Responsable: Lic.  Prof. Yehuda Ribco (Elul 14, 5761 - 1/09/01)

Beshem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas // Pensamiento

 Adam rey 

Felicitaciones por su inmensa obra.
Una pregunta que espero que no tome a mal.
¿Adan sufrio del complejo de Edipo?
Lo pregunto porque no tenia ni madre ni padre, y me interesa realmente este tema.
Muchas gracias

Uruguay

Gracias por comunicarse.
Al principio pensé:
En realidad me parecería más coherente la pregunta de si el primer ser humano (Adam) tenía ombligo o no, a saber si atravesó por el complejo de Edipo.
Ombligo tenemos todos... Edipo que yo sepa no lo trascurren todos los humanos...
Por lo que, ¿para qué preocuparnos por Adam y su dinámica intrapsíquica?
Luego de meditarlo un poco más, llegué a un descubrimiento: Si Freud hubiera querido (¿o podido?) quizás nos hubiera regalado con el Complejo de Adam, en lugar del famoso Edipo.
Veremos muy superficialmente las razones que me llevan a anunciar (con rimbombante algaraza): El Complejo de Adam (del ser humano).
Para lo cual, me permito un par de comentarios introductorios.
El primero, pedir disculpas a los estudiosos serios de Torá y de Psicoanálisis, este shidaj -enlace matrimonial arreglado- no es de lo más prolijo y casher.
Segundo, quizás detrás del tono jocundo de esta respuesta se encuentre algo que sea más serio de lo aparente.

Ahora, en breve retratemos el complejo de Edipo según lo que humildemente entendemos de las enseñanzas del Dr. S. Freud.
El niño pequeño ama y desea a su madre, que es la que le provee desde siempre el todo de su existir.
Pero, hay un interdictor: el padre, el cual nombra y legisla lo prohibido, es decir le niega el acceso total a la madre.
Entonces, en desventaja de fuerzas y soportando su ambivalencia (pues, le teme y ama), debe competir con él.
Intentará, como sea, con sus medios, vencerlo y quedarse con la presea (la madre). Y, aunque el niño no lo sepa, su padre es su mejor aliado en el camino al desarrollo, a la etapa de independizarse y reconocer la Realidad, que incluye sus propias limitaciones.
Pero, el niño sigue deseando a su madre, y odiando/amando al padre... por lo que llega a fantasear un terrible castigo que provendrá de su dominante padre: la castración de su órgano viril, centro de su goce y relacionamiento con el mundo. Esto es la máxima de la penas posibles, un sustituto palpable del espanto que provoca la propia extinción, la muerte, la presentida nada del ser, la separación total. 
Ante el terror que esa creencia le representa, preferirá adormecer sus deseos libidinosos hacia ella y los agresivos hacia el padre.
En esta etapa subsecuente, se distribuyen sus energías hacia otros objetos y metas, por ejemplo en el estudio, el desarrollo, etc.
Finalmente, y si las cosas marchan como es esperable, luego de un lapso de latencia, el niño convertido en jovencito, habrá logrado una identificación con su padre, al que tomará como modelo de conducta y buscará materializar sus deseos de afecto en una relación heterosexual (con una persona de otro sexo) exogámica (fuera de la familia).
Y así llegamos a un Edipo transcurrido y sepultado.
Cuando esto no sucede así... la neurosis se apoltrona en el Inconsciente, y pugnará por manifestar su desazón y disgusto por la vida que le toca no resignadamente sobrellevar.
Ahora bien, y para comprender un poco lo que explicaremos luego, como los estudios antropológicos han mostrado extensamente, y las profundizaciones psicoanalíticas teorizaron y demostraron, el padre y la madre que son personajes del drama edípico no deben ser necesariamente ese señor que llamamos papá y esa mujer que llamamos mamá. Pueden ser otras personas, instituciones, e incluso objetos animados o no.

Pasemos al texto de la Torá (Bereshit / Génesis 2), y descubramos al "Adam rey" (título en honor a la obra "Edipo rey") subyacente en él.

(7) Entonces Hashem Elokim formó al ser humano del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el ser humano llegó a ser un ser viviente.

El Eterno es el Padre, el que ocupará la función paterna en nuestra mítica psicoanalítica.
La Tierra-el Edén-el Jardín es la Madre, o la que ocupará la función materna.

(8) Y plantó Hashem Elokim un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al ser humano que había formado.

Con el consentimiento paterno, Adam estará en estrecha relación con la Madre.

(9) Hashem Elokim hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Gracias al Padre que no está presente, todo lo bueno y más existe en la Madre.
Por lo que, el Deseo por ella tiene razones para existir.
Pues, ella posee todo, a simple vista, a ojos del pequeño Adam.

...
(15) Tomó, pues, Hashem Elokim al ser humano y lo puso en el jardín de Edén, para que lo trabajase y lo guardase.

La relación con la Madre está dentro de lo permitido por el Padre.
Hay un orden, sentido y objetivos, incluso en el vínculo ya tempranamente establecido.
Pero, la Madre es un todo para Adam. Su vida depende completamente de ella. Y escasamente se representa independiente, o percibe la complejidad de la realidad.

(16) Y Hashem Elokim mandó al ser humano diciendo: ''Puedes comer de todos los árboles del jardín;

El Padre porta el código, la Ley.
El Padre habilita el beneficio del placer que brinda la Madre.

(17) pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás.''

El Padre nombra lo prohibido.
El Padre niega el acceso de Adam al conocimiento último que reside en el núcleo íntimo de la Madre fálica. Fálica porque es completa, incluso con un miembro viril imaginario pero vivido por Adam como real... falo materno llamado árbol del bien y del mal.
En hebreo el árbol del conocimiento es etz hadaat, y ladaat "conocer" es el mismo verbo utilizado para "mantener relaciones sexuales".
Conocer es llegar a la intimidad propia por el camino del hallazgo con y del Otro.

(18) Dijo además Hashem Elokim: ''No es bueno que el ser humano esté solo; le haré una ayuda idónea.''

Está la relación de dependencia con la Madre.
La prohibición terminante del Padre a acceder a la intimidad con ella.
Y sin embargo, el Deseo de establecer un vínculo íntimo palpita con fuerza. El vacío de la soledad se percibe. Es malo estar solo.
Y el Padre, al prohibir, también permite.
Prohíbe a la Madre, pero el resto -lo que no es ella- queda a disposición de Adam.

(19) Hashem Elokim, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al ser humano para ver cómo los llamaría. Lo que el ser humano llamó a los animales, ése es su nombre.

La confrontación que sufre Adam entre pulsión y realidad material, le permite que arribe al manejo del lenguaje, a la facultad de reconocer/nombrar aquello que no-soy-Yo.
De reconocer que la Madre no es Todo.
De reconocerse como carente e incompleto.
De ir conformando un modo de vincularse con el Mundo, de llamar a las cosas, de estructurar un ser-en-el-Mundo.

(20) El ser humano puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.

Sin embargo, la indefensión simbólica de Adam -fundamentada en su indefensión biológica- lo lleva a sentir su carencia, su falta, su anhelo de algo... algo que no halla, ni logra nombrar...

(21) Entonces Hashem Elokim hizo que sobre el ser humano cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus lados y cerró la carne en su lugar.

Por intermedio de la presencia del Padre, el deseo por la Madre cede.
El sopor, el letargo profundo sirve para que algo de Adam sea puesto fuera, y que la llaga cierre.
¿Qué es lo que se ha puesto fuera?

(22) Y del costado que Hashem Elokim tomó del ser humano, hizo una mujer y la trajo a Adam.

Existe una mujer para el hombre.
Una que el Padre autoriza.
Una que no es la Madre.
Una en la que se puede reconocer a la Madre.
Una que estaba dentro de Adam (materialmente en la Creación, simbólica y espiritualmente entonces y ahora)
Una que es parte de Adam.
Pero que es un-otro-que-no-soy-Yo.

(23) Entonces dijo Adam: ''Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada Mujer, porque fue tomada del varón.''

Adam reconoce y nombra lo que es accesible y permitido por el Código.
Siente la factibilidad de hallar lo que lo puede completar.
Pero, atención... no se nos refiere que Adam haya despertado aún...

(24) Por tanto, el varón dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

La resolución de sus conflictos está en poder dejar a Padre y Madre en los lugares que les corresponden.
Y poder unir su destino a la vida de otro-que-no-soy-Yo-que-es-para-mí.

(25) Estaban ambos desnudos, el ser humano y su mujer, y no se avergonzaban.

El goce es posible que se materialice.
La armonía de sentirse íntegro permite vivir sin falsos pudores, sin máscaras que oculten la intimidad propia de ser compartida con la pareja correspondiente.
Un ser humano íntegro e integrado es posible.
Un ser humano feliz, libre y responsable, que viva sin ocultamientos está dentro de nosotros, en nuestro pasado personal y colectivo, en lo que el futuro nos tiene listo para asumir.
Un mundo pleno de pudor y sin vergüenzas...

 

Bien, hasta aquí "Adam rey", que ocupa perfectamente un sitial preferencial en lugar del "Edipo rey".

Y creo que hasta aquí he podido responderle a su pregunta.
Aunque, quizás, algún día sigamos con el capítulo tercero de Bereshit/Génesis para enfrascarnos en el estudio de las neurosis.

Espero que pueda seguir indagando en pos del sentido en su vida y de la Verdad, y si cree que por este medio lo consigue, pues, adelante...
Shalom, Iebarejejá H' - Dios te bendiga.

Yehuda Ribco

Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.


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