Caro Yehuda Ribco,
Que D"s lo siga iluminando como hasta ahora.
Gracias por todos estos buenos momentos de lectura que sus respeustas me dan.
Es la primera vez que escribo un e-mail de contenido tan importante para una
mente tan amplia como la suya. D"s me ilumine en estos momentos.
Yo soy Argentino pero vivo en Brasil hace ... años...
Lo que me impulsionó a escribirle está relacionado a los que no respetan la
Torah.
Cada vez más me indigno con la clase de preguntas sobre Ieshu, etc que le
hacen, cómo le escriben, cuáles las verdaderas intenciones de estas
"preguntas", no sé cómo explicarle mi insatisfacción ante todo esto.
Tal vez por sus respuestas, por su estilo de responder a estas personas, o
mejor, por su ética y conducta en sus respuestas, yo sienta el impulso de escribirle. Mi intención primera
es la de agradecerle por, digamos así, iluminarme con sus respuestas, aprender con usted, apreciar su linea de
conducta, su inmensa paciencia.
La otra intención para este e-mail voy a intentar escribirla de la mejor manera posible:
Cómo crear en este mundo tan conturbado un pensamiento de Respeto a la Torah?
Creo que dentro de esta pregunta le estoy haciendo miles de preguntas al mismo tiempo.
Pero si he tenido este impulso de escribirle, es porque estas preguntas están empezando a
dejarme angustiado delante de los oídos sordos de los fanáticos, los ciegos
y los mal intensionados.
No quiero creer que el mundo está perdido e hundido en su propia ignorancia.
Acaso es tan difícil interpretar de modo correcto la Torah? Es tan difícil
entender e/ou tolerar a los que quieren bañarse en este mar de sabiduría?
No es difícil si uno lo hace con todo el corazón, con toda el alma!
Mi pregunta sigue en pié.
Desde yá le agradezco su tiempo dedicado a leer este e-mail.
Y le digo una verdad: si pudiese lo abrazaría como se abraza a un papá, para
darle las gracias por haberme dado este impulso para con usted. de todo corazón...
Brasil
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Gracias por tanto inmerecido elogio, del que no soy
meritorio. Jamás me hubiera considerado paciente... ¡mucho menos inmensamente
paciente! Tampoco creo que mis respuestas sean muy luminosas ni
brillantes, pero, si usted me aprecia de esta manera, le agradezco por el
buen ánimo que me infunde con sus amables (y muy necesarias) palabras.
Y gracias por su difícil cuestionamiento, para el cual no tengo
respuesta, por lo que me permitiré divagar un poco, dejar que fluya la inspiración,
así quizás de a dos podamos vislumbrar algún rayo de luz que despunta
en esta fría y oscura madrugada prolongada...
Ante todo, y como premisa: ¡no se desanime mi amigo!
No permita que la angustia le usurpe su tiempo y sus energías.
Tampoco ceda a que lo agobien la ignorancia de los de oídos sordos, y de
la voluntaria ceguera.
En lugar de eso, dé a su existencia un renovado impulso de vida.
Haga del soportar, perseverar, no rendirse, no volver la espalda a la
batalla cotidiana, el crecer, el descubrir la propia falta, el
arrepentimiento, el pedir perdón, el estudio, el trabajo y más trabajo,
la compasión, la humildad, el apreciar lo mucho en lo poco, su pan
diario...
Soy demasiado joven como para dar consejos, y lo soy también como para no
considerar que la vida depara sorpresas a cada instante. Pero, algo he
aprendido hasta ahora (en parte en la teoría, en parte por lo que he
vivido), no dudo que incluso en lo que se nos aparece como adverso hay una
chispa de verdadera luz esperando ansiosamente por brotar...
¿Esto significa que es positivo lo negativo?
Obviamente que no.
Lo incorrecto, no es correcto.
El pecado no es virtud.
La pereza no es crecimiento.
La ceguera no es guía.
Pero, para el que anda prevenido, cada persona, situación, oportunidad,
por oscura o irrelevante que se nos aparezca, contiene la esperanza de
algo mejor...
En resumen, cuando nos topamos con un obstáculo, estamos frente a un
peldaño.
De nuestra reacción depende si lo usamos para ascender un nivel, o
dejarnos caer...
Caer...
Eso me recuerda lo que usted menciona acerca de la intolerancia de los
ignorantes hacia los que desean bañarse en el océano de la Torá.
Considere esto.
Al menos tenemos dos métodos de llegar a la profundidad de un mar.
Cayendo como plomo, sin control, sin beneficio, sin retorno probable.
O como un buzo que explora, se aventura, se adentra, se divierte, en una
palabra: profundiza...
La Torá es Vida.
Los que se dedican a bucear en ella tienen un equipamiento técnico e
instrumental, un entrenamiento, una metodología y ética (modo de
conducirse) que les facilita su trayecto.
En tanto que los que la desprecian, en última instancia, desprecian la
vida... pero se aferran a ella, pues ese es nuestro natural instinto de
superviviencia.
Entonces, ¿qué hacer?
Supongamos una situación en la que una persona debe sobrevivir en mitad
del océano, inmerso en la inmensidad de sus aguas.
El que se ahoga en el océano, puede recurrir al método de dar manotazos,
intentar improvisar en el apuro del hundimiento lo que lleva años de
práctica, estudio, y refinamiento para adquirir. Por ahí se consigue
sobrevivir, exhaustos y desgastados. Carentes de vitalidad y Norte,
pero... con soplo de vida...
Otros quizás en el esfuerzo, en el pánico se aferran a lo que flota, o a
lo que se mueve con soltura en las aguas...
Ahora, supongamos que se aferran con uñas y dientes a un buzo, a un (más
o menos) experto en recorrer las profundidades. ¿Sabe lo que puede
acontecer?
Pues, que el peso muerto y molesto del que no sabe mantenerse con vida en
el agua, arrastre hacia el olvido al buzo...
Depende de la calma, del entrenamiento, de la capacidad, de la bonomía,
de la energía del buzo el lograr salvarse... y salvar al ignorante que lo
llevaba rumbo al hundimiento...
Así pues, ¿qué es lo que debemos hacer?
¿Abandonar nuestro entrenamiento riguroso?
¿Convertir nuestras vidas en manotazos?
¿Dejar que nuestras energías se diluyan en lo que no reporta provecho
real?
¿Abandonar a la deriva al que no ha aprendido a bucer y ni tan siquiera a
flotar pasivamente?
A estas cuatro preguntas las respuesta es: NO.
Reforzar lo que es positivo y apartarse
de lo negativo es el modo para que la balanza marque un predominio del
Bien.
Esforzanos y ser valientes.
Afrontar lo que está por delante, con buen
talante, con ánimo
luminoso.
Superarnos, trascender
nuestras limitaciones.
Sabernos limitados, pero al mismo tiempo, con enormes recursos a
disposición.
En definitiva, hacer de nuestra vida un monumento viviente a lo que es
correcto...
Ese, a mi escaso y humilde punto de vista, es el camino que llevará a
hacer del conocimiento de la Torá la moneda corriente del mundo...
Como usted mismo dice: "con todo el corazón, con todo el alma",
y con todo lo que contemos a nuestro alcance...
Espero haberle sido de utilidad, a las órdenes, ¡no
pierda el impulso!
Y creame, me agradaría que nos abrazaremos alguna vez como hermanos que
se reencuentran.
Shalom, Iebarejejá H' - Dios te bendiga.
Yehuda Ribco
Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas
llegar que son siempre muy bienvenidas. |