Pregunta: Estimado Yehuda Ribco
El Creador le bendiga!
Acudo a usted como conocedor de la Toràh y como
profesional de la Psicologìa...
Voy directamente al grano, y perdone usted la
extensiòn de esta misiva.
Estoy confundida. Mi adolescencia, desde los 13 años,
hasta ahora joven de 17 años, los dediquè a lo que
"pensè" que estaba correcto, es decir, a "vivir como
una cristiana"... Y no era de esas personas que un dìa
hacen una cosa y mañana no; yo era lo que se dice
"fiel", es decir si me decìan que haga algo, lo hacìa;
si se me prohibìa hacer algo porque segùn ellos (los
principales de la iglesia) era "pecado", no lo hacìa.
Y siendo sincera con usted, todo esto me gustaba,
porque pensaba que era lo que Dios querìa de mi;
incluso, muchas veces pensè en entrar a estudiar para
misionera (gracias a mis padres no lo hice)...
Sin embargo, al lugar (iglesia) donde yo asitìa, la
gente me querìa, me respetaba y hasta me admiraban
porque hacìa "lo que el Pastor mandaba", pues yo creìa
que esa era la voluntad de Dios.
Por mi culpa, muchas personas entraron a formar parte
de ese lugar (iglesia); y es màs, en los hospitales yo
"ayudè" a morir a mucha gente en el nombre de cristo,
es decir conseguì que aceptaràn a cristo minutos antes
de morir.
Ahora que conozco la VERDAD sobre la mentira màs
grande que es Jesùs, sè que estaba equivocada en todo
lo que hice y me siento mal porque veo que mi vida fue
un desperdicio y lo que es peor, por mi culpa mucha
gente aùn està desperdiciando su vida en ese lugar...
Usted se preguntarà cuàl es mi confusiòn... Le
contestarè que dentro de mì hay un gran deseo de tener
contacto con Dios, pero tengo miedo que este deseo sea
sòlo una añoranza de lo anterior... No quiero volver a
equivocarme, no sè como expresarme...
Y no sè si usted lo entienda pero hay algo dentro de
mì que necesita tener contacto con Dios (es un deseo
infinito), pero tengo miedo de equivocarme nuevamente.
Deseo hacer la voluntad de Dios, y sè que la voy a
cumplir enteramente cuando "la conozca", pero no
quiero que otro hombre me haga creer mentiras.
Tal vez le parezca extrño que yo le diga estas cosas a
usted (si no le conozco y no sabrìa si usted me està
diciendo la verdad), pero si me atrevo a compartir
todo esto con usted es porque gracias a lo que mi
esposo (Juan M.) aprendiò en pàgina web, y a
suvez me lo enseño a mì, pude salir de esa prisiòn; y
por eso, tengo un poco de confianza con usted y me
atrevo a preguntarle dos cosas:
1. ¿Còmo puedo volver a confiar en la gente?
2. ¿Còmo puedo tener contacto con Dios sin
equivocarme?
3. ¿Puedo hacer algo para que las personas a quienes
llevè a compartir mis creencias (anteriores) salgan de
ahì?
Discùlpeme por haberle molestado. Y si usted piensa
que va a perder su tiempo contestàndole a una persona
que no sabe si le va a creer o no, lo entenderè.
Con respeto
Lic. Carmen H.
Chile
(Deben incluir en todos sus
mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país
donde vive) |
Shalom.
Gracias por participar.
No me queda claro el dato de su edad actual y
el tiempo que pasó como prisionera de esa infeliz adicción que
es la religión
compulsiva.
Son datos importantes como para poder manejarnos con mayor precisión.
Pero, obviaremos esto y pasaremos a responder con la mayor brevedad y
solvencia posibles las preguntas que plantea, que son:
1. ¿Còmo puedo volver a confiar en la
gente?
2. ¿Còmo puedo tener contacto con Dios sin equivocarme?
3. ¿Puedo hacer algo para que las personas a quienes llevè a compartir mis
creencias (anteriores) salgan de ahì?
Empecemos hablando acerca de la confianza en
las personas. (Quizás en alguna oportunidad de este texto sentirá que está
siendo juzgada, pero le aseguro que lejos de mi intención tal cosa).
Trataré de no utilizar demasiada jerga, y procuraré ser lo más explicativo
posible. (Si siente que no me he expresado con la suficiente claridad, y
algo le resulta oscuro, por favor comuníquemelo que trataré de subsanar mi
falta de nitidez).
Dicen los paisanos en mi país (y supongo que
en toda Hispanoamérica hay dichos similares): el gato que se quemó con
leche, ve la vaca y llora.
¿Quiere que le diga mi opinión?
¡Es muy cierto!
A pesar de que no tengo gato, ni veo muchas vacas; reconozco que
generalmente en las personas una señal de alerta se dispara ante situaciones
estresantes que reflejen traumas sufridos con anterioridad.
A veces tal alarma no se enciende.
Y a veces la persona es insensible a la señal de advertencia.
Sin embargo, las experiencias adversas sufridas desde las primeras edades
del individuo pueden ser descritas como el núcleo de la denominada
desconfianza.
Por lo tanto, la desconfianza es una construcción y no un hecho natural del
ser humano.
No se nace desconfiado, sino que se va adquiriendo tal rasgo, con quizás un
trauma particularmente significativo, o por la sumatoria de diversos traumas
con sus consecuencias..
Este rasgo perturbador que es la desconfianza, suele asociarse con la
rigidez de carácter, el escepticismo, e incluso en ocasiones con
la violencia como forma de resolver conflictos.
Para explicar esto, le pido que retomemos al minino quemado con leche de
nuestro dicho campesino.
Podemos presumir que le teme a la leche, pues le causó un dolor.
Sin embargo, la sabiduría del dicho popular no nos indica que rechace la
leche, ¡sino a la vaca!
Esto puede ser explicado de diversos modos, pero, pensemos lo siguiente: ¿no
desea el gato beber leche? Por lo tanto, en lugar de repudiar la leche, ¿por
qué mejor no depositar los sentimientos negativos en otro objeto? ¿Por qué
no culpabilizar a algo ajeno, inerte y no deseado?
Luego, desconfía de la vaca, ya no de la leche (ni de la que está
hirviendo). Es decir, desplaza su emoción hacia un objeto diferente al que
le ocasionó la lesión. Este desplazamiento puede ser debido a alguna
contigüidad espacial o simbólica. Así el gato temerá a la vaca por
reconocerla como la fuente de la leche. Pero no sería extraño que entrara
dentro de su ánimo adverso también todo fluido blancuzco y lechoso.
Por experimentar esta desconfianza amplificada, para sobrellevar las
circunstancias de la vida suele formar una coraza de rigidez, que no sólo lo
aísla de aquello presentido como doloroso, sino que también le obstaculiza
relacionarse normalmente con lo que no es temido/temible.
Cuando viene el perro y le explica al gato que no son las vacas su problema
realmente, el gato mira suspicaz al perro; y ahora con doble recelo a la
vaca. Esta suspicacia debe ser entendida en la raíz inconsciente de la
desconfianza, pues, quizás su origen histórico permanece reconocible (haber
sufrido la quemadura por leche) pero las construcciones simbólicas se
ramifican, apartándose de la racionalidad y de la coherencia. A tal punto
puede ramificarse el recelo, que finalmente se termina por perder en
creencias y fantasías los verdaderos orígenes del ánimo desconfiado.
Bien, finalmente, si el gato es puesto en situación de confrontar a la
vaca... llora, o araña, o huye, o explota...
Si me ha seguido hasta aquí, continuaremos un
poco más con las explicaciones; pero, si cree que no tiene claro el
concepto, por favor relea el párrafo anterior. (Sé que en ocasiones soy más
complicado de lo que es prudente).
Las personas a veces se comportan como el
gatito: cuando viven sus vidas de manera a-crítica, es decir, sin cuestionar
los supuestos sobre los que yace su transcurrir por la vida. Cuando la
reflexión es una palabra del diccionario.
Reflexión es compromiso por descubrir lo que está encubierto en las máscaras
que usamos para no reconocer nuestro más verdadero ser.
Pero, cuando la persona toma las vicisitudes de su vida en sus manos, cuando
toma las riendas de su destino, entonces y sólo entonces está al
nivel de humano... mientras no lo haga se está comportando como un ser
manejado por impulsos, caretas y veleidades (tal como un animal).
En el triste relato de su adolescencia, ¿qué
descubrimos? ¿Una persona que actúa voluntariamente y de manera crítica? ¿O
alguien que se deja llevar?
Veamos en las palabras de su misiva: "yo era lo que se dice "fiel", es
decir si me decìan que haga algo, lo hacìa".
Está claro, usted reconoce que se dejaba llevar por el deseo de complacer a
otro.
Y se equivoca rotundamente cuando dice que era fiel, pues NO lo era.
Se es fiel cuando se está acorde con la esencia propia, y luego con el
requerimiento ajeno.
La esencia propia, lo que conocemos como la neshamá, está por
completo reñida con la indiferencia y la falta de libre albedrío; y es por
completo antagónica a la idolatría (= la falsedad).
Por lo tanto, no podía ser fiel; ya que estaba depositando su vida en la
voluntad de otro, y además de un otro que la estaba conduciendo por los
carriles de la falsedad.
En cada ocasión que usted acataba ciegamente las órdenes de SUS AMOS, estaba
lesionando su capacidad de trascender; es decir, de liberarse de ellos y de
adherirse firmemente a Dios (la Verdad) y de andar por Su camino (el
cumplimiento de los preceptos).
¡Y claro!, como toda enfermedad también ésta cuenta con un beneficio
secundario.
En el caso que usted describe lo podemos reconocer en: "la gente me
querìa, me respetaba y hasta me admiraban".
¿Ve cual era la ganancia por permanecer esclava de la opresión y el
engaño?
El respeto y la admiración.
Es decir, sentirse valorada, viva.
Ahora que está fuera de la influencia tóxica de esas personas, le pido que a
pesar del dolor que le pueda ocasionar, conteste con toda la sinceridad
posible: ¿es suficiente el pago de sentirse viva, si debe permanecer
esclavizada (y sin real vida) al antojo de sus amos?
No sé cómo hizo para comenzar a liberarse,
pues presumo que las cadenas que la aprisionaban eran duras y muchas.
Algún día me gustaría saberlo. (No me parece que sólo a través de lo que su
marido le contó de lo leído en SerJudio.com sea la respuesta total).
Pero, yendo a lo que está escrito en su carta: no me resulta sorprendente la
confusión que menciona, ni su añoranza por la situación (de esclavitud)
pasada.
La confusión es lógica, ya que acostumbrada a actuar bajo el designio ajeno;
ahora debe enfrentar la vida con responsabilidad y hacerse cargo de las
situaciones.
Es claro que esto produce perplejidad, confusión. Pues se pasa de un estado
de irresponsabilidad y de no necesidad de tomar decisiones fundamentales; a
un estado de vivencia humana, de madurez y plenitud.
Pero, sin contar a mano con los utensilios que se van adquiriendo con el
paulatino desarrollo en el ejercicio de la madurez responsable.
¿Entiende esto que acabo de decir?
En un ejemplo, algo así como que de pronto le avisan que el avión en el cual
viaja no hay piloto, ni nadie capaz de navegarlo, y que solamente usted es
la que hace la diferencia entre la catástrofe o la victoria. ¿Cómo no
sentirse confundida momentáneamente?
En cuanto a la añoranza por la esclavitud pasada, también es lógico.
¿Qué tiene de extraño ver con nostalgia la época en que se actuaba como
autómata al servicio de otros? ¿Acaso es raro desear retornar a la
época en la cual no se sufría por tener que pensar, decidir, actuar, y
afrontar las consecuencias?
Sin embargo, ¿prefiere vivir en libertad, o permanecer inmóvil y arropada en
pañales hasta el último de sus días?
Pero, para aumentar la confusión en la que se
debe encontrar, sumemos esto.
Cuando escapó de las garras de la maldad, es evidente que sienta que su vida
pasada ha sido un desperdicio.
Algo así como una mala actuación de acuerdo a un pésimo guión,
en un escenario falsificado.
En lugar de una vida responsable, de acuerdo a decisiones racionales y
éticas, en el mundo real.
¡Comparto con usted el tremendo dolor y malestar que la debe apretar!
Lo comparto y me gustaría ayudarla a zafar de él.
Por lo cual, pregunto junto a usted: ¿cómo puede volver a confiar en la
gente?
Le puedo sugerir tres herramientas complementarias:
-
Vida reflexiva, responsable y crítica.
-
Paciencia, bondad y no desear venganza o
guardar rencor.
-
Asesoría de personas que la guíen por
senderos apropiados (psicólogos que la ayuden a desarmar los supuestos en
los que basó su actuación en el escenario de su vida; y maestros de
Torá que irradien luz de Verdad).
Ahora, pasemos a la segunda de sus dudas: ¿Còmo
puedo tener contacto con Dios sin equivocarme?
La neshamá (que ya mencionamos más arriba) es eso que desde muy
dentro suyo la impulsa a buscar a Dios.
Como la neshamá depende de factores externos (cultura, medio social,
recursos, educación, etc.), a veces la persona tropieza con obstáculos.
Lamentablemente alguno de los cuales la persona los considera como
infranqueables.
Por eso, una persona así está tapando el sol con su dedo.
No se da cuenta que la Verdad que está buscando está ahí nomás, a un paso, a
un dedo corrido de distancia...
Entonces, ¿acaso estoy diciendo que no hay forma inequívoca de contactarse
con Dios y todo lo que es correcto?
La equivocación es parte de la naturaleza imperfecta humana.
Sin embargo, el Eterno nos proveyó de una guía perfecta: la Torá.
Por lo tanto, para ponerse en contacto con Dios, debe dejar de buscarlo en
iglesias, congregaciones, rituales, fantochadas, mascaradas... pues lo
encontrará solamente donde Él ha dicho que se lo encuentra.
Es decir, buscarlo por medio del estudio constante y denodado de Torá.
Y especialmente por el cumplimiento estricto y apropiado de los mandamientos
que Él ha dado a las naciones.
En su caso, por ser usted gentil, tiene vedado el completo estudio de Torá,
ya que ésta es heredad exclusiva del pueblo judío.
Sin embargo, tiene derecho a estudiar ciertas partes de Torá, y a gozar de
los eternos beneficios que ese estudio provee.
Le sugiero que se ponga en contacto con personas judías de amplio corazón,
con vastos conocimientos en Torá y que tengan la disposición como para
enseñarle Torá. (En Serjudio.com le podemos dar una mano, con algunas
enseñanzas).
Por otro lado, es importantísimo que no olvide el cabal cumplimiento de los
preceptos noájidos, especialmente que dedique buena parte de su tiempo y
recursos a la edificación del prójimo. Porque, es posible encontrar a Dios a
través de la edificación del prójimo. Aporte a causas de bien, done dinero
según sus posibilidades a los menesterosos, contribuya con estudiosos de
Torá, auxilie al necesitado, eduque al perdido, consuele al dolido... pero,
recuerde, no según la voluntad de pastores u otros gurues,
sino bajo la Autoridad del Eterno.
Por último, para responder a su tercer
pregunta; le sugiero que lea y se compenetre de lo expresado hasta ahora.
Que cuestione y rebata lo que no comparta de lo dicho por mí. (Realmente,
poco me importa que me tenga fe, a mi persona, o a mis dichos... yo busco la
liberación no la opresión del prójimo (y mía). La fe ciega y estúpida
dejémosla para los insensibles, o para las criaturas irracionales, o para
aquellos que fueron oprimidos a partir de ignorar que tenían derecho a
rebelarse en pos de respuestas sinceras y razonables).
La insto a que pregunte y re-pregunte sin vergüenza ni indiferencia.
(Golpee, con gentileza se lo ruego, y vuelva a golpear).
Le exijo que estudie y analice hasta que encuentre la verdad
encerrada en el mensaje de la Torá (humildemente expresado en porciones de
este texto), y que compatibiliza 100% con su neshamá. (Reitero:
no le exijo, ni pido, ni quiero, que me siga a mí como hiciera con el
pastor... ¡por favor NO!)
Luego, que haya obtenido una conclusión favorable, le ruego que se aplique a
cumplimentar los consejos que le he dado.
Finalmente, y no con pocos esfuerzos, le aseguro que no solamente hallará
restablecida su confianza en las personas y en el Eterno, sino que usted
encontrará el camino para restañar los daños sufridos por otras personas (a
raíz de su actuar involuntario en el pasado).
Y verá la leche como lo que es.
Y la vaca no le provocará a llanto.
Y la mala experiencia de haber sido quemada con leche, será eso, una mala
experiencia utilizada como trampolín para crecer, y no como excusa para
petrificarse rumbo al vacío de la muerte...
Creo que usted está en camino a la
trascendencia.
Depende totalmente de usted en hacer de mi creencia una realidad constatable,
o de dejarlo en un bonito deseo dormido.
Aprovecho para desear a todos un 5763 de
plenitud y bendiciones, ¡Shaná Tová!
Recuerden que me agradaría recibir sus
comentarios edificantes en la casilla de e-mail:
comentario@serjudio.com?subject=rap1306
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |