Shalom.
Gracias por participar.
Sus elogios me cohíben un poco, pues no soy merecedor de tanto aprecio.
La lucha para liberarse de una adicción (como
lo es la dependencia a un Culto Tóxico) es extenuante, prolongada y
generalmente requiere del socorro de personas del entorno y de algún técnico
especializado.
Sin olvidar, obviamente, la plena confianza que hay que depositar en el
Eterno y Su bondadosa sabiduría.
Pero, por sobre todas las cosas requiere de un esfuerzo personal, que
empieza por aprender a caminar, al principio aunque sea temerosamente, sin
bastones ni sostenes que son vistos como columnas vertebrales.
Le cuento, las personas somos de un modo u otro dependientes de algo o
alguien, en el bebe es algo evidente y constatable con facilidad, sin
persona que lo nutra y cuide, el bebe muere rápidamente. Así es como está
establecida nuestra manera de estar en el mundo, y es nuestra constitución
que debemos ir superando para desarrollar el máximo de nuestro potencial.
Hay algunas dependencias que son beneficiosas, pues impulsan a crecer y a
adquirir una autonomía relativa. Son bastones que sirven para apoyarse en
ellos, y que pueden ser dejados de lado con más o menos frecuencia. Es como
el padre que alimenta y protege, que lleva en brazos al pequeño hijo, pero
que cuando el tiempo pasa lo va soltando, dándole oportunidades para
desplazarse con relativa libertad, con suficiente amor propio como para
reconocer la necesidad de plenitud del otro en sí mismo.
Pero, hay dependencias absolutamente enfermizas y enfermantes, que es cuando
el bastón es sentido como nuestra columna vertebral, como único eje sobre el
cual reposa nuestra vida, que nos mantiene con vida, y que nos de sentido.
Es lo que ocurre, por ejemplo con esos padres que mantienen a sus críos en
un estado de indefensión durante mucho tiempo, quizás toda la vida. O es lo
que las drogas pasan a ser para el adicto a ellas: su eje de existencia.
Los
Cultos Tóxicos (CT), son éste tipo de bastón enfermante, que amplifican
las propias indefensiones de sus adictos hasta el grado del sometimiento
(casi) total.
Sin dudas, que al caer en garras de un CT uno ha comenzado a perder el timón
voluntario sobre su vida; otros, el líder del CT, los miembros del CT, quien
fuera, se convierten en los dueños de las riendas de su vida.
Esto produce enormes malestares, pero (aunque parezca extraño) grandes
placeres para las víctimas, pues, se vive en la fantasía de estar acurrucado
en el gran seno de una madre perfecta. Un madre que nos viste, alimenta,
mima, lleva a pasear, cría... castiga, encierra, oprime, aísla, empequeñece,
corta las alas, etc.
Este océano de emociones y sentimientos encontrados son obstáculos para
liberarse de un CT, para poder comenzar a andar por la vida según uno mismo
escoja.
Pues, ¿cómo no sentirse resquebrajarse al pensar que su columna
vertebral (el CT) estará fuera de su vida?
¿Cómo soñar siquiera en vivir fuera del influjo maligno del CT, cuando se le
amenaza y confirma hasta el cansancio en la amenaza de que fuera del CT la
espera el infierno, la maldición eterna (como usted misma
menciona en su misiva)?
¿Cómo no aferrarse al CT cuando advierte que al liberarse usted será el
responsable de su destino, y no esa super-madre de fantasía que es el CT?
¿Cómo aceptar que usted se puede erguir sobre sus piernas, y mantenerse
firme y vigorosa; cuando tiene interiorizado bien hondo en su mente y
corazón la falsa creencia de que usted es incapaz de ser libre,
independiente y responsable?
¿Cómo enfrentarse a la vida real, con sus miserias, dolores,
pérdidas, soledades, etc.; teniendo la promesa del pecho del CT siempre en
la boca dispuesto a darle su leche envenenada?
En definitiva, ¿cómo escapar a la trampa mortal de un CT y empezar a ser
LIBRE?
Como ya dije más arriba no es sencillo, ni hay recetas, ni siquiera libros o
artículos que le den el remedio a esta durísima enfermedad.
Es una cuestión de dedicación, de empeño, de ayuda profesional, de encontrar
un bastón bueno que reemplace temporalmente al bastón tóxico, de
aprender nuevos modos y mecanismos de vincularse con la realidad, de crecer,
de comunicarse con Dios.
No es fácil, créame que no lo es... pero, ¿quién dijo que vivir de manera
comprometida con la realidad lo es?
No es fácil, pero, ¡vale la pena!
Quedo a sus órdenes, para ser un amigo en su
camino a SU LIBERTAD y a SU VIDA.
Aprovecho para desear a todos un 5763 de
plenitud y bendiciones, ¡Shaná Tová!, y recuerden que la tzedaká
es uno de los fundamentos del mundo.
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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |