Shabbat: Iyar 8, 5766, 6/5/06
Comentario de la Parashá Kedoshim
¿Eres
un prójimo para Dios?
En nuestra parashá se encuentra el precepto
que ordena a cada judío
que ame auténticamente
a su hermano judío1:
"Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno."
(Vaikrá / Levítico 19:18)
Para comprender cabalmente este mandamiento,
debemos comenzar por saber qué es el concepto "prójimo".
¿Quién es mi prójimo?
En cuanto a su nación de pertenencia, "prójimo" en este pasaje tiene
un sentido particularista:
Se entiende que haya sabios que distingan
solamente al judío como "prójimo" en este pasaje, pues en el contexto es
evidente que se está hablando de "tu hermano", de que es "de tu pueblo", lee
el capítulo completo y lo verás.
Además la palabra re'a en hebreo significa "una persona que está muy
próxima", un próJimo-próXimo. Por tanto se comprende perfectamente el
sentido particularista que se le quiere dar al vocablo "prójimo".
En otro contexto, cuando el judío vive en vecindarios junto a gentiles, el
gentil y el judío son "prójimos", tal como aprendemos del uso de la voz
re'a en Shemot / Éxodo 11:2.
Por otra parte, un poco más adelante se ordena
al judío:
"Como a un
natural de vosotros consideraréis al extranjero que resida entre
vosotros. Lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis
vosotros en la tierra de Egipto. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Vaikrá / Levítico 19:34)
El "extranjero" no es un "prójimo",
precisamente porque no es próximo, sino que es "extraño", "venido de lejos",
no es alguien "cercano".
Pero esto NO es motivo para desecharlo y destratarlo.
Muy por el contrario, la Torá nos ordena como mandamiento sagrado que
igualmente "lo debes amar como a ti mismo, tal como amas a tus
hermanos".
Para que no queden dudas, para que nadie suponga que en la Torá se dice de
amar al judío pero no al gentil, la Torá se encarga de enfatizar que no es
así. Se manifiesta sin lugar a dudas que el judío debe amar a su hermano de
nación (al judío) y debe amar a su hermano en la humanidad (que es el
gentil).
Así pues, el mandamiento de que el judío debe
amar al judío se complementa con el mandamiento de que el judío debe amar al
gentil.
Se puede resumir diciendo que es deber amar sin distinción por su
nacionalidad a cualquier
persona,
sea judía o gentil.
El venerable Hilel puso a judío y gentiles en el mismo plano, en lo
referente a "prójimo", cuando a un gentil le explicó el mandamiento del amor
al prójimo de la siguiente manera:
"Lo que es
detestable que te hagan, no se lo hagas a otro"
(TB Shabbat 31a)
Por tanto, si bien el mandamiento tiene un
sentido particularista, es correcto darle un sentido universalista: "amar a
otra persona, sin importar si es judía o gentil".
¿Qué hace aquel que es un prójimo?
En cuanto a su estilo de vida,
"prójimo" en este pasaje significa:
-
La persona que actúa bien, que no es
alguien que tiene el afán de causar daño adrede (ver Rashbam, in situ;
Maimónides, Mishné Torá, Hiljot Avel 14:1).
Entendamos bien este último aspecto.
Una persona judía que no respeta las reglas de Shabbat, y/o que come
alimentos no permitidos, y/o que no estudia Torá, y así por el estilo,
igualmente es un hermano, que debe ser respetado y amado, aunque no lo
debemos incentivar o ayudar para que continué con sus extravíos.
Debes entender que está confundido y que su alma pena por sus acciones
contrarias a la Torá.
Debes darle una mano, aquella que estés en condiciones de darle, para
rescatarlo del pozo espiritual, más o menos profundo, en que se encuentra.
Tal como dice la Torá:
"No aborrecerás
en tu corazón a tu hermano. Ciertamente amonestarás a tu prójimo, para
que no cargues con pecado a causa de él."
(Vaikrá / Levítico 19:17)
Como se deriva del mandamiento, debes: "amarlo como te gustaría que te amaran
si fueras tú el que estuviera apartado de la Buena Senda" (ver
Maimónides, Sefet HaMitzvot, Asé 206).
Los que no son prójimos...
Pero, alguien que se declara (abiertamente o a
través de sus hechos) contrario al
Eterno y por eso apaña la idolatría, y/o que atenta deliberadamente en
contra del bienestar del klal Israel, y/o que induce ex profeso al
pecado a las personas no es un hermano, no se le debe prestar
asistencia de ningún tipo y es nuestra obligación "NO amarlo" (ver TB
Pesajim 113b).
Es el mismo Dios quien nos dice: "no ames al antagonista":
"La reverencia al
Eterno es aborrecer el mal.
Aborrezco la soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa."
(Mishlei / Proverbios 8:13)
El inspirado proverbista es estricto: se debe
detestar lo malo, apartarse de la soberbia, rechazar el mal camino, rehuir
de los engaños, etc.
Pero presta atención: no dice que aborrezcas al malo... ¡sino al mal que
está haciendo! (a sí mismo y a los demás).
En consonancia con las palabras del salmista:
"Sean
exterminados de la tierra los pecados, y que los impíos dejen de serlo.
¡Bendice, oh alma mía, al Eterno! ¡Alaben al Eterno [Aleluia]!"
(Tehilim / Salmos 104:35)
Así pues, ya estás enterado.
Al pecador y rebelde no debes amarlo, pero tampoco debes odiarlo.
Debes odiar sus acciones, su maldad traducida en actos perjudiciales.
Debes orar y bregar para que se extinga el mal que esa persona ejecuta, para
que de esa manera se limpie su alma y pueda ser "un hermano" realmente.
Sin embargo, hay una clase particular y muy
perjudicial de rebelde.
La Torá es específica y clara con respecto al sujeto que intencionalmente
incita a la idolatría, cuando declara como mandamiento que:
"no le ames ni le
escuches. Tu ojo no le tendrá lástima, ni tendrás compasión de él, ni lo
encubrirás."
(Devarim / Deuteronomio 13:9)
Como este mandamiento en Devarim es de la
categoría lo taasé, es decir los de "no hacer", o de "abstenerse de"
hacer, por tanto tiene prioridad sobre el mandamiento de "amar al prójimo".
Es obligación "NO amar" y detestar al enemigo declarado (con palabras o
hechos) de Dios y las personas.
No es obligación porque a mí se me ocurra, o lo haya dicho un rabino en
particular; sino que es el mismo Dios que lo está afirmando categóricamente.
El Padre de todo ser, Padre también de los que procuran atentar en Su
contra, así lo dice y ordena.
Esto significa que el falso-judío mesiánico
(miembro del "Imperio del MAl", o alguno de sus defensores) NO tiene derecho
a decir: "no puedes denunciarme ni señalar mis falsedades, porque si así
haces no estás cumpliendo con el mandamiento de amar al prójimo. Debes
callarte y dejarme continuar enviando misioneros disfrazados de judíos a
Israel. Debes callarte y dejarme continuar haciendo parodias de conversión
al judaísmo. Debes callarte y dejarme continuar diciendo que soy 'rabino' o
'jajam', cuando ni siquiera soy judío, odio a los judíos, o no tengo el más
mínimo respeto por la Torá. Debes callarte y dejarme continuar vendiendo mi
producto religioso como si fuera algo sagrado, aunque tú y yo sabemos que es
una monumental estafa. Debes callarte porque si me denuncias yo te acusaré
de 'odio' y de que no cumples con el mandamiento de amar al prójimo".
Pero la verdad es bien otra.
Ciertamente es: ¡todo lo contrario!
El que se llama "fiel al Eterno" tiene la expresa obligación de no
consentir, ni apoyar, ni escuchar o facilitar su horrendo trabajo al
misionero.
El que ama al Eterno y ama al prójimo (judío o gentil), debe aborrecer al
que es promotor de la idolatría y emisario del engaño espiritual/emocional.
Lo dice la Torá, ¿no?
Si no lo recuerdas, te lo repito:
"no le
consientas ni le escuches. Tu ojo no le tendrá lástima, ni tendrás
compasión de él, ni lo encubrirás."
(Devarim / Deuteronomio 13:9)
El mandamiento es amar al "prójimo", no al
antagonista.
Por tanto, NO es nuestra obligación amar a uno que actúa pérfidamente en
contra de nosotros, como individuos o como colectivo.
Más bien es todo lo contrario, pues es nuestro deber denunciar y detener a
todos aquellos que adrede están perjudicando al klal Israel o a
alguno de sus miembros.
Por tanto, por ejemplo cuando desenmascaramos a los misioneros nadie nos
puede tildar de "odiar", sino que se debe decir que estamos cumpliendo con
el mandamiento de amar al prójimo, puesto que estamos preservando a los
hermanos ingenuos y castos de los daños que le producirá el antagonista.
Al denunciar a los misioneros estamos amando ciertamente al prójimo, al
mismo tiempo estamos cumpliendo con otros mandamientos más, como por
ejemplo:
"No maldecirás al
sordo, ni pondrás tropiezo delante del ciego; sino que tendrás temor de
tu Elokim. Yo soy el Eterno."
(Vaikrá / Levítico 19:14)
Al señalar las maldades de los falsos-judíos
mesiánicos, estamos quitando tropiezos delante de los ingenuos (judíos o
gentiles) que creen que esa piedad que ven en esos sujetos es real y conduce
a buen destino.
Estamos despejando el camino para las personas de bien, pero no muy
entendidas, que son fáciles presas de los lobos disfrazados de ovejas, de
los misioneros, que detrás de su disfraz de piedad y santidad esconden
realmente una atroz cara plena de vicios espirituales y odio al Eterno y al
prójimo.
Así pues, amigo lector, ya los sabes: es tu
santo deber unirte al esfuerzo por revelar a los misioneros ocultos en
disfraces de santidad. Si conoces a misioneros que han emigrado a
Israel, haciéndose pasar por judíos, mándame los datos apropiados para que
se los facilite a personas con autoridad para detener esta masacre
encubierta en contra del judaísmo.
Si en tu comunidad (judía o gentil) hay personas que difunden la idolatría
de Jesús (con cualquiera de los nombres que lo llamen) como si fuera de
parte del Eterno, detenlo y no lo dejes que prospere.
Colabora con serjudio.com de la manera que
puedas. Precisamos
recursos
económicos para continuar trabajando, precisamos colaboradores, etc. Es
parte del trabajo por amar al prójimo, recuérdalo.
Si estás solo, únete a personas de bien (si eres judío a tu comunidad judía,
si eres noájida forma parte de
Fulvida o de otras verdaderas organizaciones de
noájidas).
Además: estudia, mantente informado, apártate del mal y haz o bueno.
La luz entre las tinieblas
Si realizamos un análisis más profundo y estricto,
podemos descubrir algo que puede parecer paradójico: cuando denunciamos a
los malvados por sus maldades, realmente también estamos "amando a los
hacedores de mal".
Permíteme que te explique.
El que actúa con malicia no está alimentando su espíritu sino matándolo, y
cuando se lo reprende y encamina correctamente, entonces se le está ayudando
a crecer, a vivir.
Cuando le dices al pastor evangélico que se hace pasar por rabino o jajam
(Raúl V.; Daniel H., por ejemplo3): "Oye,
tú eres un estafador, no engañes más a la gente diciéndoles que eres rabino,
cuando en verdad no eres rabino, ni siquiera eres judío, y para peor
destilas odio irracional contra el judaísmo. Detente por favor, no sigas con
tus perversiones que estás matando tu espíritu y el de los que creen tus
delirios.", si le dices algo como esto, no lo estás perjudicando, ¡todo
lo contrario!
Le estás haciendo un favor, para que quizás reaccione, cambie su modo de
proceder negativo (que atenta en su contra y en la de su semejante) y de ese
modo pueda limpiarse de pecado y vivir dignamente como Dios manda4.
Yo sé por experiencia propia que esto
funciona.
A mi pesar, he sido duro y tajante en mis reprensiones a los que difunden la
idolatría con aires de piedad, ¡y gracias a Dios algunas veces esto ha
servido para que el sujeto
despertara!
En la actualidad gracias a no ser cómplices con los idólatras, son cientos,
miles, en toda América que están
despertando a la pesadilla que ha sido su vida como idólatras
mesiánicos. Y al despertar descubren la atrocidad de lo que estaban viviendo
y vendiendo, y se apresuran a encaminarse por el Buen Camino para los
noájidas. Se van despojando paulatinamente de las escorias espirituales que
adquirieron en su pasado de idólatras difusores de Jesús, y "renacen" para
vivir en verdadero amor hacia el prójimo y fidelidad al Eterno.
Cuán ciertas las palabras del sabio consejero:
"Golpea al
burlador, y el ingenuo se hará sagaz; amonesta al entendido, y captará
conocimiento."
(Mishlei / Proverbios 19:25)
Debemos seguir "golpeando" sobre las doctrinas
hediondas de los burladores, de los misioneros, de los fantoches disfrazados
de santos varones; para que los que ingenuamente les creen despierten y
adquieran entendimiento.
No podemos dejar que nuestro prójimo incauto siga detrás de la perdición, en
nombre de cualquier falso dios, falso redentor o falso rabino.
Una esperanza
Para finalizar nuestro encuentro de hoy,
recuerda lo que ha enseñado Maimónides, con excelente perfección y
sabiduría:
"El Eterno ha
implantado en el ser humano la habilidad para aprender y crecer"
(Rambam, Mishné Torá, Hiljot Teshuvá 6:5)
Aprende Torá y crece a través del cumplimiento
de los mandamientos que te corresponden; de esa manera estarás cada vez más
capacitado para amar auténticamente a tu prójimo y colaborar en el
establecimiento de un mundo de paz basado en la justicia y la misericordia.
¡Te deseo a ti y los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj! ¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir
shalom!
Notas:
1- Recordemos que los
613
mandamientos de la Torá son la heredad y responsabilidad que el Eterno
le ha dado a la nación judía, no a las
naciones
del mundo. Por tanto cuando se ordena en este pasaje el amor al prójimo,
Dios se lo está ordenando a la persona judía, no a la gentil.
El gentil
reverente el Eterno puede asumir para sí como un compromiso de vida esta
noble conducta, y obtener todos los beneficios que de ella se deriva; pero
sin olvidar que el mandamiento es parte del conjunto ordenado a Israel y no
a las naciones.
2- Judía, es la persona que ha
nacido de madre judía; o la persona que habiendo nacido gentil se convierte
dentro del marco de la halajá al judaísmo. Por tanto, "hermano" es el
que ha nacido como tal, o el que se ha integrado formalmente a la Familia
judía.
3- Danielito y Raulito, ambos
hasta ahora están haciendo el papel que Salomón les describió con sagacidad:
"El burlador no ama al que lo corrige, ni acude a
los sabios." (Mishlei / Proverbios 15:12).
No nos aman, sin dudas... tampoco son sabios y mucho menos acuden a ellos.
Prefieren continuar regodeándose en sus vicios y delirios... ¡qué triste
papel!
Pido al Eterno para que muera en vuestro interior la maldad para que ustedes
realmente puedan vivir y para que los que les creen puedan ser libres de
tanto opio espiritual.
4- Con lo que te expliqué
supongo que podrás entender el motivo por el cual algunos sabios de antaño
manifestaban que el mandamiento de amar al prójimo incluía también al
pecador.
Como por ejemplo el rabino Moshé Cordobero: "Que el
hombre se habitúe a abrir su corazón con amor hacia todos los hombres,
incluidos los pecadores y los impíos, como si fueran hermanos y aún más. Se
deseará su arrepentimiento para que se vuelvan justos. No se pensará más que
en su lado bueno, ignorando sus defectos y sus vicios." (Tomer
Debora 2)
Por supuesto que esto no significa tolerar sus maldades o quedarse impasible
ante el daño que están causando a otras personas; sino saber que están
haciendo el mal y hacer algo para que sean detenidos; pero no hacerlo con
odio hacia ellos, sino comprendiendo su debilidad y torpeza espiritual que
los lleva a actuar de esa manera tan defectuosa y horripilante.
Es ésta una de las grandezas que diferencia al fiel a Dios del fiel a la
idolatría.
Miren ejemplos: ""no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien
esto hace es el engañador y el anticristo. "" 2 juan 1:7,8.
""Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa
ni le digáis: «¡Bienvenido!», porque el que le dice: «¡Bienvenido!»
participa en sus malas obras."" 2 juan 1:10,11.
""No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las
tinieblas?"" 2 corintios 6:14
Esta repulsa y discriminación no es, obviamente, el amor auténtico que
predica un fiel a Dios, ni el camino correcto para encaminar al extraviado
al Buen Camino del Eterno. |