Shlom Bait o Shalom Bait, literalmente: “paz hogar”.
Es el hogar en paz.
La paz en el hogar.
Un hogar pacífico.
Pacifismo hogareño.
Una construcción colectiva de shalom.
La armonía que se consigue en el espacio doméstico y que alcanza a cada uno de los integrantes, especialmente los que forman la relación conyugal.
Es el trabajo y atención constantes puestos al servicio de mantener los lazos gratificantes, respetuosos, comunicativos, sensibles, positivos.
Es la tarea de reconciliarnos cuando las cuestiones parecen llevar a la zozobra a la familia.
Encontramos este término en el Talmud (TB Shabat 23b), en el caso de una disyuntiva para un hombre que no cuenta con dinero suficiente para adquirir velas o aceite para cumplir con dos mitzvot diferentes, las luces de Januca y las de Shabat. ¿Qué hacer? ¿Comprará las de Januca, que es una vez al año; o las de Shabat que cada semana son encendidas?
La respuesta del Talmud es adquirir las de Shabat, puesto que su misión principal es brindar la luz que trae SHALOM BAIT, paz al hogar.
Esto no niega la importancia de difundir el milagro a través de las luces de Januca, sin embargo, es prioritario el SHALOM en la familia.
Porque, sin SHALOM, ¿qué es lo que tenemos finalmente?
Como sabemos, la construcción de SHALOM es la tarea esencial y constante de cada persona.
Se consigue por medio de acciones que incluyan la bondad y la justicia, ambas en su adecuada proporción de acuerdo a la circunstancia.
Este requerimiento de construir SHALOM está en boca de profetas de manera habitual, instante a que los leales del Eterno se comporten así.
Sea al pensar, al hablar o al actuar de manera concreta, que cada una de las oportunidades sean aprovechadas para construir SHALOM.
¡Cuánto más en el hogar, con la gente con la que convivimos y que por tanto pudiera resultar frecuentes los roces e inconvenientes!
Es así como debemos ejercitarnos en vivir.
Optando por aquello que construye SHALOM, que trae armonía, completud, felicidad, respeto, poder, crecimiento.
Para lograrlo, entre otras cosas, es importante disfrutar positivamente del momento presente, de todo aquello que nos está permitido y evitando aquello que nos está prohibido.
Dejar los malestares del pasado resueltos, y no solamente borrados o escondidos debajo de excusas o mantos de falso olvido piadoso. Porque, si no logramos ordenar saludablemente los inconvenientes del pasado, de una u otra forma saltarán en el presente y perturbarán la existencia. Por ello, habituémonos a emplear la Comunicación Auténtica, en todo momento.
También es bueno mitigar las ansiedades y temores por el futuro, porque los miedos (que son fantasías de futuras impotencias) solamente sirve para consumir nuestra energía vital de ahora y no ayudan a resolver y ordenar nuestra vida. Mejor dedicarnos a pleno a vivir el presente, con conciencia positiva del pasado y con un compromiso serio y razonable para alcanzar objetivos y metas en el futuro. Porque la vida plena en el presente no significa abandonarse a cualquier clase de “destino”, sino aprovechar realmente el presente en todo lo que aporta y que sirva como escalón hacia el día de mañana.
También es necesario tomar en cuenta los mandatos que el Eterno nos ha indicado para cada uno, sea en lo que a relaciones familiares se refiere como en general, ya que son una guía espiritual virtuosa para promocionar la vida. Muy especialmente se trata de hacer del matrimonio un espacio de santidad, que es conexión espiritual y también cualidad de único, especial y consagrado.
Un dato más a tomar en consideración es aquel de lo personal/privado y lo compartido por la pareja.
Escoge, por favor, en el siguiente diagrama el modelo de pareja que consideras más saludable, tomando en cuenta cuánto están compartiendo, dejando para sí mismos:
El “1” representa a dos desconocidos, no tienen nada en común. Aunque no parezca lógico, hay gente que escoge esta imagen como ideal para su vida conyugal.
El “2” representa gente que tiene apenas un contacto casual, quizás vecinos de condominio con un seco “buenos días” como máximo intercambio; o la cajera del súper que tienes vista mil veces ya, pero de la cual no tienes más información, ni tampoco te interesa. Si bien pudiera parecer extraño, hay gente que elige este modelo de pareja.
El “3” serían compañeros de trabajo, o amigos, un noviazgo incipiente, o gente que están en contacto habitual y un poco más sustancioso que en el “2”. Algunas parejas podrían estar felices y satisfechas con este tipo de conexión superficial, sin embargo, estaría faltando sustancia y consistencia para declarar una relación verdadera.
El “4” sería lo más saludable, ya que a pareja aprende a disfrutar de la vida en conjunto pero también mantener los espacios personales y privados de cada uno. Tienen en común sus relaciones íntimas, proyectos que están en marcha, ideas a concretar en el futuro, hijos, la convivencia, los intereses compartidos, etc. Pero no por ello abandonan su propia identidad, ni a sus amistades, ni hobbies, ni salidas con amigos, etc. Fortalecen a la pareja con lo de dentro y lo de fuera, manteniendo siempre la lealtad, el respeto, la modestia, el cariño, etc.
El “5” es una relación tortuosa, en donde uno ha sido “comido” por el otro, no existe la independencia, ni se encuentran en momento alguno como individuos. Es una relación adecuada para el feto y su madre, o para personas que estén sumamente incapacitadas para la vida adulta independiente. Y sin embargo, hay personas que la eligen como un ideal para su pareja.
El consejo sería encontrar los modos para vivir lo más posible de acuerdo a la figura “4”, cada uno con su vida pero fortificándola con la unidad que forma la pareja.
Es interesante conversar con tu cónyuge y encontrar cuál es la figura que creen que están ambos haciendo y ver si están satisfechos con ello.
Si encuentran que no comparten lo suficiente, estaría bueno encontrar aquello que pueden ir sumando para unirlos aún más
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Me agradan muchos este tipo de textos. Un buen pan para dar inicio a la semana.
Respecto al ejercicio estamos en el número 4, con los altibajos propios del dia a dia.
Gracias y un abrazo!
Yo creo que hay muchas mujeres a las que les gusta el modelo 5, conociendo el 4 se quedan con él, pero tienden al 5, a la experiencia de la madre con el hijo, a que se funda uno con ellas, a monopolizar toda la atención y el cariño. El equilibrio está en el 4 pero quizás muchas tiendan al 5
De la misma manera digo que muchos hombres tienden al 3, a ser demasiado independientes, a no hacer planes muy en conjunto. Es la lucha entre el 3 de los hombres y el 5 de las mujeres, ¿el equilibrio? En el 4