Claves: Judío, hebreo, gentil, cristiano, ateo, conversión, proceso, madurez, amor, mixto, matrimonio, judaísmo, cristiano, católico

Shalom.
Gracias por participar.
No es ninguna molestia, su pregunta es bienvenida.

En qué puede influir el hecho que usted refiere depende exclusivamente de usted y su novia.
Son ustedes los que deben decidir qué desean hacer cada uno con sus vidas, y en conjunto.

Ahora, le puedo comentar que si su novia está dispuesta a abandonar la fe de sus mayores para adoptar una nueva forma de vida, el judaísmo, de seguro que está muy comprometida con la idea de ser y vivir como judía.
Es decir, seguramente que se compromete a ser fiel a Dios a través del cumplimiento de los mandamientos (¡que son 613!) y las tradiciones judías.
Para alguien que no es judío, o para alguien que siga sus propios reglamentos de vida y creencia ajenos al judaísmo (como usted lo hace al denominarse católico), le resultará difícil poder compartir muchos de los momentos de la vida con una persona que está dispuesta a vivir respetando íntegramente los preceptos que Dios le ha dado a los judíos. Pues, por ejemplo, ¿usted estaría dispuesto a renunciar a tener símbolos de la religión cristiana en su hogar? ¿Usted estaría dispuesto a que la Navidad, Pascuas, Cuaresma, etc. sean días comunes y corrientes para su familia? ¿Usted estaría dispuesto completamente a que los hijos que tendría con su novia (quizás futura esposa) sean educados exclusivamente dentro de las creencias y prácticas del judaísmo?
En definitiva, ¿usted está dispuesto a perder su identidad (y las de sus hijos) y cercanía con algo tan importante para usted como lo es el cristianismo?
Supongo que no está dispuesto a hacerlo, tal como yo no estoy dispuesto a a dejar los modos de vida que Dios me ha encomendado seguir.

O quizás, usted se aventure a seguir los pasos de su novia... ¿quién lo sabe?

Por lo tanto, le reitero que la decisión de la vida en conjunto depende de usted y su novia, y lo qué hagan o dejen de hacer está en sus manos (en buena medida).
El resultado de su futuro en común depende de la madurez que hayan alcanzado y el amor verdadero que se profesen entre sí.
Si realmente se aman con sinceridad, llegarán a reconocer que uno no le puede exigir al otro que renuncie a algo tan caro y esencial como es la identidad personal y la pertenencia a una religión.
Y quizás, llegarán a darse cuenta que si se aman, quizás no es la vida en conjunto lo que es mejor para ambos.
A veces el amor nos dice al corazón: si la amas, déjala partir...
Como fuera, el amor siempre es partida...

Espero que sus decisiones sean de bendición para ambos, y los que los rodean.
Y rezo al Eterno para que los ilumine y hallen el camino a la felicidad, la armonía y la paz.

Y si le quedan más dudas, será un honor poder ayudarle a construir el Shalom (la paz e integridad).

Aprovecho para desear a todos un 5763 de plenitud  y bendiciones, ¡Shaná Tová!, y recuerden que la tzedaká es uno de los fundamentos del mundo.

Si este texto le ha sido de provecho, no olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.

Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco