Responsable: Lic.  Prof. Yehuda Ribco (Av 24, 5761 - 13/08/01)

Beshem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas // Creencias

 Fidelidad y confianza 

B"H.
Lic Ribco:
Ante todo quiero felicitarlo, por su sitio en Internet. Llegué a él por casualidad, y se ha convertido en uno de mis sitios favoritos. Además de felicitarlo, quiero hacerle una consulta acerca de la Emuná y bitajón. Le explico, existen condiciones en las cuales la emuná y bitajón son puestas a prueba por así decirlo, por ejemplo,alguna enfermedad, ya sea propia o de algún ser querido. Pérdida de bienes, o de cosas que consideramos preciosas, etc. El hecho es que esta prueba, puede desarrollar o aumentar nuestra emuná y bitajón, y a consecuencia de ello alcanzamos un nivel espiritual superior, en relación con el anterior.
Podemos llegar incluso a un grado en el cual aceptemos con amor nuestra situación, y veamos que todo cuanto Hashem hace es por nuestro bien, aunque no podamos entenderlo. ¿qué debemos hacer, para que esa experiencia, no sea solamente algo momentáneo, o sentimental? .¿Cómo podemos plasmar en nuestro corazón el nuevo nivel que hemos adquirido?. De antemano agradezco la respuesta que pueda darme y lo felicito nuevamente por su labor de enseñanza. 
Shalom. 

 B”H.
Lic Ribco. Muchas gracias por su atención. 
El concepto que tengo de Emuná es el siguiente: Emuná es saber que Hashem existe, que Él es y que no existe nada fuera de Él. Es hacer lo que el nos ordena, ser fieles. Bitajón, es la confianza que tenemos en Él , sabiendo que todo lo que Él hace es sólo para bien, aunque no podamos percibirlo en ese momento. 
Cuando hablo de prueba, me refiero a que en situaciones difíciles, tener Emuná y Bitajón es diferente, por ejemplo, durante el Holocausto, hubo personas que al salir de esa experiencia, tenían emuná y bitajón muy fuerte, a pesar de la situación tan difícil que vivieron, pudieron ser fieles a Hashem, reconocieron su existencia y Su dominio sobre todos los acontecimientos, tuvieron confianza en Él. Por otro lado, hubo personas, que se distanciaron de Hashem. 
Shalom.

Lugar desconocido

Gracias por sus cuestiones tan arduas y profundas, y por sus inmerecidos elogios.
Espero que continúe visitando serjudio.com con asiduidad, y le auxilir a hallar algo de lo que busca.

Permitame que le mencione que entiendo por emuná y bitajón.
Emuná
generalmente traducida como "creencia", hemos explicado ya que más precisamente es "fidelidad", y que se consigue merced al esfuerzo, al entrenamiento constante.
Bitajón en Dios, es la confianza, o seguridad de que Él es Justo, Sabio, Sendero de Verdad y Bien.

Cuando el desarrollo de la persona, su crecimiento espiritual, le permite sentir e incluso comprender que todas las experiencias tienen un sentido, y que éste es siempre positivo ha llegado al ápice en su relación humana con Dios.
Es un sentimiento de paz y armonía, de equilibrio y unión.
Sin embargo, para ser más correctos no debemos suponer que estamos ante un estado sostenido, sino ante fugaces destellos de percepción, de confluencia con Dios. Pues, ese es precisamente el valor de las pruebas -nisionot-, posibilitar que la persona se enfrente a otras realidades, y por intermedio de la confrontación -que no siempre implica oposición- alcance esos momentos de devekut -adhesión- al Eterno, de subir un peldaño.
Empero, en Este Mundo el último peldaño no se alcanza. Ni el superior, ni el inferior. Pues, además de ser un Mundo de apariencias, es un universo de posibilidades. El Hombre es el ser de las posibilidades. No es un ente hecho y concluido, sino en permanente cambio, para uno u otro lado, hacia el mejoramiento o hacia su contrario.
Por lo tanto, la respuesta a su pregunta concreta sería: no es posible plasmar el momento de comprensión, tan sólo vivirlo, gozarlo, sentirlo, y nuevamente añorarlo al cabo de unos instantes...
Esa es la misión.
El deseo inconcluso.
Pues el Hombre puede perder su escaso tiempo de vida detrás de deseos que son ilusiones.
O detrás del Deseo, de alcanzar la meta mejor.
Y este deseo inalcanzable no debería ser fuente de angustías, sino el motor que atrae, que da motivaciones, movimiento a la existencia.
Le pido que recuerde a nuestro patriarca Avraham. El Talmud nos enseña que a pesar de su grandeza -o precisamente para demostrarla- fue puesto a prueba en diez oportundiades, y que las superó todas.
La última fue la akedat Itzjak. Prueba enorme, dolorosa, trágica, traumática, comparable al más gravoso de los tormentos... sin embargo, ¿la vida de Avraham concluyó con esa prueba? ¿Al regresar no encontró a su compañera de todas las horas muerta? ¿No debió procurarle reposo a su cadáver? ¿No rehizo su familia? ¿No continuó en contacto con la vida?
Pues, sí. Su vida continuó. Sus pruebas siguieron presentándose. Pero, Avraham había alcanzado el grado de reconocer que su grandeza no residía en "ser Avraham", sino en el "estar siendo Avaharam"... pues, no hay prueba última, pues lo último es la muerte... que puede ser en vida, cuando la persona se petrifica en un "ser", cuando no experimenta, indaga, critíca, lucha, se opone a reconocerse como una estatua que respira...

En cuanto a los que sufrieron desgracias -que pueden ser a nuestros ojos enormes o mínimas, pero que importa cómo son consideradas por quienes las han transitado- ¿quiénes somos para juzgarlos? 
Cada cual debe encontrar su particular camino de encontrar la armonía (Dios).
Y si algunos no han podido hallar un sendero, ni una puerta hacia el mismo, ni tan siquiera una ventana para atisbarlo... es que todavía no ha llegado su momento u ocasión, o que han sido cegados o por la negación, o por el dolor, o por la comodidad de vivir sin vida... 

Las oportunidades que se nos brindan, quizás especialmente las que consideramos trágicas o negativas, son ocasiones para decidir si queremos avanzar o retroceder... son eso: oportunidades.
Depende de nosotros hacer de cada instante una oportunidad única de trascendencia.
Para lograrlo, no hay que temer a bucear. Y si el temor está allí, dentro suyo carcomiéndole su vida, sepa que puede continuar más allá de las propias resistencias, pues a la resistencia se la vence acompañándola y doblegándola, y no oponiéndosele.

En resumen, continuar la lucha por la superación -personal y colectiva- de manera constante, ese es el modo en que se plasman en realidades la fidelidad y la confianza en el Eterno.

Espero haber sido de beneficio, estoy a sus órdenes.

Shalom, Iebarejejá H' - Dios te bendiga.

Yehuda Ribco

Si les quedan interrogantes, comentarios o sugerencias, háganlas llegar que son siempre muy bienvenidas.


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