Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

  Lic. Prof. Yehuda Ribco // Jeshvan 17, 5765 - 1/11/04

Presentación | Apoyo |  Búsqueda 

 

  Creencias                        

          ¿Han de creer los judíos en Dios?
                                Tercera Parte

Claves: Israel, judaísmo, Dios, Hashem, creencia, fe, amor, temor, reverencia, pecado, Talmud,  festividades, Templo, David, familia, Mikdash, Jerusalén, Mashiaj, Mesías, tablas, ley, pacto, alianza, mandamientos, preceptos, mitzvot, costumbre, alimento, kosher, arrepentimiento, proyecto, futuro, potencial, bendición

(Continuación de la segunda parte)

6
La voz hebrea emuna es habitualmente traducida como "fe" y "creencia".
Se considera que es una manera de relacionarse con lo absoluto que esta basada en lo emocional.
Sin embargo, tiene un significado totalmente diferente en el mundo de la Torá.
Significa "haber llegado a la convicción sobre algo".

La diferencia entre "fe" y "convicción",
es la que se establece, por ejemplo entre decir:
"tengo fe en que hay vida en Marte"
con decir
"tengo la convicción de que tú existes".
La fe es del ámbito del "querer creer", y "pensar con el corazón"... para congelar el pensamiento crítico y la posibilidad del dinamismo y desarrollo real.
En tanto la convicción es el pensamiento basado en:

(Sobre esta diferencia entre fe y convicción ya hemos escrito, e invitamos a leer el texto que se abre haciendo clic aquí).

Encontramos también que el término "creer" tiene al menos dos posibles modos de entenderse.
Está el "creo que los marcianos visitan la tierra",
que no es lo mismo que el decir:
"creo en ti".
Para "creer que" de manera razonable, es preciso aportar algún tipo de prueba o dar alguna certidumbre que apoye la creencia. Si yo "creo que" los marcianos visitan la tierra, debería mostrar fotos, videos, testimonios fidedignos, huellas, rastros, algo, cualquier cosa que pase algún somero análisis de validez. De no hacerlo, esta creencia es sinónimo de fe.

Pero, el "creer en" implica la confianza, que se sustenta, se afirma, tanto en los sentimientos como en los datos de la realidad. Yo creo en ti, porque tengo la certeza sensorial de que existes. Sin embargo, para creer en ti, en el sentido de confiar en tu fidelidad y bondad, debe haber algo más que mi deseo de creer en ti que apoye mi creencia.

Por supuesto que mucha gente está convencida de que alguien los ama mucho tiempo después de que la evidencia demuestra que no tienen en qué basar su convicción. Esta gente, no está convencida de una realidad, sino que "tienen fe que su convicción es firme". Quieren creer.

En resumen, en hebreo, en pensamiento de la Torá, emuná no apunta a un plano teológico, de creencias aceptadas aunque resulten absurdas, sino que emuná señala la firmeza, el acuerdo, la confianza que se puede demostrar hasta cierto punto.

Un uso fascinante de la raíz lingüística de emuná es "criar".
La Torá (Bemidbar / Números 11:12), usa la voz omen -guarda, cría-, con respecto a la relación de Moshé e Israel, tal como una nodriza cría a un niño. Evidentemente que esta crianza no es un tema de fe, ni una idea abstracta o una afirmación intelectual. Sino que es una sentencia acerca de un hecho real.
Tal como la emuná no reposa sobre intangibles, sino sobre el correcto pensamiento asociado con el sentimiento mesurado.
Y no es vana la relación de omen con emuná, puesto que la segunda depende en buena medida de una crianza saludable, que brinde confianza en sí mismo y confianza en el prójimo. Con esta confianza básica, es posible relacionarse con el mundo de una manera vital, dinámica, proactiva, saludable.

Así mismo, la voz emet, está relacionada lingüística y esencialmente con emuná.
Emet es "verdad" en hebreo.
Verdad es un término absoluto, pues hay "una Verdad" y el resto no puede serlo.
Sin embargo, en el marco de la Torá, también el emet tiene una faceta empírica, menos absoluta.

Por ejemplo, Eliezer el siervo de Avraham, pide del Eterno un jesed veemet -una bondad y verdad- en su búsqueda de la esposa idónea para Itzjac (Bereshit / Génesis 24:49). Su pedido es ser conducido por el camino correcto rumbo a su objetivo.
En otro ejemplo, cuando los patriarcas piden por un favor, ellos piden tanto a sus hijos (Bereshit / Génesis 47:29) (tal como al Eterno) que sea de un modo emet, correcto, apropiado.
Así pues, al menos en el contexto de Bereshit, podemos ver que emet, puede ser entendido como acciones o estímulo que son correctas, idóneas, beneficiosas y fidedignas.
Y esta idea se continúa en el libro de Shofetim/Jueces, en su capítulo noveno, por ejemplo, la voz emet es usada varias veces con el significado de "hacer la cosa correcta".

Así pues, el hecho es que emet es un dato empírico, que permite una aproximación experimental e intelectual, y por tanto a escala humana no es un ente abstracto, ajeno, lejano e impenetrable.

Emet, emuná y omen (verdad, creencia/confianza, y crianza) están íntimamente relacionadas. Pues aquel que ha sido criado para confiar saludablemente, es aquel que es capaz de encontrar la verdad, esto es, aquel que es capaz de vivir de manera correcta y justa.

Como se puede comprender, en el mundo del judaísmo, de la Torá,
la creencia lejos está de ser un ente para estudio de los filósofos, los teólogos o los epistemólogos,
sino que está muy cerca de cada persona,
en su vida diaria:
en cada acto que ejecute,
en cada conducta,
en cada acción.

(Continuación en la cuarta parte)

 Yehuda Ribco

E-mail: comentario@serjudio.com