Shalom.
Gracias por comunicarse nuevamente.
En este texto seré breve, e incluso pareceré
tajante; pero le ruego que no tome a mal mis consideraciones, pues mi
objetivo al responderle ahora es ayudarla en tanto le aclaro algunos
conceptos erróneos.
En su misiva manifiesta algunas actitudes y
creencias equivocadas:
-
No es un mandamiento para el judío el atraer
personas gentiles al judaísmo. Afirmar esto es un error garrafal de
conceptualización, pues no se sustenta en ninguna de las ideas esenciales
del judaísmo (de ninguna época); incluso más, es un postulado antagónico.
El judaísmo valora las divergencias positivas entre las naciones y las
particularidades individuales, en tanto no sean opuestas al designio de
Dios, y al bienestar de las personas. Por lo tanto reconoce el valor
propio, único e intransferible de cada nación de legítimo proceder, y de
cada gentil justo.
El querer convertir a las personas gentiles al judaísmo, es contrario al
deseo de Dios, pues en ninguna parte de Su Torá Él ha expresado eso; y es
contrario a la idea que tiene el judaísmo del rol fundamental de cada
nación en el concierto que llamamos mundo.
Lo que el judío debe hacer, respecto al gentil, es que llegue a reconocer
al Eterno y Su Majestad sobre todo y todos; y que cada persona alcance a
reconocer la preciosura de su prójimo.
-
Su segundo error es más grave aun. Pues
usted procede incorrectamente al juzgar negativamente a los judíos
ortodoxos (como colectivo) de su país.
A mí realmente no me interesa escuchar difamaciones, o al menos
habladurías, acerca de personas y comunidades (judías o gentiles); sea lo
que se cuente verdadero, parcialmente falso, o completamente falso.
Además de que la habladuría es una actividad censurada por la halajá
-normativa-; y de que es un proceder irreverente para cualquier persona;
es por sobre todo una actitud impropia para alguien que dice que
afanosamente quiere ingresar a la Familia judía, ir juzgando, señalando,
acusando, chismeando, suponiendo sin fundamentos, sobre lo que hacen o
dejan de hacer, piensan o dejan de pensar los judíos ortodoxos.
Y repito, yo no dudo que usted sea sincera, no dudo que usted esté en
cierto grado dolida y molesta, y no dudo que puede que sea totalmente
cierto que las personas ortodoxas con las que usted intentó hablar acerca
de conversión le hayan cerrado las puertas, pero, ¿eso le da a usted el
derecho de acusar a TODOS los ortodoxos de su país? Relea el segundo
renglón de su misiva y se encontrará con esa acusación genérica, por lo
tanto, injusta...
Pero, por si fuera poco, usted da por sentado lo que piensan y consideran
TODOS los ortodoxos de su país, pues me dice: "...los ortodoxos se
oponen a la idea y convicción de la persona que quiere convertirse ó
pertenecer al judaísmo". ¿Usted preguntó a los ortodoxos que es
lo que opinan realmente? ¿A todos ellos se detuvo a preguntar?
Y de ser correcta la apreciación de que ha algunos que se oponen a la
conversión al judaísmo, ¿preguntó los motivos y razones para la supuesta
oposición? ¿No pensó que quizás no hay rabinos especializados en
conversiones en México, y por lo tanto nadie está habilitado a efectuar
las conversiones? ¿O que quizás las únicas conversiones legalmente válidas
son las que emergen de tribunales de determinadas regiones o países, y que
su país no se incluye en esos? ¿O que quizás las experiencias locales con
postulantes a conversión fueron nefastas, al grado tal que esos malos
postulantes terminaron por crear un aire de suspicacia en las comunidades,
que finalmente decidieron no dedicarse al tema conversión? ¿O quizás usted
no reúne las condiciones mínimas indispensables para la conversión? ¿O que
quizás la historia de su país (que yo no conozco, simplemente le estoy
dando hipótesis) enseñó a los judíos a ser cautelosos, para no predisponer
a enemigos poderosos en su contra? En fin, puedo seguir pensando y
encontrando argumentos que en nada condenan a TODOS los ortodoxos, ni
siquiera a aquellos que abiertamente se oponen a tratar el tema de la
conversión. Es una cuestión de actitud y responsabilidad personal...
-
La conversión no ortodoxa, al día de hoy, no
es conversión universalmente aceptada. Es una resolución de índole legal, no de opiniones ni de
consideraciones personales o grupales.
Mientras los únicos que cumplan los pasos de la conversión establecidos en
la antigua legislación sean los tribunales ortodoxos, no existe otro camino
viable. Y usé esta palabra, pues es la que usted empleó en su
misiva para indicar que la conversión de la corriente reformista es su
solución, pero lamentablemente NO LO ES, es en todo inviable.
La conversión reformista es como el chocolote para el hambre... puede ser
muy gustoso, con bonito envoltorio, agradable al paladar... pero, no
llena, ni alimenta, y sólo sirve para engañar al apetito...
Reitero que yo pudo opinar A o B, pero lo que se ha de tomar en cuenta es la ley al respecto y no otra cosa. Uno puede formar parte de un colectivo que considera que esa ley no debe cumplirse, y legislar para su grupo de orta manera. Esto podrá ser aceptado dentro de su grupo, pero no en el colectivo total de la nación judía. Es por ello, me gusta a mí o no, cosa que no importa, que la única opción viable al día de hoy es la ortodoxa, y con con aval del Rabinato del Estado de Israel para mayor seguridad.
-
No sé lo que sucede en México con las
comunidades judías de allí, y por el momento no me interesa saberlo. Yo
confío en que cada comunidad sabe elegir a sus líderes idóneos, y a sus
guías espirituales. No soy quién para inmiscuirme o cuestionarlos.
Bien, hasta ahora mi respuesta han sido
palos, pero, le pedí disculpas al comienzo ya que mi única intención es
ayudarla, pues usted dice estar a oscuras, y lo que le estoy respondiendo
son orientaciones, aclaraciones, luz (si es que la quiere aprovechar). Deseo
lo mejor para usted, ¿por qué no habría de desearlo?
Aunque quizás mi tono le resulte agresivo... si es así, está acorde a lo que
yo siento cuando se me hace partícipe de
lashón hará.
Por último, reitero lo que le dije en la
respuesta anterior y repetí antes en ésta: para ser una persona de bien,
productiva, realmente hermosa, amante de Dios, bondadosa con el prójimo,
"salva", etc., no es necesario ser judío, pues si ha tenido el honor de
nacer gentil, cuenta con un camino propio para la realización completa.
Y si le parece insatisfactorio para usted el camino del gentil justo, y
persiste en su interés de convertirse al judaísmo, y en su país no encuentra
el modo: en Israel es más accesible y fácil (y no sería la primera persona
que ha emigrado a Israel en pos de su conversión de acuerdo a la normativa).
Le deseo éxitos en su búsqueda.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco
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