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Shalom.
Gracias por comunicarse. Si no me equivoco usted se está refiriendo a un artículo antiguo nuestro, que lo puede leer haciendo click aquí.

Ante todo le confieso que me resulta de pésimo mal gusto (e intelectualmente banal) que se compare al humilde y excelso Moshé Rabenu -nuestro maestro-, aquel único ser humano que tuvo (y tendrá) el privilegio de alcanzar el nivel profético que le permitió conversar cara a cara (es una metáfora) con el Eterno; con el perverso, rebelde, apóstata, idólatra y manipulador Ieshu hijo de Pantera el romano (alias "espíritu santo").

Sin embargo, si bien me parece fuera de lugar su pregunta, por respeto a usted y a su deferencia al escribirnos, le responderé brevemente.

Primero le quiero aclarar que la persona no recibe una bendición para ser rabino, como usted dice en su misiva; sino que el rabino es ordenado como tal. La academia rabínica legalmente constituida, y con potestades para hacerlo, le confiere un orden, un título, un grado, el derecho a ejercer la profesión de rabino.
Esto es así desde Moshé en adelante.
Es decir, la primera academia rabínica funcionó bajo la dirección y enseñanzas del primero de los rabinos, de Moshé; y fue éste el que ordeno rabino a Iehoshúa/Josué (hijo de Nun). Luego éste a sus sucesores, y éstos a los suyos, generación tras generación.
La única evidente excepción fue el propio Moshé, pues, ¿en qué academia podría haber estudiado Torá, y qué maestro le pudo haber enseñado?
Su Maestro fue el mismísimo Dios, y la academia se llamó monte Sinai y la profecía continua que recibía.

En tanto Ieshu, es cierto que estudio en  una academia rabínica, farisea por más detalles. De la que fue expulsado por su indolencia, falta de respeto, impudicia, tendencias a pervertir los caros mensajes de la Torá y la Tradición, y por si fuera poco: sedición e idolatría. ¡Menudo rabino hubiera sido este Ieshu!
Gracias al Cielo que los maestros de Israel suelen apreciar en su justo término a sus discípulos, por lo que Ieshu fue echado de la academia, jamás obteniendo el título que lo habilitara para ser llamado "rabbí".
Pero, como buen rebelde, poco le importó el usurpar un título (tal como mencionan los libros canonizados por sus seguidores), y se dejaba llamar rabino por las masas ignorantes de su pasado y personalidad real.

En definitiva, Moshé recibió el título de manos de Dios.
Luego se estableció un orden y procedimiento estrictos e inviolables para recibir el título.
Ni siquiera Dios puede variar este orden, pues Él establece las exactas pautas (por ejemplo, los mandamientos), pero son las personas calificadas (rabinos, especialmente el Sanhedrín) las que reglamentan los usos (si la Torá nada especifica al respecto) de acuerdo a la Torá oral o al criterio legal del legislador.
Es obvio, pero le acoto que cualquiera que se presente como rabino sin haber pasado por academias legalmente aptas, y sin haber culminado con éxito su reglamentario proceso de aprendizaje, no es más que un farsante impostor, tal como lo es alguno que haya estudiado un par de años en la Facultad de Medicina, luego la abandonara, pero sin remilgos pone un cartel que lo anuncia como "doctor en medicina"... ¿usted lo aceptaría?
En definitiva, no es un asunto de gustos, deseos o pretensiones, sino de legalidad y corrección.

Espero que ahora le haya quedado claro, y que éste sea un aporte para que usted abandone la idolatría (= falsedad) de Ieshu, y se aproxime a la Verdad (= Dios).

Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco

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