Shalom.
Gracias por participar, y deseémosle Shalom a todos no solo para mí.
Le daré un ejemplo bastante
burdo, pero creo que fácil de entender.
Tenemos a la maestra A que obsesivamente dicta a sus alumnos la lección, y
éstos deben copiarla fielmente, sin modificar; y no admite la maestra la más
leve desviación de sus palabras.
La maestra B, por su parte, enseña a los alumnos el objetivo de la tarea,
les da las herramientas con las que ellos no cuentan, les pone límites
precisos, y les establece ciertas pautas obligatorias; luego les deja
libertad para expresarse según la personalidad de cada uno pero con estricta
contemplación de todo lo anterior.
Rápidamente reconocemos en la
maestra A el dictado; en tanto la maestra B ejemplifica la inspiración.
La Torá fue dictada por Dios a
Moshé, cada punto, cada espacio, cada letra.
El resto de los libros del Tanaj, en su casi totalidad, fue obra inspirada
de profetas. Dios les establecía las pautas, parámetros, límites y temas
obligatorios; pero los profetas las desarrollaban cada uno a su estilo y
modo.
Y el profeta sabía reconocer entre una profecía, una locura, un sueño, una
idea propia, un deseo personal, una imposición política, etc.
Pues, los profetas debían ser personas mental, moral y socialmente
saludables, libres de defectos o enfermedades. Cuando una persona recibía la
facultad del ruaj hakodesh, sin
contar con el equipo de base óptimo, generalmente derivaba en graves
enfermedades mentales. El mejor ejemplo fue el rey Shaúl, que sabemos cuan
enfermos fueron sus últimos años. Atención, no sólo por la inspiración
divina que en él recayó, sino principalmente por su constitución natural.
¿Cómo se sabe que los libros
del Naj fueron inspirados?
Pues, porque sus autores fueron personas confiables, decentes, sinceras,
honestas, leales a Dios, fieles con su tarea, amantes del prójimo, y
PROFETAS. Un profeta no es quien quiere o puede, sino aquel que Dios elige.
Y su nivel de profecía depende de lo que Dios haya apreciado
conveniente para cada cual.
¿Le parece que un profeta podría burlarse de Aquel que él sabe por
experiencia personal que existe? Obviamente que no serían capaces. Y si
pensamos en que pudieran equivocarse, pues sí, de seguro que cometían
errores, lo vemos en el ejemplo del profeta Ioná/Jonás cuando pretende no
cumplir su misión a Ninvé; pero, a la hora de llevar a cabo las órdenes de
Dios, eran escrupulosos hasta el grado máximo.
En resumen, son considerados inspirados, porque confiamos en los profetas, y
en las obras que como tal realizaron.
Pero, además, no olvide que los libros del Tanaj pasaron por numerosos
filtros y pruebas impuestos por Sabios de varias generaciones, que
corroboraban la fidelidad, pertinencia y autoría de los textos, así como la
calidad de profeta de los autores.
Le recuerdo que en el judaísmo no es considerado como autorizada la opinión
personal, aunque sea válida, sino la consensuada entre los Sabios; por lo
que ellos se encargaron con excelencia de hacer su trabajo, y por algo
consumieron siglos en completar el canon del Tanaj, no precisamente por
buscar fama, poder o engañar al prójimo.
Sus
comentarios son bienvenidos, y recuerden que quedo a las órdenes.
Iebarejejá H' - Dios te
bendiga, y que sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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