Estimado Yehuda:
Muchas gracias por su respuesta, comparto plenamente que intentar razonar,
entender y dialogar con un nazi, es imposible. Le estoy muy agradecido por
disipar cualquier duda que pudiese tener frente a estos ataques y es que
una mentira repetida, nunca será verdad. Mi Rabino dice que todos tenemos
una misión en la tierra, que la misión del antisemita sería recordarnos
nuestra condición de judíos, aunque sea desde luego desde una
perspectiva negativa.
Llevo mucho tiempo pensando que cada judío (más bien cada hombre que
intenta aproximarse a D´s), establece un pacto particular y válido para
ese hombre. La Torá nos permite que la interpretación de este pacto sea
el correcto. Por ejemplo eso de que "El que roba a ladrón
tiene...", para un judío fiel a la Torá no tendría ningún
sentido, el "No robarás", no admite interpretación, creo que
esta es una diferencia importante entre el que toma estudia y ama a la
Torá como verdadera y quién no.
Sin embargo, creo que aunque el Shulhan Aruj, nos señala que debemos
"Hacer para entender", pero muchas veces nos concentramos en
detalles mínimos como puede ser el abrir o no una nevera en Shabbat, y
nos olvidamos del espíritu real de la cuestión. Es decir la
"Delicia del Shabbat", el asumir ese día como distinto y de
descanso físico y de goce espiritual.
Supongo que esta es la cuestión que separa las tres corrientes
principales del judaísmo, el dónde está el límite. Hasta dónde asumo
la Halajá como guía en mi vida. En mi modesta opinión y esperando sus
comentarios, creo que debemos conocer bien la Torá y la Halajá, para
después establecer la clase de judío que pienso ser. Sin olvidar aquello
que nos distingue como pueblo, ni mucho menos el espíritu de nuestras
mitzvot.
Sé que más que una pregunta en si misma son pensamientos que me
encantaría comentar.
Shabbat Shalom.
España |
¡Qué agradable es leer una misiva con
tanto contenido e inteligencia!
Me parece que la apreciación de su maestro,
acerca de la función de los antisemitas, es bastante centrada, y con
sólidos fundamentos en el Tanaj.
Pero, no olvidemos que la función de todo lo creado es servir al Eterno,
del modo que Él ha escogido y ordenado.
Hay quien Lo sirve de modo perverso (perverso en su idioma de origen remite
a "otro camino"), y quien transitando por Sus senderos.
Lo bueno sería que todos lo hicieramos tal como Él manda.
Si está interesado en indagar sobre esto de servir a Dios, incluso a
partir de la mentira y el error, le sugiero que lea en su Tanaj, en I
Melajim / I Reyes 22.
Como sea, ojalá el malicioso y/o extraviado retornara de su error, por
medio de la paz y no de la furia...
En cuanto a un "pacto particular y
válido" en la relación de cada persona con Dios, me parece que
si en lugar de pacto dijeramos modo de relacionarnos,
estaríamos más cercanos a lo que nuestros Sabios han enseñado. En Bemidbar
Rabbá 13:16 se expresa que la Torá tiene "setenta rostros".
¿Qué quiere decir? Pues, que la Torá es una, pero el encare, la
aproximación es innumerable (setenta representa lo que no tiene cuenta),
tal como intérpetes y ocasiones para interpretar. Así tenemos que hoy
interpreto de tal o cual manera, y mañana quizás de una diferente. Y que
mi compañero, el que está junto a mí, reconoce aspectos distintos
relativos al mismo tópico. Esa es la libertad de pensamiento y de
interpretación con la que contamos. Esa es la aplicación de nuestras
facultades intelectuales y emocionales a la asimilación de la Torá a
nuestras vidas... ¡atención!: asimilarla a nuestra vida, y no
modificarla a nuestro placer...
Sin embargo, como ya hemos enseñado reiteradamente,
en el judaísmo cuando la ley o reglamento queda estipulado, el individuo
no tiene derecho a traspasar los límites establecidos. Aunque, por ser
humano, tiene el libre albedrío de acatar o transgredir...
Su ejemplo de "No robarás", es precisamente de ley establecida,
y de la cual se derivan numerosos reglamentos secundarios obligatorios.
Pero, el estricto cumplimiento de las leyes no debería representar traba
para que cada cual interprete los motivos por los cuales está prohibido
robar... en tanto que la disquisición no derive en incumplimiento o
falta...
Esto que hemos dicho la Torá lo resume, cuando específicamente
prescribe: "Una misma Torá y una misma norma tendréis vosotros y
el extranjero que resida con vosotros." (Bemidbar / Números
15:16).
Acerca de lo que usted menciona de los
"detalles mínimos" y el "espíritu real de la
cuestión", me permito disentir un tanto con sus inteligentes
palabras.
¿Qué decide qué es espíritu real y qué mero razonamiento bizantino?
¿Es importante la función de un minúsculo perno en una maquinaria
enorme y compleja? Quizás el perno por sí solo sea casi de nulo valor,
pero, en la estructura (y en la sumatoria) no podemos reconocer cabalmente
el valor de cada uno de los detalles...
Supongamos un astronauta en paseo espacial, separado por breves metros de
su millonaria y compleja nave, y que al perder (por un perno mal colocado)
su aparato de control ajustado a su muñeca, no puede retornar al refugio
de su nave... ¿de qué le sirven los millones invertidos en la
maquinaria, los geniales ingenios de los ingenieros, todos sus
conocimientos y apreciación de la profundidad del universo, si un obrero
olvidó ajustar un pequeño perno que ajustaba el control a su muñeca?
Por lo tanto, yo no juzgaría si el análisis (o cumplimiento) concienzudo
y exhaustivo de detalles aparentemente irrelevantes hacen al espíritu
real de una cosa o no... ¿no le parece?
Ya hace milenios nuestros Sabios de bendita memoria enseñaron: "Considera
a cada mitzvá -precepto- de similar modo que cualquier otra, pues
no sabes su valor real" (Avot 2:1).
Sobre el tema de las corrientes dentro del
judaísmo. Ya he escrito en otra oportunidad que el procedimiento de
etiquetar personas, es una forma de transformar a la persona
en cosa, en algo, en nada.
Si bien cada cual puede sentir que está más próximo, es afín, o
integra una corriente (sea religiosa, de pensamiento, de acción, etc.), y
que incluso ostente con orgullo su etiqueta, me parece preferible
considerar a la persona como un ser dinámico, y que con el aprendizaje
adecuado tiende a la evolución, al crecimento armónico y compartido.
Cada judío es más o menos respetuoso de las mitzvot, pero, tengo
la esperanza de que cada día se le presenta a la persona una nueva
mitzvá para ser asumida y cumplida cabalmente. Así que, si las
corrientes se presentan con tal o cual diferencia, y similitud, no creo
que en el fondo sean otra cosa que etiquetas, que impiden el pleno
desarrollo integral de la persona y la sociedad (aunque a veces fomentan
el avance en aspectos considerados relevantes por sus ideologías).
Y, estoy de acuerdo con usted, para saber qué estoy siendo (y no:
qué es lo que soy), es necesario e imprescindible formarme, conocer la
Torá, la halajá, todo lo que esté a mi disposición, y
materializarlo en actos. Y si no puedo alcanzar una meta propuesta, al
menos hacer el mejor de los esfuerzos, porque es el propio esfuerzo
honesto y generoso el objetivo, y no otra cosa...
A las órdenes.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y nos permita pronto construir
Shalom.
Yehuda Ribco
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