Licenciado,
Le agradezco su tiempo y no me molesta la verdad,mas bien la ansío.
He leído su respuesta,y mucho le agradezco su dedicación,referido a lo
que me dice al final sobre qué parte de Di-s mora en las personas,me
rerfiero a lo que David tanto clamaba Su Santo Espíritu.
Comprendo que hay que ser cauteloso,
Gracias por dedicarme ese tiempo,Daniel
Costa Rica |
Gracias por comunicarse nuevamente.
"No me eches de tu presencia,
ni quites de mí tu espíritu de santidad" (Tehilim /
Salmos 53:10)
Sobre el Ruaj HaKodesh (espíritu de
santidad, o inspiración divina), ya hemos escrito un extenso
artículo que le recomiendo que lea.
El espíritu de santidad o
inspiración divina no es Dios entrando en la persona. Esa es una creencia
por completo ajena al judaísmo, pues transforma a Dios en una entidad
compleja, y no en el "Es Uno".
Si no fuera así, ¿cómo explica:
"Pero se acordó de los días
de la antigüedad, de Moshé [Moisés] su siervo. ¿Dónde está el
que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está
el que puso en él su espíritu de santidad..." (Ieshaiá
/ Isaías 61:11)
cuando aparece Dios separado del espíritu
de santidad?
¿Acaso argumentando una idolátrica hipóstasis binaria (o trina)?
Eso es inconcebible, pues atenta directamente contra:
"Escucha, Israel: Hashem
nuestro Elokim, Hashem uno y único es" (Devarim /
Deuteronomio 6:4)
Así pues, el espíritu de santidad es una
cualidad que algunos sujetos desarrollaban (los profetas vocacionales),
o que era potenciada por Deseo de Dios (los profetas escogidos), y
que permite, en general, un cierto grado de profecía.
Aunque en algunas oportunidades la facultad estimulada por este espíritu
sea otra, por ejemplo la estratégica, la de comando, etc.
Para comprender esto debemos desechar las doctrinas foráneas que usurpan
el lugar de las propias, y desterrar del seno del pensamiento judío las
ideas que convierten a Dios en cosa. Cuando hablamos de ruaj,
podemos entender "espíritu", que de por sí es indefinible.
Pero también "viento", o "aliento", incluso
"fuerza".
Prefiero entender el ruaj hakodesh (como verá, en minúsculas)
como la fuerza superior (emanada de Dios, pero principalmente, cuyo
objetivo es la Eternidad) que mueve a la persona a la superación, a la trascendencia.
En neta contraposición al ruaj Elokim raa (I Shemuel / Samuel
16:15) -un mal ruaj de parte de Dios-, que provoca en la persona
una actitud de rebeldía y la tendencia a apartarse de la Fuente de Todo.
En definitiva, Dios no mora en nosotros, ni somos formados por materia
de Dios, aunque su fuerza es lo que nos da existencia (Bereshit
/ Génesis 2:7).
Pero, podemos asemejarnos a Él, tal como está expresado en la Torá
(Devarim / Deuteronomio 8:6).
¿Cómo?
Actuando de acuerdo a como Él opera en el mundo.
Elevando la materia a su máxima expresión.
Cumpliendo con Sus Deseos expresados en su Torá eterna y verdadera.
Y para ir terminando, volvamos a su
referencia al rey David.
Ese mizmor -salmo- alude a los (presuntos) crímenes cometidos en
el affaire con BatSheva.
¿Le parece que una persona evolucionada como David, si viviera en
él Dios, cometería garrafales horrores/errores?
Espero haber sido claro, quedo a las
órdenes,
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y nos permita pronto construir
Shalom.
Yehuda Ribco
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