Claves: Dios, Hashem, Torá, Israel, judío, hebreo, valor,
trascendencia, cultura, profeta, Irmiá, Jeremías, rey, Judá, Biblia,
Porfirio, Miranda, teología, liberación, América, Latina, cristiano,
iglesia, católico
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Pregunta: > Estimado Yehuda:
Nuevamente te escribo por causa de un punto en la Biblia que me parece de
mucha importancia:
Ultimamente he estudiado los textos del cristiano y precursor de la teologia
de la liberacion Porfirio Miranda. El afirma que en Jeremias 22, 13-16,
encontramos la definicion de lo que significa conocer a Dios. ¿Desde tu
punto de vista efectivamente podemos afirmar que en este pasaje se encuentra
claramente inserta tal definicion?
Adicionalmente, el mismo autor traduce del hebreo al castellano el pasaje
citado de la siguiente manera:
Ay del que construye su casa con no-justicia
y sus pisos con no-derecho;
hace trabajar de balde a su projimo,
no le paga su salario.
Dice: "Me voy a edificar una casa espaciosa
con holgados aposentos",
y abre ventanas, la artesona de cedro, la pinta de rojo.
¿Acaso eres rey porque compites en cedros?
¿Que tu padre no comia y bebia?
Pero hacia justicia y derecho;
eso es bueno;
defendia la causa del pobre y del indigente;
eso es bueno;
¿No consiste en eso el conocerme? Dice Yavhe.
(Jer 22, 13-16)
Como sabes el problema de las traducciones esta siempre presente. No he
podido conseguir una traducion erudita hebrea de este texto, para comparar,
ni tampoco la opinion de los sabios de Israel al respecto.
Si efectivamente dicho pasaje establece la definicion de lo que es conocer
a Dios, desde el punto de vista biblico (que sabemos no es el punto de vista
occidental), ¿como debemos entender los conceptos que encierra el pasaje
mencionado? Es decir, de acuerdo con los sabios de Israel, con la tradicion
judia y con el universo conceptual biblico, ¿como entendemos este pasaje?,
¿como lo explican los sabios de Israel?
Por cierto, si te da alguna curiosidad conocer mas a fondo lo que dice
Porfirio
Miranda, te puedo enviar algun material suyo por mensajeria.
Gracias. Te mando un abrazo:
Diego L.
México
(Deben incluir en todos sus
mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país
donde vive) |
Shalom mi apreciado Diego.
Agradezco la oportunidad para dialogar de un tema tan interesante y medular,
como lo es el deseo de serle fieles (en verdad y justicia) al Eterno, Uno y
Único Dios.
(Por otra parte, agradezco pero declino absolutamente el generoso
ofrecimiento para que me envíe material de pensadores gentiles a propósito
de la Torá).
Sobre conocer al Eterno ya hemos escrito más
de un texto, por lo que lo remito a uno
que lo encontrará haciendo click aquí, pero si desea más, búsquelos por
favor en la sección dedicada al Eterno, en SerJudio.com.
Nosotros en alguno de esos escritos habíamos utilizado pasajes del mismo
profeta Irmiá/Jeremías, que insistía con vehemencia en el tema de la
justicia social, del preferir actuar con corrección antes que por
conveniencia. Éste es uno de los caminos para conocer a Dios; pues, como ya
hemos enseñado: aprehender la esencia divina es imposible para cualquiera,
por lo que realmente no podemos conocer a Dios. Pero, podemos emular (a
nuestra medida propia) las acciones asertivas de Dios, y de ese modo conocerLo por medio
de nuestro accionar: así como Él es justo, nosotros debemos serlo; como
Él provee con abundancia, nosotros debemos hacerlo; como Él asiste a los
necesitados (el universo entero), nosotros debemos hacerlo; etc.
Repito, éste es uno de los caminos.
Otro es a través del estudio intensivo de la Torá, y del ajustado
cumplimiento de los mandamientos (613 para los judíos, 7 para los gentiles).
(En verdad, este camino incluye al señalado por el profeta, pues el que
estudia Torá y cumple mitzvot -preceptos-, necesariamente debe ser
justo, verdadero, íntegro, generoso, etc.)
Hay otro camino alterno para rozar el conocer a Dios, y es por medio del
estudio de las ciencias sin prejuicios y en pos de la verdad. En última
instancia, el científico serio y honesto debe enfrentarse a la realidad
última (y primera), el insondable e impenetrable misterio, al que los que
conocemos a Dios llamamos, precisamente: Dios.
Releyendo lo que acabo de leer, me encuentro
al menos con tres opciones para el concepto "conocer a Dios":
-
Buscar descubrir y describir Su esencia
(algo imposible). Aquel que utiliza esta opción y sintetiza a Dios (de
acuerdo a su fantasía), y lo humaniza, no es más que un idólatra o uno
que ha extraviado su camino.
-
Reconocer que Él existe, y que es
inaccesible al conocimiento. Éste sería el nivel del científico serio y
honesto, y del creyente que no es amante de Dios.
-
Saber que Él existe, y que por Su Amor a
nosotros nos ha ordenado ciertos preceptos que cumplimos diligentemente.
Ésta es el grado indicado por Irmiá (en una definición limitada) , y de
todo aquel que es amante de Dios.
NO es conocer a Dios buscarLo en mitologías,
en cultos paganos, en fe en falsedades, en prácticas contrarias a lo marcado
en la Torá.
Creo que ya he dado respuesta a lo fundamental
de su pregunta.
Por lo que, ahora pasemos a dar una traducción judía y erudita del pasaje
del profeta, expresado contra la conducta disoluta del rey Iehoiakim:
"Ay del que edifica su casa sin justicia,
y sus salas sin derecho, sirviéndose de su prójimo de balde, sin pagarle
su salario.
El que dice: 'Edificaré para mí una casa espaciosa y amplias salas; le
haré ventanas, la cubriré con cedro y la pintaré de ocre rojo.'
¿Acaso reinarás porque compites con cedro? ¿Acaso no comió y bebió tu
padre, y practicó el derecho y la justicia, y entonces le fue bien?
Él juzgó la causa del afligido y del necesitado; entonces le fue bien. ¿No
es esto conocerme?, dice el Eterno."
(Irmiá / Jeremías 22:13-17)
En una breve explicación: el rey no es
glorioso por sus posesiones, ni por sus parrandas, ni por la
desconsideración con la cual trata a sus súbditos; sino por ser honrado y
justo, apartado de la vanidad y de la corrupción de favorecer a los
poderosos por sobre los comunes.
No es precisamente éste el mejor pasaje del Tanaj para ser considerado como
un llamado a la lucha por los derechos civiles, ni por la justicia social,
ni para la reivindicación de las clases oprimidas. (Si supone que cuando el
profeta dice: "juzgo la cusa del pobre y del necesitado" es un llamado a
beneficiar a las clases sometidas; pues, no es así. Es un invocación a
impartir verdadera justicia, y no a esa presunta justicia tan
corriente, que es beneficiar al influyente aunque no sea de acuerdo a lo
justo).
Es, un párrafo destinado a que el poderoso aprenda que el verdadero poder no
reside en lo material, sino en convertir lo material en una escalera para la
trascendencia personal y del prójimo. (Por analogía, vale también para la
persona del pueblo, para aquel que no se regodea en el poder).
Supongo que el teólogo que usted menciona no fue muy acertado en su
interpretación de este texto, si me equivoco, por favor, hágamelo saber.
Como sea, si el objetivo era procurar justicia y armonía entre las personas,
haciendo hincapié en las necesidades de los más desprotegidos y desplazados,
todo por medios apropiados, entonces, ¡es aceptable el esfuerzo!
Bien, espero haber sido de beneficio, me
gustaría recibir sus comentarios al mail:
rap1186@serjudio.com
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |