que está en la más
agobiante oscuridad.
Yo confío en Dios, ¿quién otro hay como Él que salva y cura y fortifica y da
vida?
En resumen, sería mejor que usted se
retractara por haber vejado el buen nombre de Rabán Gamliel, jamás nunca el
ensució sus dedos, ojos o neuronas con alabanzas para Ieshu.
Y, muy importante, lo mejor que me parece que cualquiera puede hacer es
dejar de buscar la verdad en el pozo hediondo del pecado y la mentira, y
empezar a buscarla en las enseñanzas de la Torá, en las explicaciones de los
maestros judíos de la verdadera Palabra de Dios que malsanamente es llamada
"Antiguo Testamento".
No quiera parecerse a Ieshu, ¡por favor! Que nada bueno le reportará ni a
usted, ni a los que lo rodean.
Busque ser como USTED, andando por los caminos que le son agradables al
Eterno.
Si quiere puede aprenderlos en SerJudio.com, o en cualquier otro sitio que
le sea fiel a Dios, y honesto con las personas.
Depende de usted que tan alto llegará en su ascenso personal, de nadie más
que de usted...
Los comentarios edificantes
(idolátricos, misioneros y de similar estofa, abstenerse terminantemente,
sus mails son borrados sin ser ojeados siquiera) envíenlos al mail:
rap1193@serjudio.com
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |