Claves: Ieshu, Yeshua, Jesús, falso, mesías, Mashiaj, cristo, rebelde, pecador, incitador, plagas, higo, higuera, Egipto, diez, castigo, Israel, idolatría, ídolo, deidad, Dios

Shalom, bienvenidos.
Habrán advertido que por remitente de la pregunta puse "No Recuerdo", es que la pregunta la he escrito yo de memoria, luego de haber borrado la misiva que la originó.
Resulta que recibí un mail de un confeso amante de la idolatría de Ieshu, misiva que no respetaba ninguna de las reglas que tenemos para recibir y responder correspondencia. Por lo tanto, fue eliminada sin más pérdida de tiempo.
Pero, quedó flotando en mi el desagradable sabor de darle una aparente victoria a los enemigos de Dios y de las personas de bien; tal como si el disparate (los muchos disparates) que esa carta contenía fueran reales, y que nuestro Dios Eterno y sin tacha tuviera siquiera la mínima relación con el perverso, pecador, extraviador (Ieshu) y sus rebeldes actuaciones.
Por lo que, decidí poner la pregunta que encabeza este texto, que es más o menos lo que mi memoria retuvo de la misiva.
Ahora daré una breve y contundente respuesta, rogando a los idólatras y perversos que por favor ocupen su tiempo en cosas más constructivas que estar molestando a personas que pretenden mantenerse fieles al Eterno.

La historia de Ieshu/Jesús con la higuera es bastante simple:
(Mateo c.21 v.18 al 20) "Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Viendo una higuera cerca del camino, se acercó, pero no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: —¡Nunca jamás nazca de ti fruto! Y al instante la higuera se secó. Al ver esto los discípulos, decían asombrados: —¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?"

Como ya habíamos enseñado Ieshu comete varias transgresiones y/o debilidades morales con esta acción:

1. Es consumido por el odio atroz que destila ira a su alrededor, ¿cómo explicar sino que destruya de inmediato algo inocente que no tiene culpas de su hambre y sed de gloria y fama?
    

2. Es impaciente y perverso. ¿No puede buscar su alimento en otra parte?
    

3. Es infantil. ¿No tiene capacidad para soportar el hambre un rato hasta conseguir provisión en otra parte? ¿Debe explotar en maldiciones y destrucción por tener hambre momentánea?
    

4. Es ignorante, ¿o acaso la higuera le debe dar sus frutos cuando a él se le antoja? ¿No hay tiempos para su cosecha? ¿Quizás alguien ya había cosechado antes?
    

5. Demuestra públicamente la utilización de prácticas de brujería, sino, ¿cómo explicar que ante su maldición muera un árbol? En ningún momento se menciona que lo que hizo fuera en nombre del Eterno. Y si lo hubiera hecho así, DOBLE PECADO, pues Dios no le da el poder a un rebelde pecador para andar destruyendo Su Obra.
    

6. Desobedece abiertamente los mandamientos que Dios le había ordenado como judío (que era, lamentablemente). Ya que la Torá ordena: "no destruyas su arboleda alzando en ella el hacha, porque de ella podrás comer. No la cortarás; pues, ¿acaso los árboles del campo son hombres para que vengan ante ti con asedio?" (Devarim / Deuteronomio 20:19).
   Si está prohibido destruir los árboles frutales del enemigo y en época de guerra contra él, ¿no estará doblemente prohibido para aquel que no está guerreando?
    

7. Es malvado, pues la justicia establece que si ha de castigarse a alguien (o algo), lo sea por sus acciones y solamente el castigo caiga sobre el culpable. ¿Qué responsabilidad o culpa tiene un árbol para ser castigado atrozmente? ¿Por qué ha de morir él y su probable simiente con él?

Ay, pobre de la inocente y pura higuera.
Ay, pobre de los amantes y discípulos del rebelde contumaz, idólatra, malvado, traidor Ieshu.
Ay, pobres de los que tienen como modelo de vida a este ídolo con pies endebles.
Ay, pobres de nosotros, que se nos quiere embaucar con esta mitología perniciosa.

Muy diferente, tanto como la noche del día, son los sucesos acaecidos con los israelitas en la Salida de Egipto.
210 años la nación israelita fue despojada, sometida, esclavizada, vejada, asesinada, deshumanizada.
DOSCIENTOS DIEZ AÑOS de martirio cruel, de muerte, de padecimiento, de falta de esperanzas.
Días tras día, año tras año pisoteados y negados en su condición humana por Faraón y sus súbditos.
Me parece que solo es posible para una mente calenturienta asimilar el hambre del momento de un pecador al exterminio de una nación durante siglos.
Pero, aquí no terminan las diferencias.
Pues, Faraón y los suyo eran responsables de sus actos.
No eran árboles manejados por mecanismos naturales rígidos, y por sus relaciones con el ambiente. Eran personas con libertad de escoger entre hacer el mal o el bien, e invariablemente elegían la senda de lo negativo.
Sólo un enfermo moral puede asemejar la perfidia de Faraón y sus seguidores son la inocencia de un árbol falto de frutos.
Pero, aquí tampoco terminan las diferencias.
A Faraón y los suyos les fue solicitada la libertad de los hebreos.
Y rechazaron el pedido.
Y se les dio más de una oportunidad para rectificarse.
Y lo rechazaron en cada chance.
Luego, fueron advertidos que a sus actos perversos les sobrevendrían las lógicas consecuencias, las Diez Plagas.
Y no prestaron atención a la advertencia del peligro inminente.
Y fueron sordos y ruines a la advertencia y a la constatación del castigo, no una, ni dos, ni tres veces, sino hasta en diez ocasiones. Cuando finalmente a causa de sus pecados, suyos y de nadie más, fueron quebrados, y debieron con dolor avenirse a liberar a sus centenarios esclavos hebreos.
Sólo a un irremediable débil mental le puede parecer semejante estas consecuencias lógicas que siguen a los actos negativos (las plagas) con la maldición de Ieshu a la higuera.
Y sólo un falto de luces es ciego a aceptar que Faraón y sus siervos fueron advertidos una vez tras otra, y no hicieron caso. ¿Quién le avisó a la higuera que sería asesinada de improviso y de modo fulminante por un rebelde destructor con hambre ocasional?
Pero, tampoco aquí terminan las diferencias.
En tres de las plagas, el medio usado por el Eterno para invocarla no fue Moshé/Moisés, sino su hermano Aarón. Y esto fue así pues los tres elementos que se verían afectados por cada una de esas plagas habían auxiliado (involuntariamente) a Moshé en el pasado. Y el gran líder de Israel, el siervo humilde de Dios, el elegido de Su Casa, Moshé, no podía ocasionar daños voluntarios ni siquiera a los elementos de la naturaleza que habían actuado con bondad hacia él.
¿Así procedió el infame ídolo Ieshu?
Pero, aunque aquí siguen sin terminar las diferencias, es suficiente para demostrar varias cosas, y todas negativas con respecto a Ieshu y a los descarados que tienen la ignominia de rebelarse contra Dios, como el autor de la misiva que (gracias al Cielo) borré de mis archivos.

Reitero, Ieshu no me concierne en lo absoluto, a no ser por las intersecciones negativas de sus esbirros con nosotros (como lo es, por ejemplo la pérfida misiva que motivo esta respuesta de defensa).
Por lo tanto, abran sus oídos: no me hagan perder tiempo, ni lo pierdan ustedes tampoco.
Su vida es demasiado valiosa como para que la malgasten tras los pasos del dios de la perdición.
Su vida cuenta con un potencial para construir un mundo mejor, ¿por qué no utilizan su fuerza y recursos a tal fin?
En lugar de que sus propios dramas los lleven a maldecir higueras que no les pertenecen, pónganse a labrar, plantar y por fin recolectar el fruto de sus buenas obras. Para eso están la Tierra, y no para otra cosa. Y no dejen de luchar contra Faraón y sus muchachos, y así contribuir por hacer del Mundo un Paraíso.

Se reciben únicamente comentarios edificantes en la casilla de e-mail: comentario@serjudio.com?subject=rap1271

Y a pesar de todo, Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco