Claves: Rezar, orar, plegaria, invocación, adorar, dioses, idolatría, paganismo, Jesús, Ieshu, Yeshua, mentira, falsedad, perversión, pecado, Dios, arrepentimiento, perdón, Hashem, tefilá

Shalom.
Gracias por participar.

Para comenzar la respuesta, le comento que aquel que eleva invocaciones a falsas deidades no está verdaderamente rezando, pues el rezar es una comunicación con Dios, el Uno y Único.
Por lo tanto, el que invoca a Ieshu/Jesús, o a cualquiera de las otras populosas falsas deidades, NO está rezando, aunque coloquialmente así usemos el verbo.

En otro plano, al invocar falsas deidades se está incurriendo en serios pecados y afrentas contra Dios.
Es como si usted tiene a su padre frente a usted, pero prefiere llamar a viva voz "papá" al reconocido enemigo de su padre (en el caso de las falsas deidades, demás está decir que es un enemigo imaginario, sin existencia real). ¿Cómo cree que se sentirá su padre? ¿Cuánto más dolor cuando su padre le estipuló el desprecio que siente por ese enemigo? ¿Cuánto más cuando su padre sabe que el enemigo coopera para su aniquilación (la suya y la del hijo)?
Dios, nuestro Padre ha ordenado: "No recurráis a los ídolos" (Vaikrá / Levítico 19:4).
Y por si no bastara exigió: "No os haréis ídolos, ni imágenes, ni os levantaréis piedras rituales, ni pondréis en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas; porque Yo soy el Eterno, vuestro Elokim." (Vaikrá / Levítico 26:1).

En resumen, se le reza (ora, eleva plegarias, etc.) exclusivamente al Eterno: "si oran y buscan Mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra." (2 Divrei Haiamim / II Crónicas 7:14).
Y como verá, la sinceridad, la limpia búsqueda de Él, el cumplir Sus mandamientos, el arrepentirse cabalmente de los extravíos, ESO es lo que constituye el fundamento básico que sostiene las palabras rezadas (ver además Irmiá / Jeremías 7:16).

El resto de las invocaciones (a deidades falsas o carentes de sustrato) son farsas, mentiras, burlas, vanidad: "¿De qué sirve la escultura que talla el escultor? ¿De qué sirve la imagen de fundición, si es maestra de engaño para que el escultor confíe en su obra, haciendo ídolos mudos? Ay del que dice al palo: ''¡Despiértate!'', y a la piedra muda: ''¡Levántate!'' ¿Podrá él enseñar? He aquí que está cubierto de oro y de plata; no hay espíritu dentro de él" (Jabakuk / Habacuc 2:18-19), y sabemos que "como ellos, son los que los hacen y todos los que en ellos confían" (Tehilim / Salmos 115:8); por eso "curan con superficialidad el quebranto ... diciendo: 'Paz, paz.' ¡Pero no hay paz!" (Irmiá / Jeremías 6:14).

Por lo expuesto, rezar a deidades falsas, falsifica la propia existencia.
La oración a los ídolos es al espíritu, como al organismo son los esteroides anabólicos (que inflan los músculos espectacularmente, mientras destrozan el hígado y el corazón, la potencia sexual, la salud en general).
Incluso es posible que las oraciones idolátricas puedan tener resultados notables en lo material (como los mentados esteroides que a la vista son espectaculares), eso ya fue advertido hace milenios que acontecería (Devarim / Deuteronomio 13:3), sin embargo, no es demostración de la veracidad y existencia de la falsa deidad, sino del poder de Dios que se manifiesta de formas extrañas. Algunos breves efectos positivos, bien se pueden explicar por el efecto placebo, para otros, quizás no hay explicación racional. Pero, el hecho es que los rezos idolátricos son una peste para la vida.
Como ya dijéramos en alguna otra oportunidad, mejor es una vida carente de invocar deidades (incluso de Dios), a una mancillada por la idolatría.

Por último, y como usted menciona, Dios es misericordioso, por eso si la persona puede reconocer su craso error idolátrico y retornar a la esencia del Bien y a la armonía con su intimidad y cambia el destino de su invocación; entonces el Eterno lo ayudará a limpiar sus pasadas rebeliones. Prestemos atención: "Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. Pero cuando desde allí busques al Eterno tu Elokim, Lo hallarás, si Lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma" (Devarim / Deuteronomio 4:28-29), esto es posible porque de algún modo el corazón del infectado por la idolatría (pero anhelante de Dios) sabrá reclamar: "Haz que volvamos a Ti, oh Eterno, y volveremos" (Eijá / Lamentaciones 5:21).
Y además, como Dios escudriña los corazones y para Él son transparentes las intenciones, no dudo que posibilitará que el que Lo busca realmente, aunque equivocadamente por medio de la invocación pagana, pueda hallar la puerta para el escape a la miseria esclavista de la idolatría.

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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco

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